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Decapitaciones terroristas y KKK: los 'trolls' sabotean la grada virtual de la WWE

Imagen de la ThunderDome durante un combate de WWE entre Asuka y Bayley. Al fondo se aprecian las pantallas donde los "aficionados virtuales" proyectan imágenes desde sus casas. Foto: WWE Español.
Imagen de la ThunderDome durante un combate de WWE entre Asuka y Bayley. Al fondo se aprecian las pantallas donde los "aficionados virtuales" proyectan imágenes desde sus casas. Foto: WWE Español.

Las competiciones deportivas que se han podido reanudar tienen un aspecto triste y desolador. Es cierto que ha vuelto la acción a los campos y pistas, pero como la pandemia del coronavirus sigue azotando a todo el planeta, el regreso está bastante deslucido por la falta de público en las gradas. Las medidas de seguridad exigen que se dispute todo a puerta cerrada o, como mucho, con una cantidad mínima de espectadores.

Para que el panorama no sea tan deprimente se han planteado todo tipo de soluciones. La Liga española probó a añadir digitalmente hinchas y cánticos en las retransmisiones de televisión, con un resultado (todo hay que decirlo) más bien discreto a ojos de los aficionados. En otros estadios se optó por recortables con siluetas de aficionados, para dar la sensación de localidades llenas.

Y luego está la alternativa tecnológica: instalar pantallas para que los hinchas se conecten desde su casa, aparezca su rostro en ellas y puedan animar como si realmente estuvieran allí. Es la opción escogida en la WWE, el espectáculo de lucha libre que en España antiguamente conocíamos como Pressing Catch. El problema es que dar a los aficionados la opción de participar supone asumir el riesgo de que se cuele algún troll a hacer cosas de muy mal gusto.

De hecho es lo que pasó el pasado lunes durante la retransmisión del WWE RAW desde el ThunderDome, un nuevo formato que precisamente se caracteriza por la inclusión de público virtual montando un sistema de monitores alrededor del ring. Algunos espectadores tuvieron la ocurrencia de proyectar, en lugar de su propia cara, imágenes muy inadecuadas, como alguien vestido con la túnica del Ku Klux Klan o incluso lo que parecía una decapitación del grupo terrorista Estado Islámico.

Otro espectador prefirió sacar en su pantalla a Chris Benoit. Se trata de un antiguo luchador del circuito que desarrolló una carrera exitosa entre los años ‘80 y 2007. En ese año, en tres días terribles del mes de junio, asesinó a su esposa y a su hijo de siete años y posteriormente se suicidó. Tales actos le habían convertido en una figura que la WWE quería evitar a toda costa, hasta el punto de que la institución había borrado cualquier mención a él de su página web.

Ante estas circunstancias, la WWE ha anunciado que va a adoptar precauciones para evitar que situaciones semejantes se repitan. De momento, tal como indica el New York Post, prohibirá el acceso al ThunderDome a los individuos responsables de estas acciones. El sistema es gratuito y funciona desde cualquier parte del mundo, lo que dificulta tomar medidas legales concretas, pero como se requiere registro previo sí que es técnicamente posible localizarles y vetar su entrada. Otra posible estrategia, eficaz pero con el inconveniente de que requerirá un cierto tiempo para desarrollarla, consistiría en estudiar el comportamiento de los aficionados y “premiar” a los que respeten las reglas a menudo colocándoles en los lugares más visibles.

Existe además la figura de un “coordinador” que, a través de un micrófono por línea interna, va indicándoles a los fans que están conectados cómo deben comportarse en cada momento para que el espectáculo sea más vistoso: mostrar entusiasmo al inicio del show, abuchear a determinados luchadores, lo que exija el guion en cada momento. El método aún tiene que pulirse un poco porque, de momento, se está percibiendo cierto desfase entre lo que acontece en el escenario y las reacciones de los espectadores. En cualquier caso, este empleado también se encargará de vigilar que todos siguen unas pautas de conducta adecuadas y, si se da el caso, de expulsar a quien no lo haga.

En principio la WWE tiene intención de utilizar este ThunderDome hasta finales de octubre (al menos esa es la duración del contrato de alquiler del Amway Center, el pabellón polideportivo de Orlando, en Florida, donde han montado la estructura) y luego volver al sistema habitual de público real. No obstante, todo estará condicionado por la evolución de la epidemia, que puede hacer inviable el retorno de los seguidores... o incluso impedir que los propios luchadores acudan a combatir. O puede que, aunque lleguemos a alcanzar la famosa “nueva normalidad”, el escenario virtual se mantenga, ya que está mostrándose sorprendentemente atractivo para el público: Forbes indica que, desde que se ha implantado, las audiencias han crecido un 10 %.

De todas formas, hay que reconocer que el sistema de las pantallas que permite la participación a distancia del público da mucho juego a los trolls, pero no siempre de manera dañina. A veces se generan imágenes curiosas y divertidas. Un buen ejemplo es esta escena que se pudo ver durante un partido de la NBA hace algunos días.

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