¿Vuelve la mejor versión de Márquez?

Hohenstein-Ernstthal (Alemania), 21 jun (EFE).- Esa es la gran pregunta que casi todos los aficionados al motociclismo se estarán haciendo a estas alturas, ¿vuelve la mejor versión de Márquez?, pero la respuesta se antoja harto complicada pues en Alemania se vivieron una serie de circunstancias especiales que propiciaron el resultado final.

Un resultado, la victoria 581 días después de su último triunfo en Valencia 2019, que el propio Marc Márquez tardó en "digerir", aunque las lágrimas que tímidamente mostró en determinados momentos tras la consecución de la victoria permitían ver el sufrimiento pasado y la liberación obtenida con ella.

Sincero como siempre, el piloto de Repsol Honda no tardó en resaltar que en la carrera de los Países Bajos, en el circuito TT de Assen volverán "a lo mismo de antes", pero qué duda cabe que la victoria en Sachsenring, que no ha dejado de ser un trazado "talismán", le va a insuflar al ocho veces campeón del mundo una motivación más que especial para afrontar la segunda mitad de la temporada, tras el regreso del periplo estival en Austria, en donde se disputarán dos carreras consecutivas.

Y nadie podrá decir que Marc Márquez ha engañado a alguien pues dijo el jueves, nada más llegar a Sachsenring, que ganar era casi imposible en Alemania, salvo que se diesen una serie de circunstancias que, afortunadamente para él, se produjeron, primero porque hizo una salida perfecta, lo mismo que la primera vuelta, y luego, cuando el portugués Miguel Oliveira atacaba a sus rivales y se ponía segundo, una tímida lluvia, condición que él suele gestionar a las mil maravillas mientras sus rivales dudan, le permitió lograr una diferencia que, a la postre, le acabó dando la victoria.

Y abundando en su sinceridad, Marc Márquez, a pesar de la victoria, ni quiso valorar su objetivo para el campeonato, pues poco más o menos llegó a decir que "nadie se acuerda de quién ha sido segundo en 2005", aunque Miguel Oliveira le dijo que había ganado Valentino Rossi y Sete Gibernau fue segundo, pero se equivocó, el subcampeonato de aquel año fue para el italiano Marco Melandri y el de Repsol Honda tardó en exclamar "¡ves, ves cómo nadie se acuerda a la primera del segundo!".

Y continuó explicando que a él, todo lo que no sea ganar, no le sirve y que, estando a noventa puntos del líder Fabio Quartararo, plantear ahora esa suposición es un auténtico error.

Márquez sabe que en Assen le tocará volver a sufrir y que tras un merecido descanso y vuelta al trabajo en Austria, habrá mejorado algo o dado un paso más hacia adelante.

Y, aunque sólo sea para quitarle "un poquito" de razón a las palabras del piloto de Repsol Honda, quedan todavía 275 puntos por repartirse con el calendario actual, que probablemente cambie como consecuencia de la pandemia mundial, pero seguramente para mantener el mismo número de pruebas en escenarios distintos.

Si bien la diferencia existente entre Quartararo y él, primero y décimo, es ahora de noventa puntos, y se antoja lo bastante amplia para el francés, permite a todos los que están por detrás de él pensar en que, de aquí al final de la temporada, cualquier cosa es posible.

Johann Zarco (Ducati Desmosedici GP21), su compatriota, es segundo a 22 puntos, el australiano Jack Miller (Ducati Desmosedici GP21) ocupa la tercera posición con 31 puntos menos, uno más tiene "Pecco" Bagnaia (Ducati Desmosedici GP21), o hasta los 46 a los que se encuentra el vigente campeón del mundo, el español Joan Mir (Suzuki GSX RR), se antojan insuficientes como para que nadie pueda cantar victoria.

Juan Antonio Lladós

(c) Agencia EFE