Vuelve el golf grande: el PGA Tour renace sin público y con un pergamino de prevenciones

Renace el golf de clase mundial. Reaparece el circo montado por Tiger Woods, Rory McIlroy, Dustin Johnson y el resto de las figuras del circuito. Se trata del regreso a la normalidad: el PGA Tour volverá a la actividad a partir de este jueves con la realización del Charles Schwab Challenge, que se disputará en Fort Worth, Texas. Allí estará presente el argentino mejor rankeado, Emiliano Grillo.

Tras la interrupción por la pandemia de coronavirus, la reanudación del máximo circuito tendrá una salvedad: se jugará sin público al menos en los cuatro primeros torneos. Las autoridades irán monitoreando cómo evoluciona la situación y el nivel de contagios para que los fans vuelvan a poblar las canchas de los dos lados de las sogas y a lo largo de los fairways.

El golf pasó de la fiesta a la desazón. El telón cayó de manera abrupta el 13 de marzo, durante la segunda jornada de The Players, considerado el "quinto torneo de Gran Slam". Una multitud había presenciado la primera vuelta, pero el comisionado del PGA Tour, Jay Monahan decidió que el torneo se siguiera disputando sin espectadores. "Tanto la Casa Blanca como la oficina del gobernador de la Florida apoyaron y respaldaron las medidas de precaución que hemos tomado hasta este momento", comentó el dirigente aquel jueves al mediodía. "Aunque es importante tener en cuenta que eso podría cambiar", agregó con suspenso.

En efecto, el panorama varió dramáticamente ocho horas más tarde, cuando el PGA Tour anunció que cancelaba The Players. ¿Qué pasó entre el mediodía y el final de la noche? "Bastantes jugadores expresaron su preocupación -mencionó Monahan- y eso fue algo que nos tomamos muy en serio". Los organizadores sabían que el golf era prácticamente el último deporte en pie. Sin embargo, los índices de contagio y de muertes en los Estados Unidos empezaban su peligrosa escalada y hubo que dar un corte por lo sano.

Rory McIlroy quedó como Nº 1 del ranking mundial antes de la interrupción por la pandemia

Si el cierre de la temporada llegaba con una rapidez que entumecía, la tarea de restaurar la estructura del circuito iba a resultar extremadamente lenta. Con paciencia, Monahan se vio obligado a reamar el rompecabezas. En primer lugar, la baja del Players se extendió a los siguientes tres torneos programados. Luego llegó un anuncio impactante que llamó la atención de todos: el Masters sería pospuesto y no se jugaría en su acostumbrada fecha de abril, sino en noviembre. Cuando la gira tachó cuatro torneos más y la PGA de América agregó que pospondría su PGA Championship, eso significó que el golf desaparecía del panorama cuanto menos hasta el 17 de mayo.

En medio de la debacle, las organizaciones del golf profesional en el mundo unieron fuerzas y criterios junto con Monahan: el Masters, la USGA, la PGA de América, el R&A y la LPGA se sentaron para un reordenamiento general. Y el 6 de abril hicieron un anuncio conjunto, aclarando el futuro de cuatro certámenes muy significativos en el calendario masculino: el PGA Championship se efectuaría en agosto, el US Open sería en septiembre, el Masters en noviembre y el Abierto Británico quedaría cancelado.

Con las fechas de los majors definidas, el PGA Tour se puso a trabajar en el resto del calendario 2019-20. Nuevamente, se apoyó en una organización que había construido una base sólida a lo largo de sus 51 años de historia. Monahan estaba decidido a regresar, pero solo bajo los lineamientos de seguridad adecuados. "Desde el principio nos comprometimos a ser responsables, reflexivos y transparentes con nuestro proceso de decisión", explicó Monahan, quien menos de dos semanas después reveló que el Tour regresaría en Fort Worth, Texas.

De esta forma se jugarán 14 torneos en un período de 13 semanas, que culminará con las tres escalas consecutivas de los playoffs de la FedExCup: El Northern Trust, del 20 al 23 de agosto; el BMW Championship, del 27 al 30 de agosto, y el Tour Championship, del 4 al 7 de septiembre. Se rescató un calendario de 36 torneos, se dieron de baja otros 10 certámenes, otros pocos se vieron obligados a cambiar sus fechas y la vida de todos se vio afectada.

Entre la vuelta final del Arnold Palmer Invitational, el 8 de marzo, y la primera del Charles Schwab Challenge, que arrancará este 11 de junio, habrán transcurrido 94 días de un cierre cargado de obstáculos e incertidumbre sin precedentes. Y ya con la rueda que vuelve a girar, sobrevienen preguntas más agradables: ¿Podrá Tiger Woods alcanzar su título Nº 83 y quedar como máximo ganador del circuito? ¿Se sostendrá Rory McIlroy en la cima del ranking? ¿Cómo será el Masters en noviembre, con la presencia del amateur argentino Abel Gallegos?

En las canchas volverá a verse la ambición de Dustin Johnson

El protocolo de prevención

Para combatir la propagación del COVID-19, el PGA Tour ideó un riguroso plan de salud y seguridad para que sea seguido por los jugadores, caddies y oficiales a partir del Charles Schwab Challenge.

Se espera que los jugadores y los caddies cumplan con los cuestionarios médicos, las lecturas térmicas (temperatura) y los hisopos nasales. Estos se realizan antes de viajar a los torneos y continúan al llegar. Someterse a las pruebas es un requisito para poder competir.Los resultados del cuestionario y de las lecturas de temperatura serán inmediatos, mientras que los resultados de las pruebas con hisopos nasales tomarán de 24 a 48 horas. Durante el procesamiento de sus pruebas en los laboratorios locales, a los jugadores se les permitirá estar en la sede del torneo para practicar o jugar, pero no tendrán acceso a edificios como la casa club.Los examinados y el asesor médico del Tour recibirán los resultados. En el caso de una temperatura elevada, se iniciará un protocolo que podría incluir una prueba de COVID-19.Se espera que alrededor de 400 personas sean examinadas en cada certamen, incluidos jugadores, caddies, personal del torneo y del club.En el caso de una prueba positiva, el individuo será aislado de inmediato en un lugar designado y de ser necesario se le proporcionará atención médica. Estas personas deberán aislarse hasta un mínimo de 10 días después de la prueba positiva y sin síntomas posteriores, o después de que den dos resultados negativos con al menos 24 horas de diferencia. La atención médica personalizada de un especialista local también estaría disponible.Para minimizar el riesgo de infección, el PGA Tour limitará la exposición en el sitio mediante la instrumentación de un acceso más estricto a las áreas restringidas para jugadores y caddies, incluidas las casas club. El acceso solo se permitirá a aquellos que hayan superado las pruebas sin inconvenientes. No se permitirá el acceso de familiares.El personal de apoyo, como instructores, entrenadores o intérpretes, está permitido en el campo y en las áreas de práctica. Ellos deberán cumplir con las pautas de distanciamiento social y permanecer siempre a dos metros de distancia de un jugador.Los camiones y los representantes de los fabricantes de equipo de golf también tendrán permiso de estar en las sedes de los torneos, pero no se les otorgará acceso a las áreas restringidas. No se permitirá que los jugadores ingresen a estos camiones. También se permitirá la entrada de entrenadores independientes, pero con la condición de que se sometan a las pruebas.Se alienta a los jugadores y caddies a quedarse en los hoteles designados para crear un ambiente controlado. Se permiten vehículos recreativos, al igual que casas de alquiler con medidas sanitarias adecuadas. Los jugadores locales y sus acompañantes pueden quedarse en sus propios hogares.Las áreas de alimentación para los jugadores se reducirán para permitir un manejo seguro de alimentos y bebidas. Las opciones se simplificarán a las selecciones de tomar y llevar.En general, los jugadores y los caddies son responsables de su propio transporte durante toda la semana.Los jugadores y los caddies pueden optar por usar barbijo mientras están en la sede del torneo. No se permite que se den la mano o que tengan contacto de algún tipo, incluidos los choques de puños o "chocar los cinco".Los jugadores y los caddies deben hacer todo lo posible para distanciarse socialmente el uno del otro durante la vuelta.Los caddies deberán realizar otras tareas durante una ronda, incluyendo el rastrillado de búnkeres, la limpieza del rastrillo, remover, sujetar y volver a colocar la bandera, encargándose de la limpieza de su asta antes de volverla a colocar en su lugar.Todos los accesorios del campo, incluyendo la bandera, el asta de la bandera, los revestimientos de las copas de los hoyos, los rastrillos de los búnkers y los accesorios de la zona de práctica se desinfectarán antes de jugar. Todos los tees y greens tendrán estaciones con desinfectantes para manos. Se recomienda encarecidamente a todos los jugadores y caddies que desinfecten sus manos después de cada hoyo jugado.

El field de jugadores para el próximo torneo