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Vinícius Jr. y nada más

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Vinícius Jr. no es Neymar Jr. y quizás nunca lo será. Es un jugador muy joven, que necesita “tiempo de cocción” (Julen Lopetegui dixit) y a quien hay que mimar para que no acabe convirtiéndose en un juguete roto. Pero ahora mismo, a pesar de todas las pegas, el ataque del Real Madrid de Santiago Hernán Solari es Vinicius Jr. y nada más. Así de fácil.

El chaval brasileño marcó ante el Valladolid su primer gol oficial como jugador madridista. Oficial porque el árbitro decidió dárselo, pues su disparo desviado chocó con la espalda de Kiko Olivas y acabó en la portería del equipo pucelano. Pero más allá de ese tanto, y de que de un buen arranque suyo llegara el penalti que valió el 2-0 para los blancos, lo que quedó clarísimo en los veinte y pocos minutos que estuvo Vinícius sobre el césped del Bernabéu es que el chico merece jugar mucho más.

Ante el Melilla ya fue el mejor del partido, disputando los 90 minutos y repartiendo dos asistencias y un par de destellos de crack en ciernes. Vinícius tiene arrojo, descaro, desparpajo, y sobre todo una cosa que falta en cantidades industriales en la plantilla merengue ahora mismo: ganas.

El centrocampista brasileño del Real Madrid, Vinicius Júnior, tras el primer gol de su equipo ante el Real Valladolid, en el estadio Santiago Bernabéu. EFE
El centrocampista brasileño del Real Madrid, Vinicius Júnior, tras el primer gol de su equipo ante el Real Valladolid, en el estadio Santiago Bernabéu. EFE

Porque mientras el 98 por ciento de la plantilla actual estaba en mayo pasado levantando la decimotercera Champions League en Kiev, Vinícius se curtía en el fútbol brasileño, a base de samba y patadas por igual. Él no brindó con champán junto a Cristiano Ronaldo, ni escuchó el “You’ll Never Walk Alone” en la grada del estadio Olímpico, ni vio en vivo el golazo de chilena de Gareth Bale o las cantadas de Karius.

No.

Vinícius Jr. estaba muy lejos, creciendo, jugando, junto a los suyos, relamiéndose al pensar en lo que se le venía encima esta temporada al cruzar el charco de manera definitiva. Con 18 años recién cumplidos, el chico tiene calidad para –por lo menos– jugar en primera división en España, eso ya ha quedado demostrado. Como además ha dado muestras de tener ganas de comerse el campo, a diferencia de Gareth Bale, Marco Asensio, Lucas Vázquez y otros compañeros del ataque, bien haría Solari dándole cancha mientras él esté en el banquillo. La situación actual dice mucho más en contra de los atacantes blancos que en favor de Vinícius, todo sea dicho, pero llegados hasta aquí, Solari debe saber como jugar sus cartas.

El centrocampista brasileño del Real Madrid Vinicius Júnior junto a su entrenador, Santiago Solari, tras el primer gol de su equipo ante el Real Valladolid, en partido de la undécima jornada de liga en Primera División que se disputó en el estadio Santiago Bernabéu. EFE
El centrocampista brasileño del Real Madrid Vinicius Júnior junto a su entrenador, Santiago Solari, tras el primer gol de su equipo ante el Real Valladolid, en partido de la undécima jornada de liga en Primera División que se disputó en el estadio Santiago Bernabéu. EFE

A juzgar por su alineación ante el Valladolid, no parece que el argentino tenga muchas ganas de rebatir a Florentino Pérez quien debe y no debe jugar en este juego de estrategia corporativa en la que el presidente ha convertido al primer equipo. Vinícius Jr. no entra dentro del once preferido de Florentino, pero sin duda querrá ver a su gran inversión del verano sobre el terreno de juego.

En manos de Solari está el poder contentar a su jefe y, a la vez, dar rienda suelta al talento de este joven brasileño que, a cambio de presión, lo que necesita es jugar.

Como, además, no hay un sólo jugador en la plantilla que se haya ganado el derecho a ser titular indiscutible en este arranque de temporada, Solari tiene la oportunidad perfecta para intentar entrar en la historia del Real Madrid por la puerta grande: convirtiéndose en el hombre que dé la oportunidad al que bien puede ser la próxima estrella merengue.

Si a Di Stefano se le estará siempre agradecido por haber apostado por La Quinta del Buitre, a Valdano por poner a Raúl en Zaragoza, y volverlo a poner ante el Atlético de Madrid tras su desastroso debut, ¿por qué no podría un día recordarse que fue Santiago Solari quien se decidió a sentar al Gareth Bale más ausente del último lustro para darle cancha a un tal Vinicius Jr.?

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