Anuncios

Las vacaciones no cambiaron a este River dinámico, intenso y dilapidador, que no liquida y se pone en riesgo

Miguel Torrén se anticipa a Matías Suárez en el 1-1 de River y Argentinos, partido de ida por su cruce de octavos de final de la Copa Libertadores.
Mauro Alfieri

Si la serie entre River y Argentinos quedó abierta tras el 1-1 en la ida de los octavos de final, hay una clara explicación: se cruzaron dos equipos dispuestos a jugar, luchar y dejar el corazón hasta el final por la clasificación. En el regreso a la Copa Libertadores tras la pausa, los 50 días sin fútbol de ambos no parecieron sentirse. Con sus armas y sus convicciones, el millonario y el Bicho ofrecieron un gran espectáculo a pura dinámica e intensidad. Y el empate dejó una certeza. Los 90 minutos en La Paternal tienen todos los boletos para ser electrizantes.

Los primeros minutos del primer tiempo ya mostraron todo lo que la serie venía a ofrecer en la previa: dos equipos decididos a imponer condiciones, mucha dinámica, ritmo alto, espacios para aprovechar y ocasiones de gol. Por momentos, River tuvo superioridad en el juego con orden, verticalidad y profundidad. Supo aprovechar los huecos que le dejó un atrevido Argentinos para lastimar y forzó constantes errores para atacar rápido, pero volvió a aparecer una vieja y conocida falencia: la falta de efectividad. Tras el gol inicial de Suárez a los 9 minutos, el delantero cordobés tuvo otras dos claras chances para ampliar el marcador y no pudo concretar ante el arquero Lucas Chaves.

Compacto de River 1 vs. Argentinos 1

Gallardo dispuso a la mayoría de los habituales titulares del 4-3-3 y contó con seis jugadores que no realizaron la pretemporada en Estados Unidos con el plantel: Franco Armani, Gonzalo Montiel y Julián Álvarez se reincorporaron el lunes tras la Copa América y estuvieron desde el arranque, tal como David Martínez, Nicolás De La Cruz y Braian Romero, la gran sorpresa del equipo que terminó siendo la figura del equipo.

Con tan solo seis entrenamientos con el plantel –su contrato lo había firmado el pasado miércoles 7 de julio–, el DT mandó a la cancha al ex delantero de Defensa y Justicia, que saltó al Monumental con un espectacular récord encima que lo amparaba para confiar en su presente: marcó 18 goles en 18 partidos internacionales en su último año con el Halcón de Varela. Ningún jugador del fútbol sudamericano había festejado tanto como él en el plano continental. Y en los 70 minutos que jugó demostró por qué Gallardo puso el ojo en él.

El atacante de 30 años respondió con creces. Intenso, pícaro y movedizo, tiró constantes diagonales para mostrarse, cumplió bien su rol de pívot y apostó siempre por lastimar a las espaldas de los tres centrales rivales. Así fue como llegó a asistir a Matías Suárez para el 1-0 tras llevarse una pelota con la cabeza en el área luego de un gran pase largo de Paulo Díaz. Hasta que fue reemplazado, fue lo más interesante de River en un partido muy disputado con dos equipos siempre dispuestos a atacar.

Momento de celebración para River, por el gol de Matías Suárez: 1-0 a Argentinos.
Mauro Alfieri


Momento de celebración para River, por el gol de Matías Suárez: 1-0 a Argentinos. (Mauro Alfieri/)

Lejos de intimidarse por el contexto y el escenario, Argentinos nunca claudicó en su plan, buscó siempre hacer valer sus convicciones y le disputó la pelota de igual a igual a su rival. Más allá de que por momentos se vio desbordado por la potencia ofensiva millonaria, sostuvo el esquema 3-4-3, presionó alto, adelantó sus líneas desde el primer minuto, tuvo como referencia al potente e incesante Gabriel Ávalos y logró profundidad cuando pudo aprovechar los apoyos de sus carrileros Jonathan Sandoval y Elías Gómez. Y de esa forma llegó al empate.

Sin perder la cabeza tras el golpe inicial, a los 39 minutos logró el 1-1 tras un lateral ganado por la presión de Gabriel Florentín sobre Gonzalo Montiel. Tras el saque de banda, desbordó Gómez, la bajó de cabeza Sandoval y llegó otro cabezazo de Hauche en el área chica. Allí, nuevamente apareció otra de las falencias del último tiempo de River: desatenciones defensivas y pérdidas de marca en el área que le cuestan muy caro. De haber sido más atento, la victoria parecía tenerla al alcance de la mano.

Momento de celebración para Argentinos, por el gol de Gabriel Hauche: 1-1 con River.
AFP


Momento de celebración para Argentinos, por el gol de Gabriel Hauche: 1-1 con River. (AFP/)

Luego, en una segunda parte muy pareja y disputada, ya sin tantos espacios, el partido se tornó mucho más friccionado con el correr de los minutos. Ambos perdieron potencia y lucidez. Los cambios de ambos entrenadores no pudieron torcer la historia y el correr del cronómetro fue llevando el partido a un justo 1-1 que ya no tuvo tantas emociones en el tramo final.

Quizás, desde lo futbolístico, ambos se llevaron sensaciones tanto positivas como negativas en diversos aspectos. Pero, desde lo anímico y mental, Argentinos dio un paso adelante: se plantó en el Monumental, dejó en claro que está preparado para dar pelea con actitud, coraje y fútbol y Milito volvió a ponerle a Gallardo una piedra en el camino (le había ganado 3 de 4 enfrentamientos en Independiente, Estudiantes y Argentinos). En una semana, en La Paternal, se definirá esta historia que prometía y ya empezó a cumplir.