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US Open. Gregoire Barrere, el tenista que pasó de ser "desconocido" a sentirse Federer por una sospecha de coronavirus

Gregoire Barrere nació, hace 26 años, en la comuna de Charenton-le-Pont, en París. Es hincha del PSG y admira a Kylian Mbappé. A los cinco años empuñó una raqueta de tenis por primera vez y se hizo profesional en ese deporte en 2012. Su ranking actual es 93°, pero llegó a ser 80° en octubre de 2019. No tiene títulos ATP y nunca superó la segunda ronda de un Grand Slam. Sin embargo, en el actual US Open, Barrere pasó de considerarse un "desconocido" a sentirse el suizo Roger Federer. ¿Por qué? Por el trato preferencial que está recibiendo tras haber estado en contacto directo con su compatriota Benoit Paire, que dio positivo un control de coronavirus.

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Barrere, diestro y con revés de dos manos, contó que el sábado por la noche recibió un mensaje de texto que decía: "Necesitamos llamarlo, es urgente". Entendió que se trataba de algo malo. A los pocos minutos le estaban informando que Paire había dado positivo y que tras un rastreo sobre las personas que habían estado en estrecho contacto con el francés se encontraba él."Se me hizo una pelota en el estómago al recibir la llamada. Por supuesto, no fue fácil hasta el mediodía del domingo, cuando supimos que íbamos a poder jugar [el US Open]. Fue la primera pregunta, teníamos mucho miedo de no poder jugar. Tan pronto como nos enteramos, todos nos relajamos un poco", comentó Barrere, según el diario L'Equipe. ¿Por qué "todos"? Porque además de él en la misma situación están Richard Gasquet, Adrian Mannarino, Eduard Roger-Vasselin y Kristina Mladenovic.

Barrere finalmente debutó ayer en el Abierto de los Estados Unidos y derrotó al japonés Taro Daniel por 6-3, 6-4, 3-6 y 6-1. En la segunda ronda se medirá con el ruso Andrey Rublev. Pero, mientras tanto, Barrere "disfruta" de algunos privilegios que en circunstancias convencionales, por el ranking que posee, no tendría. En realidad, el tenista entró en una burbuja dentro de la propia burbuja creada por la Asociación de Tenis de los Estados Unidos (USTA). "Pasé de ser un desconocido en Grand Slam, ¡a tener la impresión de ser Roger [Federer]! Tengo mi coche privado, tengo guardaespaldas para ir a entrenar, estaba el guardaespaldas cerca de mi entrenador durante mi partido, nos pusieron en una habitación separada, casi como las suites que tienen los preclasificados. Aparte del hecho de que no puedo salir, siento que estoy en la piel de un top 5", sonrió Barrere, que tiene tres títulos de Challengers.

El domingo por la noche, después de que la USTA les confirmara que podían participar del US Open, todos los tenistas franceses que estaban bajo la lupa sanitaria fueron autorizados a entrenarse en Flushing Meadows. "Nos apoyamos mutuamente en este momento difícil -apuntó Barrer, en L'Equipe-. Fue bueno poder compartir eso entre nosotros, el grupo de confinados en la burbuja. Pudimos salir el domingo por la noche para entrenar. Nos encontramos en el estadio, nos miramos, nos reímos un poco, pero estábamos felices de poder pegarle a la pelota. No habíamos dormido el día anterior, así que estábamos muertos, pero se sintió bien tomar un poco de aire fresco".

El argentino Guido Pella y el boliviano Hugo Dellien, evidentemente, no recibieron el mismo trato por parte de la USTA. Ambos, eliminados en la primera ronda del US Open, fueron retirados del Masters 1000 de Cincinnati y aislados durante dos semanas después de que el preparador físico de ambos, Juan Manuel Galván, diera (¿falso?) positivo de Covid-19 (antes y después de ese test recibió pruebas negativas).

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"La realidad es que me voy triste porque creo que fue una de las peores injusticias que un deportista puede vivir. No lo digo desde el lado solamente de los tests, que hasta el día de la fecha me dio 9 veces negativo, y a Titán (Galván) solamente una vez. Sentí mucha injusticia de parte de todos. Lamentablemente pude confirmar esa teoría cuando se le dio luz verde a los tenistas franceses para que puedan jugar", expresó Pella después de su derrota por 6-2, 0-6, 6-3 y 6-3 ante el estadounidense Jeffrey John Wolf (138°).

El correntino Leonardo Mayer, que se despidió en la primera ronda del US Open al perder por 6-3, 6-2 y 6-3 con el canadiense Milos Raonic, se refirió, en rueda de prensa virtual, a lo que ocurrió con Pella y Dellien: "Los jugadores no tuvimos nada de peso ni opinión en nada. Lo que pasó con Guido y Hugo es una cosa increíble, pero increíble, porque después pasó con los otros [por los jugadores franceses] y no les hicieron nada, les dejaron jugar. Entonces es insólito lo que pasó. Son cosas que no se entienden. Te da la pauta de que no les importa nada los jugadores, que hacen lo que quieren. Entonces creo que es buena esta asociación [NdR: el sindicato paralelo impulsado por Novak Djokovic] para poner más peso y que la opinión esté más en conjunto y no individualmente".