Un Real Madrid de transición

Gareth Bale (3-i) de Real Madrid celebra luego de anotar en un partido del grupo H de la Liga de Campeones UEFA entre Borussia Dortmund y Real Madrid en el estadio Signal Iduna Park, en Dortmund (Alemania). EFE
Gareth Bale (3-i) de Real Madrid celebra luego de anotar en un partido del grupo H de la Liga de Campeones UEFA entre Borussia Dortmund y Real Madrid en el estadio Signal Iduna Park, en Dortmund (Alemania). EFE

Transiciones. No se me ocurre una palabra mejor para resumir la victoria del Real Madrid en Dortmund y al mismo tiempo su momento en la temporada. Sobre el césped del imponente Westfalenstadion, los blancos se agarraron al contragolpe voraz, a las transiciones, para desmontar la presión de un rival tan fogoso como descompensado. Y en la temporada el equipo sigue transitando hacia su mejor versión. Hacia el modelo que ofrecieron a principio del curso. En Alemania, pese a los perennes desajustes defensivos, los de Zidane dieron el primer paso en esa transición positiva y se reconciliaron con el ataque y el gol.

El Real Madrid cimentó su primera victoria en la caldera amarilla con un ejercicio de comprensión lectora. Con el libro en la mano, sus centrocampistas. Los alemanes mordieron con determinación arriba y minaron el centro pero en ese escenario el equipo español optó por el juego directo y preciso hacia sus delanteros. Ventajas de tener control y vértigo a partes iguales en plantilla. Ronaldo y Bale validaron la lectura machacando con sus carreras la adelantadísima defensa germana y en un par de maniobras transformaron una propuesta valiente en un ejercicio suicida.

Así llegó el golazo de Bale, otro futbolista cuando juega en su posición natural. De las botas galesas nació también el segundo, habilitando a un Cristiano que regresa a Madrid con un debate menos en la mochila. El luso, tan incontenible en la carrera vertical como su compañero hoy de delantera, cerró el marcador con un latigazo en carrera soberbio. De nuevo en una transición de libro, la mejor arma del Madrid cuando el juego de combinación se atasca. Un tesoro denostado por una parte de la crítica pero de un valor incalculable.

Pese al marcador, no fue un Madrid redondo el de Dortmund. Si la balanza no se inclinó completamente hacia el lado deseado fue por los desajustes defensivos (ni Varane, ni Carvajal, ni Ramos, que cometió penalti por mano no señalado el colegiado y tuvo muchas dificultades para frenar a un Aubameyang que casi siempre se anticipó, pasan por su mejor momento) y por cierta sensación de desgobierno en el correcalles. Son detalles que invitan a pensar en que el equipo tiene mucho margen de mejoro pero no empañan la sensación de que el Real Madrid ha ganado crédito y tiempo en Alemania para avanzar en su transición.

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