Un año de ensueño que pinta para llegar al Super Bowl LI

Cuando la pretemporada empezaba a llegar a su fin, las malas noticias rondaban Valley Ranch. Tony Romo (una vez más) se lesionaba y estaría fuera más del 50% de la temporada. Los augurios eran poco halagüeños para el equipo de la Estrella Solitaria. Se vislumbraba, más bien, una temporada con récord perdedor.

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Llegaba Mark Sánchez al roster de los Cowboys para pelear por la titularidad y liderar la ofensiva a realizar papeles decorosos en los juegos que tuvieran. Afortunadamente Jason Garrett, head coach de Dallas tomó la mejor decisión, y apostó a jugársela desde el comienzo con el novato, Dak Prescott dirigiendo la ofensiva, y arropado por su gran línea ofensiva, el arranque de Ezekiel Elliott, y la siempre ayuda de su ala cerrada, Jason Witten.

El primer (y hasta ahora único duelo perdido de la temporada) partido frente a los New York Giants dejaba caras largas y muchas dudas sobre el futuro inmediato de la franquicia. No conseguía ser efectivo en la zona roja y eso prendía los focos de alarma.

Pero, para fortuna de los miles de aficionados de los Cowboys, ese arranque dubitativo se esfumó para darle salida una gran racha que poco a poco los perfila para visitar el NRG Stadium de Houston para disputar el Super Bowl LI.

El gran aporte de sus incipientes estrellas, los ha montado al tren de la victoria con 11 consecutivas y amarrando ya su pase a la postemporada (el único en la NFL en conseguirlo a esta altura). Los Cowboys tienen una ventaja de 2.5 juegos sobre los Seattle Seahawks, su más cercano perseguidor en la NFC.

Dak Prescott tiene 2,974 yardas por aire, 2 intercepciones y 19 pases de touchdown en 358 intentos. Ezekiel Elliott lleva ya 1,285 yardas, 12 td’s en 263 acarreos. Números que emocionan, ilusionan y entusiasman a ellos mismos, a sus seguidores e impresionan a sus rivales.

Para seguir con la tranquilidad mostrada hasta este momento en la temporada 2016, el próximo domingo por la noche se enfrentarán a los Giants buscando la victoria y amarrar el título divisional.

Desde 2014 los Cowboys no llegaban a los playoffs con posibilidades reales de buscar el juego por el campeonato, pero ahora cuentan con una ofensiva poderosa y una defensiva balanceada que les catapultarían a la gloria.

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Los Dallas cowboys lucen como en sus mejores años en la década de los 90, que les llevaran a conseguir tres anillos de campeones, y de seguir como hasta ahora, sumarían uno más a su vasta historia.

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