Trono vacío busca aspirante que pueda con todos y con todo

Madrid, 29 sep (EFE).- La Euroliga busca, a partir del 1 de octubre, a un equipo capaz de ocupar el trono continental que quedó vacío la temporada pasada por culpa de la pandemia y que supere a todos sus rivales y a todas las circunstancias ignotas que podrían acontecer.

Siete meses después de una temporada inconclusa por la covid-19, la máxima competición continental de baloncesto echa a andar con toda la ilusión y toda la incertidumbre del momento, consciente de todas las dificultades, no sólo deportivas, que tendrán que sortear los equipos.

Además de las vicisitudes deportivas en forma de lesiones y momentos de forma, todos los equipos tendrán que lidiar con las medidas sanitarias impuestas, con test PCR tres días antes de cada partido y con las burbujas que se formarán a su alrededor en cada desplazamiento, si las medidas de cada país lo permiten.

Hablar de favoritos en estas circunstancias a ocho meses vista, no deja de ser un brindis al sol, aunque parece claro que apuntan buenas maneras los de casi siempre, el turco Anadolu Efes, el ruso CSKA Moscú, los españoles Real Madrid y Barcelona y el italiano Armani Milán, que se ha subido a este póquer de favoritos en detrimento del Fenerbahce turco que ha perdido fuelle económico.

Todos los equipos tienen problemas económicos. La ausencia de público se nota no sólo en las pistas sino en la tesorería, aunque algunos lo lleven mejor que otros.

Los griegos Panathinaikos y Olympiacos han perdido ese impulso financiero y han bajado algún escalón en su potencial, al tener que dejar marchar a algunas de sus figuras.

Pero la clase media de la Euroliga goza de una buena salud deportiva y equipos como el Baskonia, el Valencia, el alemán Alba Berlín, el israelí Maccabi Tel Aviv y el también alemán Bayern Múnich, junto a los ya mencionados Fenerbahce, Olympiacos y Panathinaikos, prometen espectáculo, pelea e incertidumbre en cada partido.

Tampoco se puede desdeñar al serbio Estrella Roja, a los rusos Khimki y Zenit San Petersburgo, al lituano Zalgiris Kaunas o al francés Asvel Villeurbanne, todos con calidad suficiente para derrotar a cualquiera en cualquier momento.

La idea es comenzar la competición e intentar superar todas las barreras y que poco a poco vayan volviendo los espectadores a las gradas, en la medida en que la pandemia vaya perdiendo la batalla en la que está involucrada Europa y el mundo entero.

El baloncesto, como todos los deportes, necesitan la pasión y el apoyo de los aficionados y la Euroliga espera poder encontrarlos por el camino, conforme vayan pasando las jornadas. Si la covid-19 lo permite.

Ricardo Molinelli

(c) Agencia EFE