Triple Corona: el Kentucky Derby más extraño de la historia tiene una estrella y muchas curiosidades

Como nunca, y como siempre. Este sábado, el hipódromo de Churchill Downs será la sede del Kentucky Derby (G1), una de las carreras de caballos más célebres del mundo, que quedó entre los eventos deportivos afectados por la pandemia del coronavirus. Por eso, en un año diferente, tendrá a los potrillos en las gateras cuatro meses después de lo previsto. Sin espectadores en las tribunas y, atípicamente, con un único candidato en la carrera hacia la máxima hazaña hípica: Tiz the Law.

Inimaginable ese contexto para la prueba que, tradicionalmente, inicia la Triple Corona del turf norteamericano. Esta vez, sin embargo, en el disloque del calendario por algunas postergaciones y cancelaciones, será el segundo paso, luego de que sí se disputara el Belmont Stakes (G1) en julio pasado, que alteró su recorrido de 2400m a 2000m en el hipódromo neoyorkino de Belmont Park y, por este año, dejó de ser el cierre de serie.

El Belmont Stakes

En medio de esa situación, el Kentucky Derby suma más curiosidades, comenzando por el hecho de que por primera vez desde 1945, cuando se vio afectado por la Segunda Guerra Mundial, se hará fuera de su fecha histórica, que es el primer sábado de mayo. En algún momento, la ciudad de Louisville parecía tener bajo control los casos de Covid-19 y eso alentó las esperanzas de permitir un cupo de ingresos. Pero el aumento de casos en el estado de Kentucky obligó a cerrar las puertas e, incluso, a hacer una cuarentena previa (además de los habituales testeos) a los jinetes que decidan competir allí por estos días, y que luego tendrán otro aislamiento de regreso a sus ciudades.

La campaña de Tiz the Law abruma: corrió siete y ganó seis, incluidas las cuatro de este año. Y es toda una rareza que ya haya competido en la distancia. Vendido en subasta pública en 110.000 dólares en 2018, cuando apenas tenía un año de vida, ya acumula ganancias por encima de los dos millones. Venció en dos hipódromos de Nueva York, dos veces en cada uno, y también el par de oportunidades en la que compitió en Gulfstream Park, al norte de Miami. ¿Su única derrota? En Churchill Downs, la pista a la que regresa, ya con un cartel de protagonista que no tenía por entonces.

Otro motivo del cual tomarse para sus rivales será la largada que le tocó: 17. Ningún caballo que ha partido desde ese lugar en el Kentucky Derby logró adjudicarse la carrera. Eso sí, hay un detalle: siempre compiten 20, el límite máximo que permite el trazado, y esta vez fueron ratificados 18 para la competencia que, a las 20 (hora de la Argentina), se largará con un único cuerpo de gateras, que se estrenó el miércoles pasado. Hasta aquí, se utilizaba un aparato de 14 lugares y se complementaba con otro extra. Esta vez, todos estarán dentro del mismo, sin unas ruedas y un enganche que las conecte. Como son 18, se utilizarían los partidores del 2 al 19, dejando libres los extremos. El potencial es porque habrá que ver la cantidad de retirados, entre los que estarán King Guillermo, que presentó fiebre el jueves, y Finnick the Fierce, uno de los dos únicos caballos que llegó delante de Tiz the Law alguna vez, cuyo entrenador anticipó la baja este viernes. Entonces, se baraja la salida del 3 al 18.

Otra particularidad: al Kentucky Derby se accede por puntos. Llegar a estar en sus gateras es como haber hecho los méritos suficientes en la campaña como para figurar entre los preclasificados a un Grand Slam de tenis o haber superado las eliminatorias para el Mundial de fútbol. Esta vez, por algunos favoritos que se lesionaron (el invicto Nadal, por ejemplo) y otros que tomaron rutas diferentes, en la cita que reparte tres millones de dólares en premios habrá potros que en condiciones normales no hubieran sido ni suplentes, por no tener unidades o poseer un registro bajo.

Money Moves, un hijo del argentino Candy Ride, conforma junto a Mr. Big News el binomio de los que no sumaron en el calendario selectivo. El que tiene genes nacionales ganó sus dos primeras carreras, quedó 2º en la restante y no tiene antecedentes clásicos. Un inexperto que, no obstante, hace ilusionar a sus dueños como desde que lo pagaron 975.000 dólares en una venta de potrillos que comenzaban su entrenamiento. El precio no asegura la calidad, pero sí da confianza que a su mando están el entrenador Todd Pletcher, que ya obtuvo dos veces esta carrera y fue en siete ocasiones el Cuidador del Año, y el jockey venezolano Javier Castellano, ganador de cuatro estadísticas consecutivas en los Estados Unidos y parte del Salón de la Fama. Dos celebridades.

Finnick the Fierce, que finalmente no estará en las gateras, es el potrillo al que se le detectó tempranamente que había perdido un ojo por una catarata congénita y no pasó por una subasta. Lo compró en apenas 3000 dólares Arnaldo Monge, el veterinario que lo atendía en el haras en el que creció, y convenció al entrenador Rey Hernández de compartir la propiedad. "Dios tiene un plan, supongo, y no puedes cuestionar el destino", le dijo el doctor a Paulick Report cuando decidieron que correría esta carrera e intensificaron la preparación. El destino no quiso.

Los más serios enemigos de Tiz the Law estarán a su lado. A la izquierda, Honor A.P., que viajó desde California, donde se impuso en dos casos, incluido el Santa Anita Derby (G1), y fue segundo en las otras tres salidas. Criado en Kentucky, antes de iniciar su campaña subió al ring de ventas en Saratoga, Nueva York, y el martillo se bajó tras la oferta de 850.000 dólares. A la derecha saldrá Authentic, cuya única derrota en cinco cotejos fue en aquel gran premio ante Honor A.P. En su caso, sus inversores ya triplicaron la ganancia respecto de lo que lo pagaron en 2018, ya destetado: abonaron 350.000 de la moneda norteamericana y el carablanca ya acumula recompensas por encima del millón de dólares, cifra que superó en julio, al volver al triunfo, aunque llegó casi con el envión al disco en los 1800m de Monmouth Park.

El Santa Anita Derby

El tordillo Ny Traffic, que llegó al hocico de Authentic y le dio el susto allí, también estará, precedido de tres segundos en fila. Storm the Court es de los que antes de iniciar su entrenamiento no lo quería casi nadie (se pagó 5.000 dólares al pie de la madre y se revendió en 60.000 al año siguiente), pero ya acumula premios por 1.310.451, que incluyen el éxito en la Breeders' Cup Juvenile (G1), en noviembre en Santa Anita Park.

Max Player, Thousand Words y Sole Volante lucen experiencia clásica, pero conocieron el hipódromo al desembarcar en los días previos. Winning Impression tuvo un paso en falso al iniciarse en esta cancha y se formó en Fair Grounds, sin mayor suceso cuando salió de allí.

Peón, jockey, entrenador: el prócer del turf cordobés que volvió a sonreír

Enforceable llega por cuarta vez a Churchill Downs, una pista en la que corrió las dos primeras carreras de su campaña y le ha sido esquiva hasta aquí. Tampoco pudieron vencer allí Major Fed, las dos veces que dejó Nueva Orleans para probarse en la Catedral, ni Attachment Rate, otro que llega por tercera vez. South Bend logró dos de sus tres éxitos allí, cuando se mantuvo invicto en tres salidas, pero nunca recuperó la senda de la victoria. Y Necker Island también construyó en ese escenario sus dos primeros puestos y se olvidó de cómo volver a hacerlo, desde noviembre.

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