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Tokio 2020 sigue su marcha a pesar del coronavirus: la antorcha olímpica ya aterrizó en Japón

La antorcha olímpica de Tokio 2020 llegó este viernes a Japón en un avión especial que aterrizó en la base militar aérea de Matsushima, en el noreste del país, donde se celebró una ceremonia de bienvenida de escala reducida por la pandemia del coronavirus.

Una tras otra, con lógica pura, fueron cayendo las competencias deportivas por el mundo. Suspensiones, postergaciones, cancelaciones. No es el caso de los Juegos Olímpicos de Tokio, que tienen todavía su fecha de inicio programada para el 24 de julio. Está claro que ni el COI ni el Comité Organizador quieren apresurarse en tomar una decisión. Sobre todo por lo que implicaría en lo político y lo comercial. Por eso, la antorcha, en medio de las dificultades, siguió su camino hacia Japón. Y los relevos comenzará el 26 de marzo.

La ceremonia en tierras japonesas tuvo al Blue Impulse, o Escuadrón 11, el grupo de vuelo acrobático de las Fuerzas Aéreas de Autodefensa de Japón, que celebró la llegada de la antorcha dibujando los anillos olímpicos. El campeón de judo Tadahiro Nomura y la luchadora Saori Yoshida, ganadora de tres oros olímpicos (Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012) formaron parte de la bienvenida.

El sostén de la antorcha tiene una longitud de 71 centímetros y pesa 1,2 kilos, es de color rosado y está compuesto principalmente por aluminio reciclado, una parte del cual procede de "residuos de la construcción de las viviendas temporales para los siniestrados" por el terrible sismo que afectó al noreste del país en marzo de 2011.

Hace algunos días, el relevo de la llama olímpica de Tokio 2020 se había suspendido en Grecia a causa de una gran asistencia de público, con el riesgo que conllevaba para los espectadores por la propagación del coronavirus. Aquella vez, la presencia de actores de Hollywood motivó que una inusual cantidad de personas contemplara el paso de la llama. Entre ellos, el greco-estadounidense Billy Zane (Titanic) y el británico Gerard Butler, que encarnó al rey Leonidas, de Esparta, en la película 300. Ellos eran algunos de los relevistas.

Después, esta semana, Grecia entregó la llama olímpica a los organizadores de los Juegos, en un estadio Panathinaikó, de Atenas, vacío de público. Sólo un grupo de periodistas fue autorizado a presenciar la ceremonia tradicional en el emblemático escensario en el que tuvieron lugar, en 1896, los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna.

El gimnasta campeón olímpico Lefteris Petrounias corrió con la llama en el estadio de mármol, en el que su compatriota Ekaterini Stefanidi, campeona olímpica de salto con garrocha, encendió un pebetero, siguiendo la tradición. A continuación, la llama fue entregada solemnemente a Naoko Imoto, nadadora en Atlanta 1996 y representante de Unicef y de Tokio-2020. Los organizadores japoneses recurrieron a ella porque reside en Grecia.

Ahora, la antorcha será expuesta al público durante una semana en varias de las localidades del noreste de Japón más castigadas por el terremoto y el maremoto de 2011, antes de comenzar un relevo de 121 días para el cual el Comité Organizador pidió a la gente que se abstenga de aglomerarse para verla.