Thiago ya deslumbra en Inglaterra

Londres, 21 sep (EFE).- La llegada de Thiago al Liverpool se alargó en el tiempo, pero su impacto en la Premier League ha sido inmediato. En apenas unos minutos contra el Chelsea, el mediocentro español demostró la rapidez de pensamiento y la clarividencia por la que el Liverpool ha apostado por él.

Ha sido uno de los fichajes del verano, pese a que Hansi Flick, entrenador de los bávaros, bromease hace un mes. "Se queda", respondía a un periodista para luego estallar en carcajadas. Su aterrizaje en Liverpool era un secreto a voces, aunque Jürgen Klopp se hartase de echar balones fuera en rueda de prensa.

Thiago supone la mejoría de una máquina que ya era casi perfecta, la guinda a un pastel que Klopp ha ido cocinando lentamente desde que llegase a la ciudad de los Beatles.

Tras apuntalar la portería, con la llegada de Alisson Becker, la defensa, con el estratosférico fichaje de Virgil van Dijk, y el centro del campo con jugadores de contención como Fabinho y Naby Keita, a Klopp le faltaba un medio creativo como Thiago.

Apenas 48 horas después de que se confirmase el fichaje, Thiago llegaba al campo charlando e intercambiando conceptos con Takumi Minamino. Unos minutos después ya estaba calentando en la banda de Stamford Bridge y en el descanso recibía las últimas instrucciones del cuerpo técnico de Klopp para saltar al campo contra el Chelsea.

A los 45 minutos sustituyó a Jordan Henderson, el capitán, y empezó a demostrar para lo que se le ha traído. Rápidas conducciones en el medio, controles orientados, pases en profundidad (como el que acabó originando el segundo gol) y liderazgo en el medio.

Sorprendió al espectador ver cómo, nada más salir, empezó a dar instrucciones y órdenes a todos los jugadores del césped, con la confianza de quien se ha criado en Meltwood en lugar de en España.

En su efervescencia por debutar con la camiseta Red, cometió un penalti sobre Timo Werner, quizás algo riguroso, pero penalti al fin y al cabo.

Pero tal es su suerte de cara, que Alisson lo paró y el error quedó sin consecuencias.

En total, Thiago jugó 45 minutos, tocó 89 veces el balón y dio 83 pases, de los que el 90 % llegó a su destino, según datos de la televisión que ofreció el encuentro, Sky Sports.

Solo tres jugadores del Liverpool tocaron más el cuero que él, y eso que solo jugó la mitad del partido.

Esto habla de la omnipresencia del español, quien no se conforma con pases sencillos en campo propio, sino que 63 de los 83 pases que intentó los hizo en campo rival, intentando romper líneas y crear ocasiones.

"Tenemos suerte de tener a un jugador como Thiago en el equipo", aseguró en Sky Sports su compañero y autor de los goles, Sadio Mané.

Ahora Thiago tendrá el reto de estrenarse en Anfield como jugador del Liverpool. Un estadio que ya ha conocido en dos ocasiones. Primero, con diez años, cuando su padre jugó con el Celta un partido de la UEFA y después, de forma más amarga, cuando el Bayern de Múnich visitó el templo en la Champions de 2019.

Manuel Sánchez Gómez

(c) Agencia EFE