"Súbete a mi moto" decepcionará hasta a los fans de Menudo

POR Luis Moreno-. "Súbete a mi moto" se acaba de estrenar en Amazon Prime. La serie, dirigida por Javier Solar (Paquita la del Barrio, Blue Demon, Bienes Raíces...), narra la historia de una de las ‘boy bands’ hispanohablantes más importantes de todos los tiempos: Menudo. O casi, porque es ese su problema más grave: más que contar lo que sucedió con la agrupación y sus integrantes, la narración se centra en Edgardo Díaz, su productor musical boricua-panameño.

Solar no consigue una resurrección del amor que sentían los fans por esos jóvenes, pero posiblemente no sea su culpa, ya que el guión hace prescindibles a todos los actores que interpretan a los integrantes del grupo, quienes aparecen y desaparecen sin que tengan una parte relevante en la narrativa, por lo que no llegan a generar empatía en el espectador. Nadie es verdaderamente entrañable, como sí lo fueron los verdaderos Menudo. Ni siquiera la presencia del personaje de Ricky Martin es tomada en cuenta. Su paso es poco más que la anécdota de haber hecho el casting en tres ocasiones.

Si acaso el único que llega a destacar es Robi Draco Rosa (interpretado por Pedro Emilio Vázquez, un actor poco conocido), pues en su papel, pese a ser un niño, cuestiona cómo se dirige al grupo, critica la falta de clases de canto y el enfoque excesivo en las apariencias antes que en la música y se le muestra como el único que tenía un verdadero talento innato. Desafortunadamente, sus líneas son muy pocas.

Todos los arcos dramáticos de la serie, inspirados en situaciones reales, se resuelven en dos segundos aunque hayan tardado veinte o treinta minutos en ser planteados. Así, eventos tan relevantes como el presunto atentado que Sendero Luminoso planeó contra un tren en el que Menudo iba a viajar, la muerte de una fan en Brasil, las acusaciones de abuso sexual contra Edgardo Díaz, el uso de drogas, los conflictos bélicos en el Salvador, las disputas legales, la quiebra financiera, el sexo y las dificultades de crecer, son abordados con absoluta superficialidad.

Fotografía de Menudo en la época que Ricky Martin era uno de los integrantes de la banda. (Photo by Time Life Pictures/DMI/The LIFE Picture Collection via Getty Images)
Fotografía de Menudo en la época que Ricky Martin era uno de los integrantes de la banda. (Photo by Time Life Pictures/DMI/The LIFE Picture Collection via Getty Images)

La serie carece por completo de giros en la trama que al menos consigan algo de emoción. Esto se podría justificar argumentando que es una historia de la cual todos conocemos su desarrollo y final, no obstante, otros programas similares como Luis Miguel, la serie, demostraron que esto no es necesariamente así.

Incluso la subtrama de Julieta, hija de una exfan de Menudo que conoce y entrevista a Díaz en el 2020, y sirve como pretexto para contar la historia, resulta terriblemente aburrida, su conclusión es decepcionante e intenta lanzar un mensaje de empoderamiento femenino introducido con calzador, un fallo importante en una América Latina que se encuentra en plena efervescencia de luchas sociales.

Aquí tanto Rocío Verdejo (Renata) como Josette Vidal (Julieta) merecen una mención especial… porque ofrecen las actuaciones más rescatables del elenco.

A primera vista parece que la serie apuesta por una producción de altos vuelos. Sin embargo, basta con ver un par de capítulos para darse cuenta de sus limitaciones: el mismo estudio de grabación y la misma locación para todos los conciertos, extras que parecen ejecutar una mala coreografía... Si en los créditos se informa que Televisa prestó su archivo, ¿por qué no aprovechar más tomas reales de las giras de Menudo que habrían emocionado a todos los seguidores originales del grupo?

Ni qué decir del episodio 13, en el que recrean un incidente en el programa de Cristina donde uno de los chicos que acusó de abuso a Edgardo Díaz lo confronta. Si es chocante ver algo así en la vida real, lo es aún más cuando le dedican casi media hora en la ficción. Lo que pudo haber sido un momento explosivo, de catarsis, para abordar un asunto tan delicado, acaba favoreciendo la imagen de Díaz, haciendo que salga lo mejor parado posible y las presuntas víctimas queden como oportunistas.

El origen de todos los problemas de “Súbete a mi moto” está en el guión, que parece tener el objetivo de mostrar a Díaz como una “buena persona” y achacar todo lo malo a los padres de los chicos, a la disquera o hasta a los gobiernos de los países que visitan. Aun así, hay algo oscuro, inquietante y perverso tanto en su personaje (Yamil Ureña y Braulio Castillo), como en el de José Luis “Joselo” Vega (Sian Chiong), desafortunadamente no es intencional, lo que los vuelve más escalofriantes.

El dinero para producir la serie, de acuerdo con la información oficial, vino de una empresa llamada Oriental y del gobierno de Puerto Rico, entre otros patrocinadores, pero es imposible no pensar que el propio Díaz pudo haber estado involucrado, lo que haría entendible la perspectiva de la narración.

Un día después del estreno, el propio exMenudo René Farrait reaccionó molesto, asegurando que el contenido de la serie está muy lejos de la realidad. “Realmente me dan ganas de vomitar...🤮🤮🤮 MUY PRONTO SE SABRÁ LA VERDADERA HISTORIA!!! Esto que acaba de salir ayer en Amazon es una comedia”, escribió en Instagram.

“Súbete a mi moto” no es recomendable para nadie, ni siquiera para los fans más enajenados de Menudo, que se llevarán un portazo en el rostro si esperan encontrar información nueva sobre sus ídolos, ver imágenes originales que alimenten la nostalgia o al menos una historia interesante. Puede ser más gratificante ver algunos videos viejos almacenados en la infinita base de datos de YouTube en lugar de malgastar 10 horas en un programa desabrido.

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