Su esposa y su hijo murieron en accidentes y él cobró los seguros de vida pero todo fue un crimen

A Karl Karlsen le llovieron las desgracias en su familia. Primero, el día de año nuevo de 1991 su casa, una suerte de cabaña en las montañas de California, fue devorada por el fuego y su esposa Christina, con la que llevaba 30 años de matrimonio, murió allí atrapada en un baño cuya ventana había sido tapiada pocos días antes.

Luego, en 2008, de acuerdo al relato de The Washington Post, la tragedia lo atacó de nuevo. Su hijo Levi, de 23 años, quedó atrapado debajo de una camioneta pickup y murió aplastado por su peso.

Tras la muerte de su esposa, Karlsen cobró un seguro de vida de 200,000 dólares que ella había adquirido 20 días antes de su muerte. Y, años después, cobró otros 707,000 dólares del seguro de vida de su hijo, quien falleció el mismo día en que firmó un testamento dejándole todo su patrimonio a su padre.

Karl Karlsen duramte el proceso legal por la muerte de su hijo, en el estado de Nueva York. (Captura de video / ABC News)
Karl Karlsen duramte el proceso legal por la muerte de su hijo, en el estado de Nueva York. (Captura de video / ABC News)

Así, tras esas muertes, Karlsen rehízo su vida e incluso se mudó con sus hijos a Nueva York a los pocos días tras perder a su esposa, antes incluso de su entierro. Y tiempo después, de casó de nuevo. Su historia de desgracias familiares ciertamente llamó la atención de su esposa pero ella, Cindy Best, consideró que “la forma que él [Karlsen] me lo explicó me pareció con total sentido… Karl tuvo una respuesta para todo”.

El relato de cómo murió su esposa en 1991 es, en ese sentido, peculiar. Karlsen dijo en su momento a los investigadores que la ventana del baño donde su esposa quedó atrapada durante el incendio fue rota por ella misma, accidentalmente, días atrás y por ello la habían cubierto con una pieza de madera. Pero eso bloqueó la salida de humos y una posible vía de escape.

Karlsen dijo también que su esposa dejó por accidente un recipiente lleno de keroseno en el pasillo junto al baño, pensando que estaba lleno de agua, pero que un perro o un gato volcaron el recipiente haciendo que el combustible se derramara por el lugar. Y, por añadidura, también de modo accidental, un foco defectuoso colocado por Karlsen hizo corto y encendió el keroseno. En el incendio resultante falleció Cristina, y los bomberos consideraron el incidente como un trágico accidente.

Luego, en 2008, Karlsen y su hijo Levi fueron ante un notario para certificar el testamento en el que el segundo le dejaba todos sus bienes a su padre. Al poco, Karlsen le pidió a su hijo si podía ayudarle en casa a revisar una pickup que necesitaba algún tipo de arreglo. Ambos fueron allí y Levi se colocó debajo del vehículo, levantado por un gato pero sin otros apoyos, para ver qué era el desperfecto.

Entonces Karlsen, por equivocación, subió al asiento del conductor de la pickup y el peso hizo que el camión se desplomara sobre Levi, quien quedó aplastado. Y se afirma que mientras el hijo agonizaba, Karlsen subió el volumen de la radio para que no se oyeran los gritos del joven y se fue del lugar. Levi murió. El asunto fue considerado un trágico accidente.

La televisora ABC News mostró videos de Karlsen en un interrogatorio en el que él afirmaba que la muerte de su hijo fue un accidental y se decía inocente de ello.

Pero en algún momento Best comenzó a desconfiar. Contrató, narra el Post, a un investigador privado para enterarse en qué había gastado su esposo el dinero de esos seguros de vida. Y descubrió que Karlsen había usado parte de ese dinero para comprar un seguro de vida a nombre de ella.

Entonces Best, presumiblemente, empezó a temer. “Encontré que existía un seguro de vida a mi nombre, y que mi muerte le valdría 1.2 millones de dólares a Karl”, dijo de acuerdo al Post. ¿Se estaba preparando un nuevo y trágico accidente en la familia de Karlsen?

Ella no espero a que eso sucediera y se fue, con su hijo, a Kentucky. Pero también alertó a las autoridades y Karlsen acabó confesando que él mató a su propio hijo, Levi, y se quedó con el dinero de su seguro de vida. Fue acusado de asesinato en segundo grado de su propio hijo y enviado a prisión en el estado de Nueva York.

Para su familia quedó entonces patente que Karlsen era en realidad un monstruo. “Le dijo que sabía que él mató a mi madre y a mi hermano… El sonrió [como el gato de ‘Alicia en el país de las maravillas’] y dijo ‘han pasado 20 años, no me atraparon entonces, no lo harán ahora’…”, contó Erin DeRoche, la otra hija de Karlsen.

Pero su insolencia resultó errada. Además de ser sancionado por el asesinato de su hijo, en California las autoridades reexaminaron el incidente del incendio y determinaron que la muerte de su primera esposa no fue accidental.

Y aunque sus defensores criticaron esa decisión y él acusó a su segunda esposa de haberse vengado de él, Karlsen fue procesado y hallado culpable de asesinato en primer grado. Quedó entonces claro que asesinó a su primera esposa y a su hijo para quedarse con casi un millón de dólares en seguros de vida y se planteó la posibilidad de que planeaba hacer lo mismo con su segunda esposa, para quien había ya adquirido (sin que ella supiera) un seguro de vida por un monto incluso mayor.

Así, al final nada fue accidental: el afán criminal de Karlsen quedó revelado y se hizo justicia.