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Sergio Paulet, pilotando retos a la velocidad de un coche

Redacción deportes, 14 abr (EFE).- Sin apenas experiencia como piloto de coches, Sergio Paulet ganó en el circuito italiano de Monza la última prueba de la Ferrari Challenge Trofeo Pirelli, una hazaña que le ha valido para cumplir un sueño y derribar la puerta del automovilismo.

10 de septiembre de 2020. Esa es la fecha marcada en rojo por Sergio Paulet (Boadilla del Monte, Madrid; 1992) porque ese día fue la primera vez que se subió a un coche de carreras para participar en los test de la Copa Cooper.

En el circuito de Alcañiz, en Teruel, con un casco y un mono prestados, el joven piloto madrileño sorprendió a todos al realizar el segundo mejor tiempo, solo superado por José Manuel de los Milagros, piloto oficial BMW M.

"No tenía ninguna referencia mía y nada más verme correr me dijo que le sorprendía que nunca me hubiese subido a un coche de carreras. Para mí, es una persona muy importante. Me llevo muy bien con él, me ayuda muchísimo, no solo a nivel deportivo, sino que es prácticamente mi psicólogo", declara a EFE Paulet.

En solo siete meses, la progresión de Sergio Paulet, un amante del motor al que le gustaba ir a algún 'track day' como simple afición, ha sido meteórica. Tras la Copa Cooper fue a la prestigiosa Coppa Fiorio en Sicilia, después a Mugello (Italia) para disputar la última carrera de las 24H Series, que ganó, y también participó en el Campeonato de España de resistencia al volante de un Ferrari 488 Evo de 670cv.

Dónde ha deslumbrado a todos es en el circuito italiano de Monza, en la prueba de la Ferrari Challenge Trofeo Pirelli, en la que no había un español desde 2008 y en la que debutó con victoria, pese a que en la clasificación oficial realizó un tiempo discreto siendo décimo, quinto de su categoría.

"Todo lo que me está pasando está siendo increíble", confiesa Paulet, que asegura que lo que más le está gustando es "lo que te ayuda la gente, incluidos otros pilotos".

"Me ha escrito mucha gente felicitándome y ayudándome y todo eso te ayuda a encontrar tu camino en un deporte que parece bastante individualista. Un ejemplo es que en la última carrera, cuando salí del coche, el piloto que me había dado un toque me pidió disculpas. Es un deporte muy agresivo, siempre habrá toques, pero la gente lo sabe reconocer y hay un buen ambiente", apunta.

Sergio Paulet trabaja como administrativo internacional en una empresa óptica. Ahora compatibiliza su trabajo con esta nueva vida deportiva.

"Hago teletrabajo y me puedo organizar. Durante la semana, nada más salir de trabajar a las seis de la tarde, hago dos horas de gimnasio, y después, cuando llego a casa, me doy un paseo con mi perro. Al volver, dos horas en el simulador", desvela.

El piloto madrileño, hasta que en 2020 se subió a un coche de carreras, todo lo que había probado eran coches de calle, incluido algún Ferrari.

"Los coches para mi eran simplemente una afición aunque en casa mi padre compitió de joven en motocross. Él me dio la oportunidad de correr en karts, pero tomé decisiones que cuando eres niño no son correctas y preferí el fútbol. De pequeño siempre tienes ese miedo a separarte de tus amigos", comenta Paulet, muy agradecido con su padre, al que considera su "equipo".

"Es el que me organiza todo, es como si fuese mi mánager", confiesa Paulet, que reconoce que con este deporte no gana dinero.

"Ganar dinero como piloto es muy complicado. No dependes solo del talento, sino de la afición y el apoyo que tengas como piloto. Además, es un deporte caro, por eso intento conseguir algún patrocinio", declara el piloto madrileño, que está disfrutando cada segundo de esta aventura automovilística.

"Yo creo que las carreras son más entretenidas que las de Fórmula Uno. Las carreras de sprint con una monomarca son muy divertidas", apunta Paulet, que cita a los pilotos de GT Miguel Molina y Antonio García como referencias.

Ahora, como hoja de ruta para los próximos meses, Sergio Paulet tiene pensado correr las Ferrari Challenge, de las que va líder en categoría amateur. Son 14 carreras en siete circuitos.

Más lejano ve cumplir su sueño. Sería correr las 24 Horas de Le Mans, en Francia. "Por el mito, la leyenda y por lo grande que es esa carrera. Me haría mucha ilusión ir alguna vez".

"Seria un sueño y lo tengo como objetivo, aunque sé que es muy difícil. Es algo muy a largo plazo. Antes hay que ver qué tal se desarrolla mi habilidad como piloto. Tengo mucho que aprender. El nivel con los pros de la categoría no es el mismo", subraya.

Roberto Gómez, su experimentado ingeniero de pista, lo tiene claro. Apuesta por él. "He trabajado con muchos pilotos de Formula Uno, en carreras de resistencia, y sé que la suerte no existe. Lo que tiene Sergio es un talento fuera de lo normal. Además, parece que no sienta la presión, es como si llevase toda la vida compitiendo, aunque en realidad todavía es un amateur".

Con el sueño de Le Mans en mente, Sergio Paulet espera ir cumpliendo objetivo a corto plazo. De momento, una doble vida, la de administrativo y piloto, con los pies en el suelo.

David Ramiro

(c) Agencia EFE