El sentido relato de Martín Palermo, a tres meses de la muerte de Diego Maradona: "Dios aún existe"

Martín Palermo escribió un sentido texto en el que comparte cómo fue su vínculo con Diego Maradona, y contó cómo lo impactó su muerte, de la que hoy se cumplen tres meses.

En el texto, publicado en el sitio theplayerstribune.com con el título "Dios aún existe", el goleador histórico de Boca comienza recordando cuándo fue que habló por última vez con el ídolo (a comienzos de 2020), y destaca cómo siempre se hacía un espacio en su día a día para hablar con aquellas personas a las que él quería en serio.

Martín Palermo contó qué le dijo Diego Maradona después de su gol contra Perú

"Éramos muy cercanos, lo habíamos sido por un largo tiempo, pero no habíamos trabajado juntos en casi una década. Pero por supuesto, como siempre, con Diego nunca era sobre trabajo. Con él siempre fue algo personal", escribe el Titán. Y agrega: "Sabía que su presencia era importante para todos los que estuvieran cerca de él, y sólo quería mostrar que estaba presente y disponible para lo que necesitara. Siempre fue así, siempre cuidándote, preguntándote cómo estabas. Y siempre se aparecía cuando menos te lo esperabas. Pero una cosa que tenés que entender sobre Maradona es que no era así sólo conmigo. No, no. Diego era así con cada uno que de verdad le importara. La manera en la que te hacía sentir. tenía una calidez especial que era increíble. Y es por eso que todavía no pude asimilar el hecho de que ya no esté."

En relación al triste mediodía del 25 de noviembre de 2020, Palermo relata: "Pasaron tres meses desde que Diego nos dejó. Cuando escuché la noticia, inmediatamente le mandé un mensaje a un periodista amigo que sabía que era cercano a él. '¿Es verdad?'. Me respondió: 'Sí.'. Y en ese momento, uno no. no puede creerlo. O sea. uno se acuerda la cantidad de veces que Diego estuvo en situaciones parecidas, en las que estaba en el hospital y se multiplicaban rumores sobre su muerte, y entonces pensaba: 'No, no puede ser, solamente es lo que están diciendo. Probablemente no sea nada'. Y al final realmente no era nada. Maradona siempre se recupera. Maradona siempre sobrevive. Había pasado tantas veces. Entonces pensás 'Esta es sólo una más'. Pero después la noticia sobre su recuperación nunca llega. Me agarró mucha ansiedad a medida que seguía esperando. Incluso le mandé un mensaje a Claudia, su ex mujer, para saber si era cierto. Dijo que sí. Y aún así no lo terminás de creer. Tu mente se rehúsa a aceptarlo. Para mí, Diego siempre iba a estar ahí. Estaba seguro de que iba a llegar a los 100 años. Y ahora, mientras los días siguen pasando, todavía tengo esa sensación de que no es cierto. Diego sigue ahí, más vale. Probablemente te lo cruces en algún momento."

El ida y vuelta de Diego Maradona y Martín Palermo por el gol contra Perú

Además de compartir sus vivencias de pequeño mientras Diego brillaba en Nápoles, el exdelantero se detiene en un momento crítico de la carrera del 10. El doping del Mundial 94: "El momento en el que me sentí más cerca de él, incluso sin haberlo conocido, fue durante el Mundial 94 en Estados Unidos, cuando lo sacaron del torneo y él salió a decir que le habían cortado las piernas. Yo tenía 20 años y había debutado profesionalmente dos años antes. Viéndolo ahí, sintiendo su dolor, despertó una nueva clase de afecto. Cuando lo vi llorar, quería llorar yo también. Es difícil, realmente, describir lo que sentí en ese momento. Todo lo que puedo decir es que me sentí más conectado con él que nunca antes. Era Maradona, era Dios, pero también era humano, ¿no?."

Acerca del rol fundamental de Maradona en su arribo a Boca, en medio de negociaciones donde también estaba River, Palermo describe: "Todavía siento que fue una bendición haber podido jugar con él al lado en los últimos meses de su carrera. Obviamente no estaba en la plenitud de su momento de esplendor de los años 80 -el Diego del Napoli, bueno, era otro Maradona. Pero igual te asombraba. Llegaba al entrenamiento y era como si todo se paralizara, y nosotros nada más mirábamos lo que hacía con la pelota, o nos quedábamos viéndolo con la boca abierta mientras clavaba otro tiro libre al ángulo. No exagero para nada: literalmente Diego podía poner la pelota donde él quisiera."

En el extenso escrito, el Titán cierra con una confesión: "No sé cuándo voy a enfrentarme con la realidad. Quizás en algún momento tendré que aceptar que Diego se fue, del mismo modo en el que tuve que aceptar la muerte de mi hijo. Voy a tener que cruzar ese puente y decirme: 'No está acá. No lo voy a ver nunca más'. Pero todavía no llegué a ese punto. Es demasiado doloroso, demasiado surrealista. Para mí, Diego todavía está ahí. Dios aún existe. Y de algún modo, siempre estará."

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