De Sarmiento de Junín a PSG: la historia de Luis Ferrer, el dirigente que convenció a Mbappé de elegir París y no Real Madrid

Su trabajo es tan minucioso como silencioso: dirigente de Paris Saint-Germain, el club francés que mañana jugará la final de la Champions League contra Bayern Múnich. Si traslada sus memorias 35 años atrás, cuando corría en los potreros de Laboulaye, Córdoba, seguramente no hubiera imaginado lo que el destino tenía guardado para él. Pero Luis Ferrer supo encontrar su lugar en el mundo deportivo. Fue futbolista de River, Sarmiento de Junín y el ascenso francés. Aunque tras su retiro se encaminó en otro escenario, ese que incluye viajes constantes, fichajes, relaciones, búsqueda de talentos y un ojo clínico para captar futbolistas.

En su rol de miembro de la Secretaría Técnica del PSG, entre otras cuestiones, Ferrer es el responsable de que en su momento Kylian Mbappé se decantara por PSG y no por Real Madrid. El encargado de convencer a una estrella del fútbol mundial, el diamante de 21 años, hoy su amigo. No es un detalle menor en la previa de la gran final. Trabajo de hormiga el del cordobés.

Luis Marcos Ferrer nació el 21 de septiembre de 1975 en Laboulaye, uno de sus lugares en el mundo. "Jugué al fútbol desde muy chiquito en el Sporting Club de mi ciudad. A ellos les debo todo, allí hice las inferiores y debuté en la primera división a los 17 años. Una liga muy áspera, eso sí. Al terminar el colegio secundario me fui a probar a River. Tuve una suerte muy grande, en ese momento estaba Héctor Pitarch en la quinta división y pude fichar con ellos. Compartí entre dos y tres años con una gran generación, la clase 1975, como por ejemplo Hernán Crespo. Conocí a personas como Alejandro Sabella. Pocas veces tuve la oportunidad de practicar con la primera, en esa época estaban Daniel Passarella y Tolo Gallego", explica Ferrer a LA NACION desde Lisboa, Portugal.

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Su paso por los millonarios se terminó y luego el camino lo llevó a Sarmiento de Junín en la temporada 1995/1996. "Logramos el ascenso de la Primera B Metropolitana a la B Nacional", rememora. Un torneo en el que el ex volante disputó 33 encuentros (anotó cuatro goles) y le abrió las puertas de Europa. En definitiva, un momento que cambiaría su vida para siempre. "Eso me permitió venir a Francia, un país en el que jugué 10 años entre la segunda y la tercera división", detalla. Los clubes fueron París FC, Grenoble y Ajaccio. "La realidad es que no me destaqué, no hice una carrera valiosa, pero me adapté a un país, comprendí su cultura y me creció la vocación de trabajar para una institución. Cuando era futbolista ya hablaba con los entrenadores o los presidentes: '¿Viste jugar a este? ¿Por qué no traemos a este otro?' Era algo que me iba saliendo naturalmente. Así, comencé mi primer año en una secretaría técnica en Niza, con su presidente Maurice Cohen", detalla quien vive en Europa desde 1996.

En su nuevo papel dirigencial Ferrer fue forjando nuevas amistades. En Niza, entre otros, con Hugo Lloris, actual arquero del Tottenham y campeón del mundo con Francia en Rusia 2018. Entre 2005 y 2009 se trasladó a Saint Etienne, donde el director deportivo era otro argentino: Omar Da Fonseca. "Nos fue muy bien, contratamos buenos jugadores y quedamos contentos con el trabajo", sostiene el cordobés. Las puertas se fueron abriendo una tras otra. En 2009 lo fue a buscar PSG, que pretendía un hombre que los llevara a conocer de una manera más minuciosa el mercado sudamericano. Por ese entonces, el club no tenía la misma fuerza económica que adquirió tras el arribo de Qatar Investment Authority. Desde la llegada del jeque catarí Nasser Al-Khelaïfi en 2011, la institución de la capital gala se convirtió en una de las más poderosas del fútbol europeo. "El objetivo final de ellos era lo que se va a jugar mañana: la final de la Champions League. Eso deseaban desde un primer momento. El camino no fue sencillo, pero por suerte todo se dio", subraya Ferrer.

¿En qué consiste su trabajo en París? "Soy parte de la secretaría técnica. Siempre estoy a la par del director deportivo, hoy Leonardo, dándole variantes con nombres y soluciones. Es un poco la cocina interna, el análisis de los jugadores que se va a contratar. Es muy amplio, porque también somos los encargados de los préstamos de los futbolistas a otras entidades. Estamos encima del centro de formación, de las inferiores. Y también hay que saber vender y tener relaciones", asegura. "Lo mío es indirecto, es un trabajo que no se ve", añade.

La tarea de convencer al "Joven maravilla"

"Operación Mbappé". En 2019, una portada de la reconocida revista francesa France Football sorprendió al mundo del fútbol por sus revelaciones: Real Madrid tenía decidido acelerar a fondo por Mbappé y la cifra que el club español estaba dispuesto a desembolsar era 280 millones de euros. El delantero era la principal obsesión de Zinedine Zidane, que buscaba juntarlo con Cristiano Ronaldo. No hubo caso, PSG no aflojó.

Lo cierto es que la entidad madrileña ya pretendía a Mbappé desde mediados de 2017, cuando el francés jugaba en Mónaco y Zizou le hizo sonar el teléfono. Y es ahí donde aparece nuevamente Ferrer, que tuvo un rol fundamental para convencer a la joven estrella de que su destino estaba en París. "Estuve todo un verano ocupándome de una sola función: Mbappé. Estaba metido al 100%", confiesa. Un nutrido grupo de personas de PSG se enfocó en el posible fichaje. Al cabo, una lucha de titanes entre dos de los equipos más poderosos del mundo en lo económico. "Fue impresionante, tras la contratación de Kylian el club nos autorizó a hacer público cómo había sido nuestro trabajo. La televisión francesa de Canal+ armó un reportaje muy grande que salió a la luz en todo el mundo. Y a partir de ahí los medios empezaron a preguntarse quién era yo", indica el cordobés.

Naturalmente, en la previa al partido más importante de la historia de PSG, Ferrer cuida cada una de sus palabras y es prudente. Se muestra educado, amable y ansioso por la final. Pero lo cierto es que el hombre de 44 años resultó una pieza clave en el desembarco de Mbappé a París. En definitiva, es quien ayudó a que el jovencito no se marchara a las gigantescas tentaciones que ofrecía Real Madrid. Todos los grandes equipos de Europa querían al veloz delantero en sus filas.

Ferrer fue a la casa, le habló del proyecto del club, hizo hincapié en lo humano y desde ya en el aspecto monetario. También se lo explicó a la familia. En algún momento lo sintió perdido, pero nunca desistió en el objetivo. En la última charla se enfocó en un tema puntual: "Mbappé ya tendría tiempo de triunfar en el exterior". Desde PSG creían que primero contaba con la gran oportunidad de demostrar y consagrarse en el país que lo vio nacer. El resultado está a la vista: este domingo, el artillero será una de las estrellas presentes en la final de la Champions League frente a Bayern Múnich.

A partir de ahí Ferrer creó un vínculo muy estrecho con Mbappé y toda su familia. A tal punto que hizo simpatizar al futbolista con Sarmiento de Junín."Le conté mi historia y se hizo hincha", explicó el argentino en julio de 2018, cuando se viralizaron varias imágenes con la camiseta verde del club de la Primera Nacional. Es más: en las primeras vacaciones de Kylian sin su familia, el cordobés lo acompañó un par de días a Ibiza, España. La idea era ayudarlo, hacerlo sentir cómodo y darle una mano con el idioma.

"Lo mío es indirecto, es un trabajo que no se ve", repite Ferrer con una sonrisa. Mientras, PSG se metió por primera vez en la final de la Champions League. Ahora intentará levantar la Orejona en el año del 50 aniversario del club. Historia pura para la entidad parisina. En paralelo, el cordobés de Laboulaye también va marcando su propio camino.