San Lorenzo toma ritmo: sin burbuja sanitaria, cómo son las primeras semanas de Mariano Soso como DT del Ciclón

Dentro de un contexto difícil, en medio de la pandemia, Mariano Soso al menos tiene algunos motivos para sonreír. Su situación al asumir como entrenador en San Lorenzo había sido particular: en marzo tomó el mayor compromiso de su incipiente carrera y apenas pudo compartir dos entrenamientos con el plantel azulgrana. Claro, el Covid-19 puso todo patas para arriba. Pero este nuevo arranque le entregó un clima de tranquilidad y aires nuevos. En estos días el Ciclón va completando su cuarta semana de trabajo en el predio de la AFA en Ezeiza.

El reencuentro cara a cara de Soso con sus jugadores se dio el lunes 10 de agosto, cuando volvieron a las prácticas la mayoría de los clubes de primera división. Aquella vez el técnico rosarino, de 38 años, tuvo a disposición a 30 jugadores. Tras los tests serológicos, el equipo se repartió en siete grupos de trabajo de tres a seis futbolistas, que se dividieron en tres turnos matutinos y cinco bloques horarios. Hoy el plantel ya cuenta con 32 integrantes a los que se sumarán próximamente Fabricio Coloccini (se contagió de coronavirus) y los hermanos Romero, recientemente regresados desde Paraguay.

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Si bien se había barajado la posibilidad, finalmente San Lorenzo no armó una burbuja sanitaria al estilo de Boca y River, está última ya "desarmada". La determinación surgió a raíz de que la AFA no le autorizó al equipo azulgrana utilizar las instalaciones de la selección mayor y lo que se ofreció en su reemplazo no fue considerado apropiado. Se les brindaba la posibilidad de alojarse en el sector de los juveniles, que no cumplía con la comodidad necesaria para el plantel azulgrana. Además se limitaban ciertas libertades para trabajar, por lo que la dirigencia optó por seguir con las distintas jornadas de doble y hasta triple turno. La intensidad no disminuye cuando los jugadores están en sus casas: suelen completar las rutinas de ejercicios preventivos, con el seguimiento telefónico del cuerpo técnico y médico.

Actualmente San Lorenzo se entrena en Ezeiza (la Ciudad Deportiva es utilizada como centro de testeos de Covid-19), pero sin burbuja a la vista. Se decidió seguir la recomendación del sanitarista que trabaja con el club, Pablo Presa. Cuentan que en Boedo tampoco convenció la experiencia que hoy atraviesan otras instituciones que optaron por esta metodología. La idea, siempre, es disminuir los riesgos de contagio. "Se pueden masificar los casos si aparece un positivo. En cambio, de esta manera, de haberlo, es menor la cantidad de contagios", expresó Miguel Mastrosimone, el secretario de la institución, en TyC Sports.

De esta forma los jugadores continúan con sus tareas como lo venían haciendo. Es decir, Soso toma nota de los trabajos físicos y con pelota. No es poco tras el comienzo de marzo que apenas le había permitido compartir 48 horas con los futbolistas.

El delantero Jonathan Herrera, uno de los refuerzos del Ciclón (el otro es Franco Di Santo, también atacante), ya se sumó al plantel luego de cumplir el aislamiento tras dar positivo por Covid-19. Para tener el grupo completo, Soso ahora aguarda por la recuperación de Coloccini y por la incorporación de los hermanos Ángel y Óscar Romero, quienes volvieron hace unos días de Paraguay.

La situación de los Romero dio que hablar en Boedo. Circularon distintas versiones, lo cierto es que volvieron a la Argentina tres meses después de haberse trasladado a su país a cumplir con la cuarentena (allí también se entrenaron con varios futbolistas del seleccionado guaraní). Según su entorno, demoraron el viaje a Buenos Aires porque estaban obligados a entrar en aislamiento y la situación los hubiera hecho retroceder en su preparación. Lo concreto es que tras su llegada en un avión privado al aeropuerto de San Fernando, Óscar y Ángel se fueron a una quinta alquilada en la zona de Cañuelas (allí previamente se había alojado Eduardo Salvio, de Boca), donde cuentan con una cancha de fútbol. Cumplen con trabajos en doble turno y Soso los sigue de cerca.

En cuanto a las salidas del plantel azulgrana, la idea del DT y la comisión directiva es disminuir la cantidad de jugadores del plantel. Algunos futbolistas se fueron a préstamo a San Martín de San Juan (Gonzalo Berterame, Gastón Hernández y Alejandro Molina). En tanto que Elías Pereyra, que había estado en Benfica B, de Portugal, fue traspasado a Panetolikos, de Grecia. Asimismo, hay otros nombres con mayor recorrido que deben resolver su situación: Ezequiel Cerutti, Gabriel Rojas y Gabriel Gudiño. Sus destinos parecen estar alejados de Boedo.

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Por otra parte, si llega la autorización del Ministerio de Salud, San Lorenzo podría jugar varios encuentros amistosos. Primero, el 12 de septiembre, contra Argentinos. Los restantes serían el 16 ante Gimnasia y Esgrima La Plata y el 19 frente Banfield. Nada está confirmado. Desde ya, la situación pende de un hilo y los partidos se suspenderían si se mantienen los altos números de contagio en los planteles. "Es complicado. Los casos crecen y lo que pasa en distintas instituciones es una alarma para todos. Habría que pensar si estamos en condiciones de volver a jugar", remarcó Mastrosimone.

A la fecha pautada para el regreso del fútbol argentino (fines de septiembre) la nueva Liga Profesional estaría por ponerle un freno. La situación sanitaria obliga a patear las definiciones para más adelante. Mientras, San Lorenzo espera. Y sueña con que Soso pueda cambiar el rumbo errante de los últimos tiempos.