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Sampaoli, el espíritu de Bielsa que busca el Marsella

Luis Miguel Pascual

París, 26 feb (EFE).- En las calles de Marsella, en los balcones de las casas cercanas al estadio Velódromo, cuelgan todavía retratos de Marcelo Bielsa un lustro después de su airosa salida del club, muestra de la huella que "el loco" dejó en la ciudad francesa donde el fútbol se vive con más pasión.

Ahí desembarca ahora Jorge Sampaoli, en medio de todo el marasmo que en las últimas décadas rodea al club, con el encargo de revitalizar al equipo y devolverle la comunión que logró Bielsa con la afición, un remanso de paz en medio de la tormenta que apenas duró un año.

El Marsella, séptimo de la tabla a 16 puntos de los puestos de Liga de Campeones, su objetivo a principios de año, vapuleado en Europa, roto en todas sus instancias, se pone en manos de un entrenador que no sin razón se compara con "el loco".

Nunca ha ocultado el nuevo técnico marsellés su admiración por su compatriota, en las formas y en el fondo, pero también en la trayectoria, porque Sampaoli se ha sentado en banquillos que antes había calentado Bielsa, como los de las selecciones de Chile y Argentina.

El Olympique será un nuevo cruce de caminos en sus carreras, con la difícil tarea para el de Casilda de recuperar el espíritu que dejó el de Rosario, todavía vivo en las calles de la portuaria ciudad del Mediterráneo.

Sampaoli ha reconocido muchas veces que espiaba los entrenamientos de Bielsa, ansioso por beber la sabiduría de un técnico especial, de impregnarse de su carácter exigente y colérico, que ambos persiguen trasmitir a sus jugadores.

El nuevo técnico marsellés incluso ha logrado algún título más que su admirado, aquella Copa América que levantó con Chile en 2015 y que le abrió las puertas de Europa, de la mano del Sevilla, su primera y, hasta ahora, única experiencia europea.

Pero por los clubes que ha transitado su rastro ha marcado menos que el de Bielsa y ahora tiene una oportunidad de mejorar lo que hizo su maestro, que acabó cuarto su única liga completa en Francia.

Sampaoli, de 60 años, aterriza en la segunda ciudad francesa tras una experiencia tormentosa en el Atlético Mineiro, donde no logró el amor de los aficionados y fue duramente tratado por la prensa.

Nada que ver con su anterior aportación en el Santos, donde logró la segunda posición en la liga, solo superado por el Flamengo de Jorge Jesús.

Sus despedidas suelen ser tormentosas, ya sea en la selección de Chile, o más tarde en la de Argentina, donde fue incapaz de controlar el vestuario, o en el Sevilla.

Los que le conocen alaban su capacidad de armar equipos y construir proyectos, pero también su carácter explosivo que, con frecuencia, le ha llevado en su carrera a derribar lo levantado.

Resta por ver si el volcán Sampaoli es la buena receta para levantar un club que no logra remontar el vuelo y que vive momentos convulsos, en el que solo las gradas vacías del Velódromo, a causa de la covid, dan cierto aspecto de paz, trasladada al centro de entrenamiento, recientemente escenario de violentos altercados causados por los hinchas más radicales.

Una válvula de escape de un enfado real, profundo, que el nuevo técnico argentino tendrá que saber canalizar para devolver la sonrisa al equipo y a la ciudad.

"La locura de Sampaoli puede venirle bien al Marsella", aseguraba en una reciente entrevista en Le Parisien el defensa Adil Rami, que lo tuvo como técnico en Sevilla y que conoce bien el club francés, donde ha jugado dos temporadas.

Una nueva oportunidad para este futbolista frustrado por una lesión que ha convertido los banquillos en una pasión, a la imagen de su maestro Bielsa. En Marsella nadie olvida que éste, tras haber encandilado a la ciudad, se fue dando un sonoro portazo tras la primera jornada de su segunda temporada en el banquillo.

(c) Agencia EFE