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Salta de una presa nevada y se lleva una sorpresa en forma de ¡roca!

No era la primera vez que el británico Tim Howell realizaba un salto base desde la presa de Tignes, situada al sureste de Francia, en plenos Alpes. Un muro con una caída de más de 150 metros pensado para contener las aguas del río Isere y generar energía hidroeléctrica.

Eso sí, Howell nunca había saltado desde este punto en época de nieve, con todo un hermoso manto blanco cubriendo la superficie de su estrecho valle. Así que se preparó, se lanzó y abrió, a pocos metros del suelo, su paracaídas, dispuesto a aterrizar en una pequeña pista que se abría en la margen derecha del río.

“Parece increíble saltar con la nieve, pero hacerlo en invierno puede hacerlo más complicado”, afirma Howell con pleno conocimiento de causa, ya que, tal y como se ve en las imágenes que grabó con una cámara adosada a su cuerpo para dar fe de su hazaña, juzgó mal y cuando tomaba tierra, lo que parecía un arbusto o un simple amontonamiento de nieve, era en realidad una formación rocosa contra la que el deportista se estrelló.

A pesar de lo dolorosas que parecen las imágenes y del grito de dolor que lanza el propio Howell, la aventura blanca no tuvo mayores consecuencias; ninguna herida de gravedad. “He saltado de esta presa muchas veces antes, pero nunca cuando estaba nevado. Fue agradable saltar en esas condiciones “, confirma Howell. Así que está claro que el golpe no fue obstáculo para dejar un buen recuerdo.

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