Rugby Championship. Sólo en Nueva Zelanda: la única competencia y fuente de ingresos para los Pumas

Tuculet en acción frente a los All Blacks

Hay una luz al final del túnel. Una luz negra. De resolverse algunos impedimentos burocráticos, que a primera vista parecen estar lejos de ser insalvables, los Pumas tendrán acción este año en el Rugby Championship, que se disputaría íntegramente en Nueva Zelanda, la tierra de los All Blacks.

El director ejecutivo de la Sanzaar, Andy Marinos, confirmó esta decisión, que quedó condicionada a la aceptación del gobierno neozelandés de adecuarse a sus medidas sanitarias y permitir excepciones a su régimen de fronteras cerradas para que las delegaciones de la Argentina, Australia y Sudáfrica puedan instalarse allí. Para ello, deberían cumplir un aislamiento de 14 días en el país de destino antes de disputar el certamen, que se mantendría de seis fechas (sólo que de manera consecutiva y no a lo largo de ocho semanas como sucede regularmente) y sería entre principios de noviembre y mediados de diciembre.

Cancelados los test matches de julio que debían jugarse en el país ante Italia y Francia, y en peligro la gira por Europa de noviembre, un Rugby Championship encapsulado bien podría ser la única alternativa para que los Pumas salgan al ruedo y una importante fuente de ingresos para el rugby argentino en este nefasto 2020.

"Luego de que el Súper Rugby se reanudara exitosamente este año en Australia y Nueva Zelanda, nuestro foco está puesto en jugar el Rugby Championship en una misma sede", dijo Marinos en un comunicado. "Decidimos que Nueva Zelanda es la opción más favorable dada la estabilidad del Covid en la región. Para ello, no obstante, será crítico alinearse con el gobierno de Nueva Zelanda en torno a sus requerimientos para que esto se concrete. Sanzaar ha avanzado en la planificación con la unión neozelandesa, que a su vez ahora está buscando la aprobación del gobierno".

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Nueva Zelanda fue el primer país en el que el rugby volvió a jugarse luego de que a mediados de marzo la pandemia de coronavirus paralizara al mundo, y uno de los primeros deportes a nivel global. El 13 de junio, lanzó un Súper Rugby con sus cinco franquicias profesionales, e incluso lo hizo con tribunas pobladas dado a que la isla tuvo un éxito rotundo en erradicar el virus. También Australia logró retomar la actividad con su propio Súper Rugby tres semanas atrás, aunque con asistencia parcial. Si bien había sido el primer país apuntado para albergar el Rugby Championship, un rebrote en las últimas dos semanas hizo que la moneda cayera del lado de los kiwis.

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Grant Robertson, ministro de Deportes y Recreación de Nueva Zelanda, aceptó estar "abierto" a albergar el Rugby Championship, pero advirtió que sería necesario "asegurar que se desarrolle en un entorno saludable y que existan las instalaciones apropiadas para que los jugadores puedan aislarse y entrenarse una vez arribados a Nueva Zelanda".

Desventaja de preparación

Si bien el regreso del rugby en Oceanía es un gran indicio para que se pueda disputar el Rugby Championship este año, al mismo tiempo pone a los jugadores argentinos en una posición desventajosa. No sólo no juegan desde la cancelación del Súper Rugby a mediados de marzo, sino que desde entonces la gran mayoría no ha podido entrenarse más que dentro de su casa. La excepción son los jugadores que actúan en clubes de Europa, que ya iniciaron la pretemporada y se aprestan a retomar sus ligas (a mediados de agosto en Inglaterra y a principios de septiembre en Francia).

Mientras, los neozelandeses ingresan en la sexta semana de competencia, los australianos por la tercera y los sudafricanos están cerca de iniciar la suya, aún sin confirmación.

En una conferencia de prensa realizada hace 40 días, el entrenador de los Pumas, Mario Ledesma, había deslizado la posibilidad de establecer una burbuja sanitaria en alguna localidad del país que estuviera libre del virus, pero esto estaba condicionado a la confirmación de la fecha de inicio de la competencia. Ahora que hay una aproximación, resta que el gobierno nacional libere las restricciones.

"Estamos agotando todas las instancias posibles para un potencial regreso a los entrenamientos, obviamente dentro de lo estipulado por las normas vigentes y cuidando la salud de los jugadores y staff por sobre todas las cosas. Esto tiene una dinámica constante y es un minuto a minuto", dijo Marcelo Rodríguez, presidente de la UAR, a LA NACION.

Martín Mackey, que recientemente se reincorporó como preparador físico de los Pumas, dijo que era conveniente iniciar los entrenamientos "cuanto antes". "Si bien los jugadores están haciendo actividad física, no es lo mismo que entrenarse. Lo ideal sería comenzar a entrenar en equipo a principios de agosto, así tendríamos 12 semanas de entrenamiento previo".

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De acuerdo con esta estimación, la fecha de inicio no se debería adelantar demasiado de la que presagió Marinos.

Además, Mackey destacó la importancia de jugar amistosos previos: "Al menos tres, pero nunca se podrá compensar lo que están haciendo los otros equipos. En 13 meses, habrán jugado sólo siete partidos oficiales, los que jugaron. Pero es lo que se presenta y estaremos a la altura". Una opción es jugar algún partido entre los propios jugadores, como harán los All Blacks el 29 de agosto con el enfrentamiento entre el Norte y el Sur, en el Eden Park de Auckland, dos semanas más tarde de la finalización de su Súper Rugby local.

Además, Marinos aceptó la posibilidad de que los Pumas y los Springboks desembarcaran con anterioridad a Nueva Zelanda y se les facilitaría la realización algún partido de preparación. "Hablé con los argentinos y los sudafricanos y están muy entusiasmados con que esto se concrete", agregó.

Si bien el australiano deslizó la posibilidad de realizar el Championship entre principios de noviembre y mediados de diciembre, la fecha estará también condicionada a lo que disponga World Rugby en la reunión que se realizará en los próximos días y en la que se resolverá no sólo el calendario internacional para lo que resta del año (el Seis Naciones está pendiente de resolución y la ventana de noviembre todavía sigue en pie), sino también los permisos de liberación para los jugadores que actúan en Europa.

Según establece la Regla 9, los clubes están obligados a liberar a los jugadores para el Rugby Championship, pero eso podría cambiar en este contexto. Y en caso de persistir, sólo están obligados a hacerlo con cinco días de antelación al primer partido oficial. De los 59 que convocó Mario Ledesma, 19 actúan en clubes de Europa si se cuentan las recientes transferencias de Matías Alemanno (a Gloucester) y Matías Orlando (a Newcastle) y sin incluir a Jerónimo de la Fuente, que se incorporará a Perpignan en enero. Claro que al Rugby Championship iría un plantel de alrededor de 28 jugadores.

Faltan ajustar detalles, pero el Rugby Championship 2020 luce encaminado. Hacia allí apuntan los Pumas.