Roland Garros: un día argentino en París con las victorias de Diego Schwartzman, Facundo Bagnis y Federico Coria

Diego Schwartzman festeja frente al taiwanés Yen-Hsun Lu; sólo cedió siete games en el debut
Julian Finney

El martes terminó de manera perfecta para los argentinos en los singles de Roland Garros. Un 3-0 redondito, con los triunfos de Diego Schwartzman, Facundo Bagnis y Federico Coria, que se suman en la segunda rueda a Federico Delbonis y Guido Pella, vencedores en las jornadas previas, para elevar a cinco la cantidad de jugadores de nuestro país en la segunda rueda en el Bois de Boulogne. Aun con los matices que rodean a cada jugador, pasar un estreno en el polvo de ladrillo galo -que este año parece más rápido, según la opinión de varios-, siempre es positivo.

Schwartzman se enfrentará en la segunda rueda con el esloveno Bedene
Julian Finney


Schwartzman se enfrentará en la segunda rueda con el esloveno Bedene (Julian Finney/)

Schwartzman, que parte como 10º favorito y defiende las semifinales alcanzadas en París en octubre pasado, le ganó por 6-2, 6-2 y 6-3 al taiwanés Yen Hsun Lu, un adversario de 37 años, que está 680º (entró con ranking protegido) y no disputaba cotejos oficiales desde el Masters 1000 de Miami, en marzo pasado. Un triunfo lógico, de rutina, en una hora y 43 minutos, bueno para cambiar la inercia de los malos resultados previos y recuperar la confianza. El Peque sumó 30 winners y cometió apenas 10 errores no forzados; ganó muchos puntos con la devolución y capturó 8 de las 12 chances de quiebre que tuvo. Ganó sin complicarse en el estreno, y eso era lo más importante.

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La exigencia para el Peque subirá en la segunda rueda, cuando le toque medirse con el esloveno Aljaz Bedene, 56º del mundo, con buenos resultados en canchas lentas y que viene de superar en cuatro parciales al francés Adrian Mannarino. Necesita triunfos Schwartzman para llegar lejos en este torneo en el que ha obtenido excelentes resultados. Sus últimos tropiezos incluso llamaron la atención de la prensa internacional, acostumbrada a verlo como un adversario complicado para los grandes favoritos, y más aún sobre polvo de ladrillo. Vale recordarlo: en la gira europea había sumado apenas dos victorias en seis partidos, con tres caídas seguidas en primeras ruedas.

“Es una victoria y sirve. La verdad es que no pensé quién iba a estar enfrente. Me sentí un poco mejor desde la semana pasada en Niza, y aunque eran partidos de exhibición, me ayudó después de semanas en las que venía con expectativas altas y choqué contra una pared porque no podía ganar, no estaba jugando bien y eso me dejaba intranquilo. Me tomé unos días libres para estar fuera del ambiente, tuve algo de suerte con el sorteo. Después, la confianza aparece cuando ganás. Esto no significa que vaya a jugar un partidazo en la próxima ronda, no lo sabemos, pero cortar la racha negativa ya es un avance, ahora toca enfocarme y sentirme bien”, fue el análisis del Peque, al que se lo vio con nuevo look, más colorido de lo habitual, pero acorde a la innovación dispuesta por la firma que lo viste. Y destacó: “Lo más positivo de este partido es que cometí sólo 10 errores no forzados, ya es un paso adelante para mí”.

Más temprano fue el turno de un luchador de los courts. Bagnis desembarcó en París por primera vez hace diez años. Volvió cada temporada desde entonces, aunque nueve veces buscó hacerse lugar en el cuadro principal desde la dura clasificación y sólo una vez pudo atravesar los tres obstáculos. Este Roland Garros 2021 es apenas la tercera vez que juega el main draw, y también la tercera vez que avanza también a la segunda ronda. Como hace cinco años, entró de manera directa. Con los números justos, apenas fuera del Top 100, para evitar esos ásperos combates de la semana previa. El sorteo lo puso frente a Benjamin Bonzi, un jugador de ranking similar (116º), invitado por el torneo. Pesaron más el oficio y la paciencia de Bagnis, que se impuso por 7-5, 6-3 y 6-4. En la segunda rueda, su rival será el alemán Jan Lennard Struff, que dio uno de los impactos de la jornada al ganarle al ruso Andrey Rublev, 7º favorito, por 6-3, 7-6 (8-6), 4-6, 3-6 y 6-4, en 3 horas y 46 minutos.

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A los 31 años, Bagnis disfruta una buena temporada, entre algunos torneos de ATP -los que puede disputar por su ranking- y los challengers. Alcanzó desde la qualy la semifinal en el ATP de Córdoba y perdió ajustadamente, por 7-5 en el tercer set, la final del torneo de Santiago de Chile con Cristian Garín, en sus mejores resultados del año. Entrenado por Walter Grinovero, siente que ahora su esfuerzo y los resultados van de la mano. “Me siento mucho más maduro. Los años ayudan y estoy con más confianza, y mentalmente tengo la convicción de saber que voy a competir de la mejor manera, y hoy lo hice así. Por ahí esperaba jugar mejor, pero sé que compitiendo lo di todo. Luego, según las condiciones del lugar y si me siento bien, ahí es donde sé que puedo tener un buen resultado”, destacó ante la prensa el zurdo surgido en Armstrong, en las afueras de Rosario.

Desde septiembre de 2019 hice un clic importante. Antes no me sentía bien y a partir de ahí empezó a cambiar mi comportamiento. Luego, el disparate de la pandemia paró todo un poco, volví y conseguí algunos resultados, pero Wally [Grinovero] me dio el empujón de calidad que estaba necesitando para reafirmar el trabajo que venía haciendo. También desde lo mental, que me hace sentir muy buen y me ayuda a dar el 100 por ciento. Vas tomando esto como un trabajo, haciendo las cosas de la mejor manera. Antes me volvía loco al ganar y se caía el mundo si perdía, y ahora voy aprendiendo que no es así. Tengo presente lo mal que lo están pasando otras personas, y soy un agradecido de lo que estoy haciendo y por el momento que estoy atravesando”, agregó Bagnis.

El drive de Bagnis, en acción contra el francés Benjamin Bonzi
Julian Finney


El drive de Bagnis, en acción contra el francés Benjamin Bonzi (Julian Finney/)

No pudo evitar cierta emoción al final, durante el festejo, como un desahogo. “Se dio por tanto trabajo. Al principio del año uno plantea objetivos, y uno era entrar directo acá, pero por el ranking congelado tenía que sumar muchísimos puntos; pude llegar a último momento, con lo justo, y cuando salió la lista me puse muy contento de entrar en el main draw. La verdad es que cambia muchísimo no jugar la qualy, que te desgasta y a veces te tocan jugadores que vos pensás que les podés ganar y no es así, y perdés. Estar en main draw te da otro aire, ayuda a prepararse mejor, y al menos para mi ranking, desde lo económico nos cambia muchísimo”, le contó a la prensa argentina.

El último festejo en la tarde parisina fue el de Fede Coria, al que le tocó cruzarse con un rival habitual de Guillermo, su hermano mayor: el español Feliciano López, de 39 años. Fue victoria del rosarino por 6-3, 7-6 (7-4) y 6-2. Lo que viene será bastante más exigente: el italiano Matteo Berrettini, número 9 del ranking. Es la segunda vez que Coria juega en París (no había podido nunca disputar la qualy), y a los 29, todavía lo fascina el ambiente de los Grand Slams. “Acá uno es feliz. A mí me dicen Roland Garros y me genera ilusión, alegría. Por ahí el año pasado estaba con un montón de dudas, pero ahora las condiciones son distintas. Cambia también que haya público, está buenísimo. Hoy miraba en el vestuario el partido de Monfils con Ramos Viñolas y es un plus gigante”, expresa Coria.

La semana pasada, tras perder por paliza con Novak Djokovic en los cuartos de final de Belgrado, se sacó una selfie con el serbio en la cancha. “A mucha gente no le gustó, es cierto; al Gringo (Schneiter, su entrenador), tampoco. Pero él, Nadal y Federer… los tres tienen una energía especial. Roger a mí me hace acordar a Batman, la ropa de cancha le queda como a un superhéroe. No le voy a explicar a todo el mundo por qué lo hice, pero es lo que me salió en el momento. Me cargaron mucho, es verdad, y por ahí me da un poco de vergüenza, pero no me arrepiento de eso, y sí de no haber podido competir mejor. Es una de las mejores fotos que voy a tener en mi vida”.

El programa del miércoles

En el comienzo de la segunda rueda, este miércoles, desde las 6, Federico Delbonis se medirá en la cancha 13 con el español Pablo Andújar, el zurdo de Azul busca llegar por primera vez a la tercera rueda sobre el polvo de ladrillo francés. En el mismo escenario, pero en el tercer turno, Guido Pella tendrá como rival al estadounidense Marcos Giron.