Greta Thunberg apoya una campaña ecologista contra Roger Federer

El tenista suizo Roger Federer hace volar su raqueta durante un partido en Buenos Aires en 2019.
Roger Federer durante un partido en 2019. Foto: Gustavo Garello/Jam Media/Getty Images.

Greta Thunberg es la adolescente sueca que está en boca de todo el mundo en los últimos tiempos por ser uno de los rostros más visibles del activismo ecologista contra el cambio climático. El suizo Roger Federer es uno de los mejores jugadores profesionales de tenis de todos los tiempos. Ambos personajes son extremadamente populares y, a estas alturas, necesitan poca presentación. Pero se dedican a ámbitos tan diferentes que lo extraño es encontrar una noticia que les relacione.

Y sin embargo, ha surgido. Aunque probablemente al deportista no le haga mucha gracia, porque es quien sale peor parado en esta historia. Greta se ha sumado (y por tanto, ha multiplicado su repercusión) a una campaña contra Federer promovida por varias organizaciones ambientalistas suizas, como Climate Alliance.

La protesta, en rigor, es contra Credit Suisse, una de las principales entidades bancarias del país. Junto a otras como Deutsche Bank, Barclays o HSBC, se la acusa de invertir parte de sus fondos en prospecciones petrolíferas y extracciones de combustibles fósiles que, recuerdan los manifestantes, son una de las principales causas del calentamiento global que está sufriendo el planeta. En los últimos años se han venido recogiendo firmas y presentando peticiones para que estos bancos cambien sus políticas por otras más respetuosas con el medio ambiente.

¿Qué tiene que ver Federer con todo esto? Sencillo: Credit Suisse es uno de sus principales patrocinadores. Según afirma el banco en su web, Roger es el embajador de marca ideal para ellos por valores como su filantropía, su búsqueda de la excelencia o el hecho de ser suizos y haber llegado al liderato mundial. Aunque no hay cifras oficiales de la cuantía del acuerdo, algunos medios apuntan a que Federer tiene un contrato de 10 años y cobrará en total unos 20 millones de dólares.

Por eso, Climate Alliance ha arremetido también contra él, añadiendo el hashtag #RogerWakeUpNow (“Roger, despierta ahora”) con el que pretenden llamar la atención del campeón helvético y forzarle a romper este patrocinio si quiere conservar su buena reputación. Algo tan simple como que Greta lo retuiteara ha servido para magnificar su alcance.

La campaña acusa a Credit Suisse de invertir hasta 57.000 millones de dólares en empresas que quieren explotar nuevos yacimientos, “algo que es absolutamente incompatible con la acción climática”, y pregunta a Roger directamente si a él le parece bien. También ha habido acciones fuera de internet, en el mundo real: en noviembre de 2018 un grupo de activistas irrumpieron en una de las sedes del banco en la ciudad de Lausana con raquetas y pelotas de tenis y se pusieron a jugar en el interior de la oficina mientras mostraban pancartas reivindicativas. Tras ser desalojados por la policía, se les impuso una multa de 21.600 francos (unos 19.900 euros) que se negaron a pagar, por lo que una docena de ellos ahora están enfrentándose a un juicio, ya que la compañía les acusa de haber irrumpido ilegalmente en sus instalaciones.

Que se sepa, Federer todavía no se ha pronunciado al respecto. Ni se espera que lo haga, ya que el actual número 3 del ranking mundial está preparándose para la primera gran cita de la temporada, el Open de Australia, que empezará a disputarse el 20 de enero... si los cruentos incendios forestales que están azotando el país lo permiten. De hecho, se especuló con la posibilidad de retrasar, trasladar o incluso suspender el torneo, aunque en principio se han descartado estas opciones y se mantendrán las fechas y sedes previstas.

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