Roberto Firmino, el catalizador de Maceió

Roberto Firmino, delantero fundamental en el Liverpool de Jurgen Klopp (Foto: AFP Photo/Oli SCARFF )
Roberto Firmino, delantero fundamental en el Liverpool de Jurgen Klopp (Foto: AFP Photo/Oli SCARFF )

Roberto Firmino nació en Vergel do Lago, uno de los barrios más duros de Maceió, la capital brasileña con mayor índice de adolescentes asesinados. Cuando llegó a Liverpool, ‘The Sun’ entrevistó a su madre y Mariana les contó que no dejaba a su hijo jugar en la calle por miedo a encontrarlo muerto a las pocas horas. A esas alturas de la película, 2015, Firmino ya ha había espantado sus miedos y los de su familia gracias a un talento especial. Como cuando salió adelante alejándose el peligro en las callejas del barrio, Firmino encuentra el gol dándole la espalda. Con su estilo particular se ha convertido en el futbolista esencial del Liverpool que busca contra la Roma una nueva final de la Champions League.

¿Cómo puede ser Firmino el cromo fundamental de un equipo con un posible Balón de Oro en nómina? Salah es la revelación de la presente temporada, sin duda alguna. Sus 43 goles en 47 partidos son números que cortan la respiración y han elevado al Liverpool esta temporada, sobre todo en Europa. Sin embargo, para que el egipcio esté apuñalando los espacios de ese modo tan salvaje, para que en menor medida lo haga también una centella como Mané, debe existir uno tan sosegado como Firmino. Es la pausa y la inteligencia táctica en el vertiginoso ataque de Klopp.

“Si pierde el balón, pelea por recuperarlo. Si lo vuelve a perder, vuelve a pelearlo. Es el motor del equipo”, explicaba Jurgen Klopp en diciembre. El alemán habla de mancharse de grasa, algo en lo que el brasileño destaca, pero hay más. Desde que Klopp pensó en el brasileño como falso nueve ha encontrado la mejor versión de un delantero solidario e inteligente como pocos en el concierto europeo. Gary Neville lo llama “el catalizador”

Ninguno como el de Maceió para desordenar defensas. Su intuición para buscar el espacio libre fuera del área (herencia de su formación y desarrollo como centrocampista ofensivo en Brasil y Alemania) es portentosa. Cualquier central sufre cuando le sacan de zona, cualquier defensa suda cuando la obligan a recolocarse sobre la marcha y a eso se dedica Firmino. Esa cualidad y su brillante técnica mueven al Liverpool en ataque. Tras la presión alta Firmino agita la colmena y Salah recoge la miel. En la onda de otros ilustres facilitadores como Benzemá o Anelka, la importancia de Firmino para el Liverpool no se mide solo en goles.

“La gente dice que no marca suficiente”, reflexionaba Klopp en pretemporada. ¿Qué pasaría si comenzara a pensar que necesita marcar más goles y empezara a tirar desde los sitios donde habitualmente mete un buen balón o hace un desmarque para abrir espacio?. El alemán tiraba de retórica en julio para explicar la evidencia: que un Liverpool sin un Firmino amigo de todos sobre el campo, tal y como lo conocemos, sería un peor Liverpool.

Firmino no es un delantero de último toque, un killer. Brilla cuando recibe de espaldas a la portería, controla y genera las suficientes dudas en el rival para conceder metros a la velocidad de Salah, Mané y la segunda línea. Sin embargo ha mejorado sus números esta temporada hasta los 27 goles, 10 de ellos en una Champions League tan inmaculada como la de su propio equipo. Recién renovado, con 26 años, atraviesa el mejor momento de su carrera y afronta hoy su mayor reto como futbolista. En la antesala de la final, los focos esperan al catalizador.

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