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River, en problemas en la Copa Libertadores: las gestiones de último momento y las razones de Conmebol para decirle “no” al pedido por los arqueros

Tras el brote de coronavirus en el plantel, Marcelo Gallardo había pedido inscribir a Alan Leonardo Díaz y Agustín Gómez en la Copa Libertadores, pero la Conmebol se lo rechazó.
River Plate Oficial

La Conmebol recibió a la medianoche aquello que se había anunciado durante todo el lunes: el pedido de excepcionalidad de River para poder reemplazar en la lista de buena fe de la Copa Libertadores a Germán Lux y Franco Petroli por Alan Leonardo Díaz y Agustín Gómez. El club de Núñez lo hizo luego de charlas informales con la confederación: “Preséntelo y vemos”, les dijeron. Los abogados trabajaron domingo y lunes a destajo. Hubo una reunión entre el presidente, Rodolfo D’Onofrio, el vice, Jorge Brito, y el manager, Enzo Francescoli, en las entrañas del estadio Monumental para delinear los pasos a seguir. Antes de que despuntara el martes, las respuestas: pedido a Paraguay y comunicado oficial del club de Núñez.

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En la previa de la decisión, todas las fuentes cercanas a la Conmebol coincidían en que el éxito de River en su pedido era “muy difícil”. Más allá de los antecedentes esgrimidos en la presentación, e incluso del espíritu competitivo que debe primar a la hora de analizar los reglamentos (un concepto que la FIFA suele aplicar), el club millonario sabía desde el comienzo de la dificultad de su empresa. En Núñez hubo quienes aceptaron -por lo bajo, siempre- que Marcelo Gallardo había cometido “un error” al no hacer uso de los 50 cupos que la Conmebol dispuso en la lista de buena fe de la Copa Libertadores para garantizar que todos los equipos tuvieran jugadores disponibles y evitar que la pandemia del coronavirus provocara victorias de escritorio por no presentación. River anotó 32. “No completé la lista porque no quiero generarle falsas expectativas a los chicos”, justificó el Muñeco. Algunos de esos mismos chicos salieron a la cancha de apuro para jugar ante Boca el domingo el Superclásico de la Liga Profesional, porque en el torneo argentino no hay lista de buena fe.

En Conmebol hubo quienes leyeron entre líneas y tiñeron las declaraciones del DT de River de cierto grado de suficiencia. “Creían que no les iba a pasar y les pasó”, señaló una fuente desde Luque. “¿Y ahora qué hacemos?”, fue la primera pregunta que se hicieron en el estadio Monumental al conocerse los positivos de Franco Armani, Enrique Bologna, Germán Lux y Franco Petroli, los cuatro arqueros inscriptos en el torneo continental. Las gestiones fueron arduas y los llamados por teléfono, incesantes. Hubo hasta reclamos radiales del presidente de River, que calificó de “ridículo” que contra Independiente Santa Fe ataje, por ejemplo, Milton Casco. El propio Gallardo hizo un intento por salvar la situación y lograr que su pedido fuera aprobado. Un mensaje, un último pedido.

Alan Leonardo Díaz, el juvenil arquero de River que debutó de apuro en el Superclásico y por el que Marcelo Gallardo había pedido ante la Conmebol.
MARCELO ENDELLI


Alan Leonardo Díaz, el juvenil arquero de River que debutó de apuro en el Superclásico y por el que Marcelo Gallardo había pedido ante la Conmebol. (MARCELO ENDELLI/)

A primera hora del martes, la Conmebol (que ya había repasado los reglamentos) hizo un llamado a la FIFA para corroborar si su criterio iba en línea con lo que pregonan desde Suiza. En Europa creen que un pedido con las características del que hizo River es “más factible” si se hubieran completado los cupos que otorgaba la lista de buena fe ampliada. Tener todos los arqueros contagiados entre 50 jugadores habría enfatizado la “excepcionalidad” del asunto. Ese escenario podría haber contribuido a una respuesta excepcional: la inscripción de los arqueros sanos.

River recibió la respuesta a las 14.10 y luego de barajar en algún momento la posibilidad de enviar un dirigente o un abogado a Paraguay para hablar con la Conmebol. Fueron dos documentos: uno con la firma de Fred Nantes, director de competiciones de clubes, y otro con la de Osvaldo Pangrazio, presidente de la comisión médica de Conmebol. La negativa de la entidad sudamericana se basa en un dictamen de la comisión médica que no considera “lesión grave” al virus, por lo que no puede usarse la cláusula 3.7.5.12 del reglamento que permite cambiar a un arquero en forma permanente en cualquier instancia del torneo.

Según pudo reconstruir LA NACION, la Conmebol le recordó a River que la comisión médica de la entidad se encarga de evaluar el período de recuperación de los arqueros antes de aceptar un pedido de cambio, y apuntó que en los últimos dos casos admitidos se trató de lesiones que demandan dos y cuatro meses de recuperación, respectivamente. Además, remitió las recomendaciones médicas sobre el coronavirus, que establecen diez días de convalecencia para los pacientes con PCR positivo asintomáticos, y el agregado de otros tres días sin rastros de la enfermedad para aquellos positivos con síntomas. A juicio de los médicos de la Conmebol, el coronavirus (y sus tiempos de recuperación) no son equiparables a una lesión grave.

River-Defensores de Pronunciamiento
River-Defensores de Pronunciamiento


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Además, desde la entidad que rige el fútbol sudamericano le informaron a River que la pandemia ya provocó cambios excepcionales en el reglamento de las competencias (que el club firmó antes de empezar a jugar). Una de esas fue la ampliación de 30 a 50 en la cantidad de futbolistas que se podían inscribir en la lista de buena fe de la Copa Libertadores. “Si River usaba todo el cupo disponible, una excepcionalidad en este caso era más fácil de gestionar. Pero se limitó a 32″, dijo una fuente cercana a la Conmebol antes de que saliera la decisión del ente sudamericano.

La cruzada riverplatense era complicada desde su génesis. Más aún cuando todavía repiquetea en Paraguay la respuesta de River ante la oferta de vacunas para el plantel: “No, gracias. Vamos a ver si nos vacunamos en Orlando (Estados Unidos) durante la pretemporada”. Ninguno de los tres equipos argentinos que estuvo en Paraguay hace dos semanas aceptó la Sinovac, vacuna oficial de la Conmebol. Además, nadie quería arriesgarse a una posible movida del resto de los equipos que comparten grupo con River (Junior de Barranquilla, Santa Fe y Fluminense). Si desde la Conmebol aceptaban el pedido, los rivales del club millonario podrían alegar que, en base al reglamento, los jugadores habilitados “excepcionalmente” estaban mal incluidos. Era una batalla judicial que nadie quería librar en tiempos de pandemia y de calendarios acotados.

Nadie duda en Luque, donde se levanta la sede de la confederación, que la presencia de un jugador de campo en el arco de River será tanto una atracción para el mundo como el hazmerreír del torneo. Habrá memes y burlas a ese “producto Copa Libertadores”. Pero aseguran que durará uno o dos días, y que luego todo seguirá su curso. Y no habrá más protestas. Así, la decisión fue decirle que no a un equipo para evitar que los otros 31 levanten la voz por lo que podrían considerar como una infracción al reglamento. River, entonces, jugará con lo que tiene. Y no tiene ni un arquero de tiempo completo.