Ricardo Centurión, Valdiram Caetano y otros futbolistas a los que superó la fama

Ricardo Centurión (derecha), con Racing Club, en un dueñlo ante Cruzeiro por la Copa Libertadores de 2018 (Foto AP Photo/Eugenio Savio).
Ricardo Centurión (derecha), con Racing Club, en un dueñlo ante Cruzeiro por la Copa Libertadores de 2018 (Foto AP Photo/Eugenio Savio).

Lo que pasa es que yo de noche no tengo sueño, entonces me gusta salir a tomar algo. Todas las noches. Me gusta salir a tomar algo con amigos. Y si un amigo mío me dice que no, que es mejor que me quede durmiendo, yo salgo igual. Le digo quedate a dormir vos. Si no venís, salgo solo“.

Ricardo Centurión respondió con esta frase a una pregunta que le hicieron en un programa de Fox Sports emitido el 22 de marzo. El periodista le consultaba por sus constantes episodios en los que la noche era protagonista, y en la misma emisión, el excapitán del seleccionado argentino, Óscar Ruggeri, intentó aconsejarlo: “¡No te pierdas la posibilidad de jugar un Mundial!”, a lo que el hoy jugador de Racing -aunque está relegado a la reserva por hechos de indisciplina- acotó: “Te escuché atentamente y te tomo el consejo”.

No hubo forma. El pasado jueves 18 de abril, medios argentinos informaron que el delantero, con periodos en Boca Juniors, Sao Paulo y Genoa, llegó ebrio al entrenamiento de la reserva y se peleó con el juvenil Juan Cáceres, de 19 años.

Un caso más para el prontuario de Centurión, quien está en la reserva después de que en un partido del torneo argentino en febrero pasado empujó a su entrenador, Eduardo Coudet, antes de que este ordenara su ingreso como relevo.

Sus problemas de indisciplina incluyen haber posado con armas en una foto para sus redes sociales y ser grabado por un policía al que intentaba sobornar tras haberlo sorprendido conduciendo en estado de alicoramiento. Estos hechos fueron uno de los motivos por los que el entrenador Jorge Sampaoli lo dejó por fuera de los convocados a Rusia 2018.

Centurión es la víctima más reciente de un fenómeno que se ha vuelto repetitivo entre algunos futbolistas cuyo talento es superado por una fama repentina y mal manejada.

Fue el goleador de la Copa de Brasil pero murió habitando la calle

Dos días después de que Centurión se peleara con el joven futbolista de la reserva de Racing Club, desde Brasil informaban de la muerte violenta de Valdiram Caetano de Morais, un brasileño de 36 años que, si bien no tuvo una carrera fulgurante, sus comienzos ilusionaron en especial a los hinchas del Vasco Da Gama, club en el que tuvo sus pocas jornadas de gloria en una carrera por 26 equipos de Brasil, Portugal y Catar.

Valdiram, exjugador del Vasco, fue encontrado muerto en São Paulo (Foto Yahoo Deportes/Wander Roberto/Gazeta Press).
Valdiram, exjugador del Vasco, fue encontrado muerto en São Paulo (Foto Yahoo Deportes/Wander Roberto/Gazeta Press).

En los equipos que contaron con sus servicios disputó 73 juegos y anotó 13 goles según las cuentas de www.ceroacero.es. Su mejor etapa fue en el subtítulo del Vasco de la Copa de Brasil 2006. La final los enfrentó al Flamengo, y Valdiram fue titular en el partido de ida. En la vuelta actuó pocos minutos. Cayeron 0-3 en el marcador global.

Su mejor performance se le vio en las semifinales ante el Fluminense, con un gol en el partido de vuelta que sirvió para el empate a uno que los clasificó a la final.

En una entrevista concedida al diario Lance en 2015, Valdiram confesó que en 2010 consumía drogas mientras recordaba sus épocas como jugador. Luego se convertiría en miembro de la Asamblea de Dios de los Últimos Días, para después retornar a las malas andanzas y terminar viviendo en la calle, donde la muerte lo encontró.

Otros casos

En el Sudamericano Juvenil sub20 de 2007, un colombiano fue elegido como el mejor jugador: Juan Pablo Pino. Dos años antes había debutado como profesional en el Independiente Medellín de su país, y causó furor por su manera de desbordar y encarar a los rivales.

Gracias a su excepcional nivel en ese campeonato (en el que el máximo goleador fue el uruguayo Edinson Cavani, con 7 goles, seguido por el chileno Arturo Vidal, con 6), y pese a que Colombia no clasificó al Mundial de la categoría, Pino fue contratado por el Mónaco de Francia. Pero una lesión, y el bajo nivel que mostró en los primeros meses, no le ayudaron a consolidarse y siguió su carrera en Bélgica.

Iniciaría así un periplo por Turquía, Arabia Saudita, Grecia, regresó a Colombia, continuó por Francia, Perú y terminó en Indonesia. En este tiempo acumuló fallas disciplinarias por no pasar pruebas de alcoholemia, en su país estuvo detenido un par de horas por conducir ebrio en una camioneta Hammer… terminó en el olvido una carrera que pintaba para ser de crack.

Adriano es otro ejemplo reciente de cómo no controlar la fama. El brasileño lo tenía todo para ser un top5 mundial. Con el Ínter de Milán marcó una época dorada del club, al ganar dos ligas, dos copas y tres supercopas. Con su selección obtuvo la Copa América de 2004 en Perú (máximo goleador) y la Copa Confederaciones de 2005 (mejor jugador).

Adriano celebra un gol frente al Treviso por la Serie A en 2005 junto al uruguayo Álvaro Recoba y el portugués Luis Figo (Foto New Press/Getty Images).
Adriano celebra un gol frente al Treviso por la Serie A en 2005 junto al uruguayo Álvaro Recoba y el portugués Luis Figo (Foto New Press/Getty Images).

Pero las distracciones lo arruinaron. Una depresión, consecuencia de la muerte de su padre, lo condujo al alcoholismo y entonces entró en un tobogán sin final. Volvió a Brasil, al Flamengo, y alcanzó a elevar de nuevo su nivel, hasta ganar el Brasileiraro en 2009. Esto hizo que retornara a Italia, la Roma lo contrató pero ya no era el mismo.

Brasil lo acogió de nuevo. Llegó al Corinthians, pasó al Inter de Porto Alegre pero sus constantes actos de indisciplina y su pésimo estado de forma lo condenaron. Fue investigado por supuestos nexos con traficantes de drogas, apareció en imágenes rodeado de armas, continuó con su depresión y así terminó una carrera que prometía más.

Centurión, Valdiram, Adriano y Pino son solo unos cuantos ejemplos en una larga lista de futbolistas que no supieron darle un manejo adecuado a su talento y su éxito. En ella también se pueden mencionar además al inglés Paul Gascoigne, sumido en el alcohol; el alemán Andreas Brehme, campeón del mundo en 1990 que luego se ganaba la vida pero limpiando baños al entrar en quiebra; el argentino Ariel Ortega, quien no pudo culminar una carrera exitosa por culpa de su adicción al licor; o el brasileño Garrincha, uno de los mejores jugadores de ese país en todos los tiempos pero a quien el tabaco y el alcohol condujeron a morir en la miseria.