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'Cómo revitalizar a un club en depresión' por Ronald Koeman

Barcelona's Spanish midfielder Ansu Fati (L) celebrates scoring the opening goal with teammates during the Spanish league football match RC Celta de Vigo against FC Barcelona at the Balaidos stadium in Vigo on October 1, 2020. (Photo by MIGUEL RIOPA / AFP) (Photo by MIGUEL RIOPA/AFP via Getty Images)
Los jugadores del Barça celebran el 0-1 de Ansu Fati en Balaídos. (Foto MIGUEL RIOPA / AFP).

Quién iba a decir que después una de las temporadas más convulsas que se recuerdan en el Camp Nou los dos primeros partidos del Barça serían tan ilusionantes y positivos como balsámicos. Un oasis de tranquilidad en un club que se encuentra inmerso en un proceso de moción de censura tras retener contra su voluntad a su estrella, Leo Messi, y perder a su tercer máximo goleador histórico, Luis Suárez. Y es que, un més después de iniciar el fuego con el que Koeman realizó la quema de brujas azulgrana y carbonizó la etapa de Arturo Vidal, Nélson Semedo, Ivan Rakitic, Arthur Melo y el uruguayo en el club, el Barça respira aire fresco en un ambiente libre de malos humos tras la redención del ‘10’.

La ambición con la que la plantilla azulgrana ha pasado por encima de Villarreal y Celta de Vigo contrasta con la dejadez de los últimos meses en la temporada pasada. La solidaridad defensiva, la agresividad y profundidad ofensiva y la naturalidad con la que el equipo fluye en campo rival en tiempo récord merece darle todo el crédito del mundo a un entrenador que se tropezó con una crisis galopante desde que puso un pie en el Camp Nou. El poco tiempo del que ha dispuesto no ha sido una excusa, sino una motivación más para demostrar que era posible cambiar. Koeman ha transformado a un equipo cuya desidia emponzoñaba cualquier atisbo de esperanza de cara al futuro.

El Barça no solo es un equipo radicalmente distinto futbolísticamente al de antaño en cuanto al dibujo, el sistema y el rol que desempeñan algunos jugadores como Frenkie de Jong, Clement Lenglet, Gerard Piqué, Philippe Coutinho, Antoine Griezmann o Leo Messi. A nivel de mentalidad y energía ha experimentado una revolución anímica. Con un hombre menos y el 0-1 campeando en el marcador, la idiosincrasia del equipo en la 2019/20 hubiese empujado al conjunto azulgrana a recular hasta su área. En lugar de ello, el Barça se protegió defensivamente sin dejar de buscar la meta del Celta de Vigo. El resultado, con exhibición de Leo Messi en la segunda parte, ya es conocido por todos.

Philippe Coutinho ante el Celta.
El recital de pases de Philippe Coutinho ante el Celta de Vigo desde la frontal del área. /Opta Sports.
Frenkie de Jong vuelve a parecerse a aquel futbolista del Ajax que fichó el Barça.
Frenkie de Jong vuelve a parecerse a aquel futbolista del Ajax que fichó el Barça. /Sofascore.

Precisamente, el argentino es uno de los futbolistas que más ha notado la transición de Koeman. Pasado el berrinche de perder a Luis Suárez, Messi ha aterrizado en un sistema cuya función le reserva la zona donde más acerca la victoria a su equipo: la frontal del área. En este sentido, si bien al argentino le cuesta contenerse y no estar en continuo contacto con el balón, es una gran noticia que la actividad ofensiva no depende excesivamente de Leo. Nuevas responsabilidades para nuevos responsables.

El descaro de Ansu Fati, el vuelo de Frenkie de Jong y la actividad entre líneas de Philippe Coutinho posibilita el descanso de ‘10’ y la liberación de un jugador al que, después de tanto tiempo sin darle nada, se le ha de brindar el mayor número de incentivos para que disfrute su última etapa en el club. En este sentido, cabe apuntar que la carencia de fichajes significativos se ha visto compensada con el adiós de algunos futbolistas que, ya fuese por cambio de rumbo en el modelo o porque ya no podían aportar a la entidad lo que esta necesitaba, sobraban en el nuevo Barça. Como en el caso de Luis Suárez, el uruguayo nunca dejará de marcar goles en liga porque lo lleva en la sangre, pero su importancia en el equipo impedía al Barça reinventarse en ataque.

Es admirable comprobar cómo el Barça ha pasado de ser un grupo donde solo defendían nueve jugadores a ver a Messi realizando un sprint en el 94’ pese a contar con un 0-3 en el electrónico. La naturalidad con la que encajan las piezas es similar al grado de implicación que demuestran los integrantes de la plantilla azulgrana. Algunos porque tienen unas ganas locas de reivindicarse -Coutinho-, otros porque por fin se les ha dado la jerarquía que merece su juego -Frenkie de Jong- y otros porque, después de vivir una hoguera para marcar el fin de una era y el inicio de otra, no paran de quemar etapas a una velocidad de vértigo -Ansu Fati-.

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