El retiro del chino Lin Dan, la leyenda del bádminton que puso en juego su idolatría por un engaño amoroso

El chino Lin Dan, doble campeón olímpico de bádminton y considerado una leyenda viviente de su deporte, le puso fin a su carrera deportiva a los 36 años. Agobiado por las lesiones, la superestrella asiática decidió que hoy es tiempo de descansar y no habrá para él Tokio 2020. Su nombre quizás no sea reconocido para el gran público, pero Dan es quien colgó de su pecho dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos, levantó cinco títulos mundiales y se quedó con los siete certámenes más importantes de su deporte. En definitiva, para una gran mayoría es el mejor de la historia gracias a su asombrosa regularidad. Aunque Dan, con una vida repleta de golpes de efecto y enredos trepidantes, también es quien puso en jaque su idolatría nacional por un romance oculto.

Lin, que durante su juventud tenía una reputación de "chico malo", le puso punto final a su carrera tras 666 victorias individuales y muchas medallas. Rodeado de una hoja de ruta singular y atrapante, el ex jugador, oriundo de Longyan, nació el 14 de octubre de 1983. En su infancia, sus padres soñaban con que el pequeño fuera pianista. Hacia allí trataron de enfocarlo, aunque no tuvieron el efecto esperado: la habilidad del pequeño estaba reservada para sus manos, es cierto, pero fundamentalmente para su mano izquierda, esa que lo llevó a la gloria en el bádminton. A los cinco años, el chico tomó la raqueta por primera vez y jamás volvió a soltarla.

A los 9 años, Dan se apuntó en la academia deportiva de su provincia, Fujian. Y a partir de ahí su crecimiento fue exponencial. Velocidad, habilidad, resistencia y combatividad eran algunos de sus principales atributos. Desde muy joven, también, el ex atleta chino ingresó en el equipo del Ejército Popular de Liberación. Un saludo militar tras cada triunfo se había convertido en uno de sus sellos distintivos.

Dan resultó campeón mundial cinco veces: Madrid 2006, Kuala Lumpur 2007, Hyderabad 2009, Londres 2011 y Guangzhou 2013, pero sus mejores momentos llegaron en los Juegos Olímpicos. En su país fue una de las sensaciones en Beijing 2008, y pasó a ser una estrella nacional. Llegó a la final contra su gran rival, Lee Chong Wei, de Malasia, a quien demolió por 21-12 y 21-8. Los simpatizantes locales enloquecían para saludar a uno de sus héroes olímpicos.

En 2011, a los 28 años, Lin volvió a empaparse de gloria. Nunca en la historia del bádminton un jugador había completado el Super Grand Slam: campeón de los Juegos Olímpicos, el Mundial, la Copa del Mundo, la Thomas Cup, la Sudirman Cup, el Super Series Masters Finals, el All England Open, los Juegos Asiáticos y los Campeonatos de Asia. Un aura especial, un brillo de principio a fin.

Cuatro años después de lo ocurrido en Beijing, Lin Dan repitió la hazaña en Londres 2012. Una vez más se enfrentó al brillante Lee Chong Wei (quien se retiró en 2019 aquejado por un cáncer de nariz) en la batalla por la medalla dorada, y fue capaz de retener su título. Al cabo, el chino resultó el primer atleta masculino en conseguir el doblete desde que se implementó este deporte en el programa olímpico en Barcelona 1992.

El palmarés de Dan quedó grabado con un registro de 66 títulos desde que debutó como profesional en 2001, a los 18 años. Entre las ganancias oficiales superó el millón de dólares en premios, aunque la popularidad que ostenta en su país lo llevó a tener una gran cantidad de auspiciantes.

En el país que lo adora, Dan también fue motivo de controversias por algunos de los sellos que luce en su cuerpo. Al ser un teniente coronel del EPL, que considera los tatuajes como un tabú, fue criticado más de una vez. En 2012, en China se realizó una encuesta que arrojó que el 72% de los consultados afirmaban que Lin debía ser dado de baja del ejército por sus inscripciones.

En la parte superior del brazo izquierdo de Lin hay un tatuaje de una cruz que representa su vínculo con su abuela cristiana. Las cinco estrellas en el sector inferior del mismo significan la oportunidad en la que festejó un oro olímpico y cuatro títulos mundiales en el mismo año. El tatuaje en la parte superior de su brazo derecho dice "Hasta el fin del mundo", la canción principal de Slam Dunk, su película de anime favorita. También tiene las iniciales de su esposa Xie Xingfang, la ex campeona mundial de bádminton, con quien se casó en 2012.

No obstante, en octubre de 2016 -el mismo año en el que nació su primer hijo, Xiao Yi-, una noticia que involucró a Dan impactó de lleno a sus millones de seguidores. En la red social Weibo aparecieron imágenes del jugador junto a Zhao Yaqi, una famosa modelo y actriz local. Y horas después de que el tema estallara en los medios de prensa, Lin tuvo que pedir disculpas públicamente y admitió que había tenido una "aventura" cuando su esposa estaba embarazada.

Cabe remarcar que en China, un jugador de bádminton es tan idolatrado y admirado como en Estados Unidos, Argentina, Brasil, España o Italia lo pueden ser las leyendas del fútbol, básquetbol, tenis o automovilismo, por caso. "Mi comportamiento ha herido a mi familia. Así que les pido disculpas a ellos. Lo siento mucho", escribió Lin en su cuenta de Weibo. Para tomar dimensión de lo sucedido en China, el posteo recibió más de 100.000 comentarios en los 20 minutos inmediatos a su publicación.

El estupor fue nacional. Un desconcierto absoluto para quien estaba acostumbrado a los aplausos y los elogios. Las fotos de Lin Dan y Zhao Yaqi estuvieron en todas las portadas y en los canales de televisión. Algunos de sus fanáticos, en las redes sociales, hablaron de "vergüenza" y de "un hecho imperdonable". "Lin, eras el orgullo de 1.300 millones de chinos. ¿Y ahora?", le escribieron. Su esposa, con el correr del tiempo, supo cómo perdonarlo.

Lin Dan le dijo adiós al bádminton. "Le he dedicado todo a este deporte que amo. Desde 2000 hasta 2020, han sido veinte años en los que he estado con el equipo nacional chino. Ahora me estoy despidiendo. Mi forma física y las lesiones ya no me permiten pelear con mis compañeros de equipo", remarcó.

Los dolores agotaron al chino y se marcha sin cumplir su último gran anhelo, estar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 y luchar por una nueva medalla dorada. Sin embargo, con la historia en su espalda, Dan siempre será una leyenda del deporte.