Responsables del Mundial de Rugby avisan a Japón: "Que no falte cerveza"

Hubo una jornada que quedó marcada en la memoria colectiva de los aficionados al rugby australianos e irlandeses. Fue un día gris en la ciudad de Adelaida, ubicada al sur de Australia, donde los fans ahogaron sus penas y celebraron sus alegrías a base de cerveza, antes, durante y después del encuentro entre los anfitriones e Irlanda. Aquel partido provocó tal aluvión de hinchas que no quedó una sola gota de espumoso oro líquido y los propietarios de los establecimientos tuvieron que pedir ayuda a otras urbes cercanas.

Fue un día para el recuerdo – y el olvido- que sirvió también para tomar nota. Los máximos mandatarios de la Copa del Mundo de Rugby que se celebrará en Japón a partir del 20 de septiembre no quieren que la amarga historia se repita en el que será el primer país de Asia en celebrar un Mundial de este deporte. Impera la necesidad básica de asegurar a los sedientos seguidores que habrá suficiente cerveza en todas y cada una de las 12 sedes de la isla, por eso, todo aviso es poco para los mandatarios, que temen que la falta de cultura relativa al rugby en Japón les pille de improviso.

Por esta razón, y según la agencia de noticias Afp, los responsables del Mundial usaron en diversas reuniones el ejemplo del caso australiano en el que no se cumplió con el requisito mínimo e imprescindible de proporcionar cerveza a todo el que quiso. Para poner en perspectiva la magnitud de ingesta en las grandes ocasiones no hay más que mirar a la Copa del Mundo anterior celebrada en Inglaterra en 2015. En aquella ocasión, se consumieron alrededor de dos millones de litros de cerveza en unos campos que albergaron casi dos millones y medio de aficionados, alrededor de 51,621 por estadio. Las cifras son mayores que las registradas en mundiales de fútbol, deporte en el que fuera de la magna competición cuenta con una regulación más severa en cuanto al consumo de alcohol en algunos países.

Un portavoz de la organización de la Copa del Mundo aseguró que el mensaje fue trasladado con éxito a los japoneses y a través de ellos a las ciudades donde se jugarán partidos. La respuesta de los orientales fue positiva ya que supone una gran oportunidad para comercializar sus cervezas entre los turistas que abarrotarán el país.

Entre las medidas que se adoptarán se encuentra la propuesta por una fabricante de cerveza local, Kirin, productora de Heineken en Japón, que a su vez es sponsor global del Mundial. Los responsables afirmaron que analizarán el número de tickets vendidos y otros datos para asegurarse de que no faltará una gota de birra.

“Será una gran oportunidad para promocionar nuestros productos al mundo”, afirmó la portavoz de Kirin, Naomi Sasaki, a Afp. “Pretendemos que nuestros visitantes disfruten la calidad de las cervezas japonesas”, agregó.

Y así, todos contentos con una fiesta que pretende no ser más amarga de lo justamente dictado por el paladar.