Sergio Pérez se acerca al trono de la categoría reina

Madrid, 18 dic (EFE).- Cuando el inglés Lewis Hamilton abandonó el pasado domingo Yas Marina, donde concluyó el Mundial que lo coronó por séptima vez, no lo hizo sin dejar de entrever una ligera preocupación. El holandés Max Verstappen había ganado la última carrera con un Red Bull que tenía mejor ritmo que los dominantes Mercedes, en el cierre de su séptima temporada de férrea dictadura deportiva. Con presupuestos y reglamento 'congelados', el próximo Mundial de F1 será muy parecido a éste. Y en uno de los coches que podrá hacerle frente a la escudería alemana se subirá el mexicano Sergio Pérez.

Hubiese sido un escándalo, pero 'Checo', cuarto en un campeonato en el que superó todo tipo de vicisitudes, estuvo a punto de quedarse sin asiento después de la mejor de sus diez temporadas en la categoría reina, en la que pilotó sus dos primeros años en Sauber y, tras pasar otro en McLaren, culminó en todo lo alto su séptima campaña con Racing Point -antes Force India-. Escudería que prefirió sustituirlo el año próximo por el alemán Sebastian Vettel. El primer mexicano en ganar una carrera de F1 desde que lo hiciera por última vez hace 50 años Pedro Rodríguez estuvo a un tris de tomarse un año sabático. Pero en 2021 pilotará un monoplaza capacitado para ganar el Mundial.

Cincuenta años después de que Pedro Rodríguez ganara el Gran Premio de Bélgica y sólo tres domingos después de brillar en Turquía, donde fue segundo, 'Checo', nacido hace 30 años en Guadalajara (Jalisco), ganó, el primer domingo de diciembre, la segunda carrera de Baréin: el Gran Premio de Sakhir. Donde firmó su décimo 'cajón' desde que pilota en F1. Antes de acabar cuarto un Mundial en el que sólo lo superaron los Mercedes de Hamilton y el finés Valtteri Bottas; y el Red Bull del neerlandés Verstappen, que será su compañero el año próximo en la escudería austriaca

Sergio, ausente en las dos pruebas de Silverstone (Inglaterra) por sendos positivos en covid-19, prosiguió la senda del éxito en su temporada más difícil. Que acabó, con retirada por rotura del motor del Racing Point, sin saber qué sería de su futuro. Adelantando que, o se subía a un Red Bull, o se tomaría un año sabático. Y que él quería seguir, pero que la decisión estaba en manos de los responsables de la potente organización que representa a la bebida energética más famosa del mundo. Este viernes Red Bull tomó la palabra. Y el año que viene 'Checo' tomará de nuevo el volante: uno de los más preciados de la categoría reina.

Tras destacar en las categorías inferiores, el mexicano debutó en Fórmula Uno en 2011. Con Sauber, equipo en el que fue compañero del japonés Kamui Kobayashi. Ese año, con susto incluido en Mónaco, fue decimosexto puesto en el Mundial y en Silverstone (Gran Bretaña) logró su mejor resultado, al acabar séptimo.

En su segundo año, de nuevo con Sauber, sólo tardó dos carreras para entrar en la elite; tras firmar una sensacional actuación en el diluvio de Sepang, donde sólo cedió ante el doble campeón mundial español Fernando Alonso -que, en Renault, volverá a ser uno de sus rivales el curso que viene- y celebró el segundo puesto en el Gran Premio de Malasia de 2012. Sumó dos podios más esa temporada, al ser tercero en Montreal (Canadá) y segundo en Monza (Italia), antes de fichar por McLaren, donde sustituyó al ahora séptuple campeón mundial Hamilton.

El mexicano no subió al podio -el inglés Jenson Button, campeón mundial en 2009, tampoco lo hizo-, con los de Woking, en una temporada en la que su mejor resultado fue un quinto, en el Gran Premio de India.

'Checo' fichó entonces por su actual equipo -que el año próximo se denominará Aston Martin-, que entonces se denominaba Force India y que a partir de mediados de 2018, después de entrar en concurso de acreedores, pasó a llamarse Racing Point.El cambio fue bueno, porque en la tercera carrera subió de nuevo al cajón, al acabar tercero en Baréin.

Pérez, de aquella compañero del alemán Nico Hülkenberg, regresó al grupo de los mejores diez, en el que había acabado dos años antes en Sauber. Y un año después, cuando acabó noveno el Mundial 2015, subió de nuevo al podio, al acabar tercero en Rusia, en el anillo olímpico de Sochi (sede de los Juegos de invierno un año antes).

La de 2016 había sido, hasta ahora, su mejor campaña. Sumó 101 puntos -24 menos que este año- y concluyó séptimo, como el 'mejor de entre el resto' ('the best of the rest', en inglés), cuando empezaba a quedar claro que había un equipo dominante -Mercedes- y otros dos -Ferrari y Red Bull- que, con suerte, también podían ganar alguna vez.

Ese año, 'Checo' sumo otros dos podios, al acabar tercero en Mónaco y en el Gran Premio de Europa, en la debutante Baku, la capital de Azerbaiyán.

En 2017 volvió a ser el "best of the rest", al anotar 100 puntos exactos. Pero no subió al cajón en un año en el que, no obstante, sólo dejó de puntuar en tres de las 20 pruebas. "Hubo dos categorías y nosotros ganamos el Mundial en la nuestra", declaraba a Efe 'Checo' en el cierre de esa temporada, en Abu Dabi.

Antes de que este año añadiese Baréin, Azerbaiyán se convirtió, en 2018, en el único país en el que el mexicano -que de aquella tenía de compañero al francés Esteban Ocon (con el que saltaron chispas más de una vez ese curso)- repetía podio en F1.

Con la nueva propiedad que había entrado a mediados de 2018, año en el que acabó octavo el Mundial; el curso pasado Pérez compartió garajes con el canadiense Lance Stroll (el hijo del patrón), en una temporada de transición, sin podios, en la que acabó décimo, pero con ganas de que arrancase un nuevo curso. "Tengo muchas ganas de empezar el próximo año", indicaba a Efe el mexicano, de nuevo en el circuito de Yas Marina, antes de la última carrera de 2019. "Creo que, como equipo, ésta puede ser la escudería que más mejore para el próximo año", advertía 'Checo'; que, a pesar de todas las desgracias sufridas, no se equivocaba. Y cerró 2020 como el gran año de su carrera.

Esta temporada, 'Checo' ondeó la bandera de México desde lo más alto de un podio en Fórmula Uno. Hizo historia y estuvo a punto de quedarse fuera de ella. Pero este viernes se hizo justicia y el Mundial de F1 seguirá contando con una de sus más grandes figuras. Tendrá por compañero al capitán de Red Bull, Verstappen, el favorito de la alta dirección de la escudería. Que sigue su brillante progresión, con 23 años. Pero que perdió la opción, este año, de convertirse en el campeón más joven de la historia.

Fuera del alcance esa plusmarca, a Red Bull sólo le importa volver a ganar un título que festejó cuatro veces seguidas (entre 2010 y 2013) con Vettel. Y, sin que a nadie se le escape que su opción predilecta será la de Verstappen, no le haría asco pasar a la historia como el equipo del primer campeón del mundo mexicano. Con idénticas condiciones que al insaciable y voraz 'Mad Max' y si Mercedes no logra mantener el (esperado) nivel, 'Checo' debería apuntar, directamente, al trono de Hamilton.

(c) Agencia EFE