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Real Madrid, esa fábrica de generar sentido de pertenencia y que se consagró en un estadio con sello argentino

Ahí anda ese emblema madridista llamado Raúl González (Raúl para todo el mundo), liderando un nuevo sueño con los juveniles de la institución de cara a la próxima edición de la UEFA Youth League, el torneo Sub 19 más importante a nivel de clubes europeos que esta vez se disputará entre el 16 y el 25 de agosto en Nyon. Antes de volver a dirigir al Castilla, filial del Real Madrid, aquel ícono merengue -este riguroso entrenador de hoy- estará con los Mirlos buscando nuevos motivos de satisfacción.

Real Madrid campeón: derrotó a Villarreal con dos goles de Karim Benzema y se consagró en la Liga de España

Es que La Fábrica nunca deja de funcionar. Ahí en Valdebebas no sólo se convive, se entrena y se alimenta el sentido de pertenencia: se siembra todo el tiempo. La cosecha de gloria se da en el Bernabéu, en el estadio Di Stéfano o en cualquier escenario rival que indiquen los calendarios. Al fin y al cabo, no será otra cosa que el resultado de dos cuestiones esenciales: el poderío económico y el trabajo en ese complejo de las afueras de la capital española que hace rato ya es una referencia futbolera ineludible. Como sucede hoy, en el marco de esta nueva consagración, de local, frente al Villarreal, tras el triunfo de este jueves por 2 a 1.

Real Madrid volvió a tejer una campaña de campeón, aunque sólo en la recta final construyó un perfil lo suficientemente sólido como para aferrarse al título. El recorrido empezó en otro tiempo, enmarcado por otro contexto. Este año, se sabe, la pandemia lo modificó todo. Menos a la esencia del equipo de Zinedine Zidane. En la vereda de enfrente, el Barcelona de Lionel Messi no pudo dar el zarpazo. Demasiadas chispas internas entre el plantel y el cuerpo técnico comandado por Quique Setién conspiraron en esta Liga contra las ambiciones del crack argentino. Y los terceros en discordia, el Atlético de Madrid del Cholo Simeone y el Sevilla, en realidad en ningún momento de este largo y sinuoso camino de 38 fechas pusieron en jaque al Madrid.

Este paso firme y altanero de las últimas fechas tuvo otra cara allá lejos y hace tiempo, cuando arrancó la Liga. Triunfos ajustados que despertaban murmullos, empates que lo obligaban a dejar puntos valiosos por el camino y hasta derrotas impensadas. Como la del 19 de octubre por la novena fecha en Mallorca, cuando cayó por 1-0 ante el modesto equipo local.

Aparecieron las dudas en febrero, cuando igualó en Madrid 2 a 2 con Celta de Vigo y en el partido siguiente sufrió la segunda derrota en el torneo, frente al Levante en Valencia por 1-0. Ya en marzo, una buena y otra mala: victoria reparadora sobre el Barcelona (2-0 en casa); traspié contra el Betis (2-1 en Sevilla). Y punto. Sólo enhebró triunfos desde que se reanudó la Liga en junio. Fueron desfilando los adversarios, a veces con justicia, a veces no tanto, a veces con polémicas, a veces con el VAR en el ojo de la tormenta, como ocurrió en la victoria sobre la Real Sociedad: aquel 2-1 del 21 de junio en Anoeta levantó la temperatura de vascos, catalanes y compañía.

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"Siempre es complicado ganarle al Real Madrid. A veces, como hoy, mucho más. Un penalti dudoso a favor de los blancos y un gol anulado a los realistas han dejado a la Real sin puntos en el partido de esta noche. Así, es imposible". Con este comunicado oficial descargó su ira la Real Sociedad. Tres días antes, un gol anulado al Valencia -también a través del VAR- había calentado el ambiente en el fútbol español. Lo cierto es que desde el 14 de junio, cuando volvió a competir, despachó a Eibar (3-1), Valencia (3-0), Real Sociedad (2-1), Mallorca (2-0), Espanyol (1-0), Getafe (1-0), Athletic Bilbao (1-0), Alavés (2-0), Granada (2-1), y con el de este jueves sobre el Villarreal (2-1) completó la decena de triunfos en cadena.

La vigencia de un goleador implacable como Karim Benzema en su undécima temporada en el club, la influencia en las dos áreas de ese faro que es Sergio Ramos (¡15 temporadas en el Madrid!) y la consolidación del montevideano Federico Valverde fueron algunos de los argumentos sobre los que se edificó esta nueva consagración del equipo de Zidane. El técnico multicampeón, que en 2018 abrió un paréntesis (en el que asumieron Julen Lopetegui primero y Santiago Solari después), volvió en marzo del año pasado. Y bajo su conducción, Real Madrid no sólo regresó a la cúspide sino que de paso cortó el envión de un Barcelona que se había quedado con las dos últimas Ligas.

Los vaivenes internos, los momentos grises del vestuario, serán desmenuzados más temprano que tarde. Ya lo dijo el propio Zizou cuando se le preguntó esta semana por la situación de Gareth Bale y James Rodríguez: "Madre mía, macho. La pregunta. Gareth es uno de los nuestros, pensamos lo mismo. Él, James y todos". Claro, no era la hora del balance todavía. Lo cierto es que el galés y el colombiano ya tienen un pie afuera, un poco para recomponer la paz puertas adentro, otro poco para morigerar los efectos del Coronavirus en las arcas del club. Igual llegarán caras nuevas, claro, mientras se espera el desembarco de Kylian Mbappé en 2021, y mientras sigue sembrando en silencio Raúl, que además de González es Blanco, acaso como un capricho del destino. O como una premonición.