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El show de Thomas Gravesen en el último Real Madrid-Cádiz de La Liga

El Real Madrid recibe este 17 de octubre en el Alfredo Di Stéfano al Cádiz más de 14 años después de su último enfrentamiento en Primera División, que tuvo lugar el 21 de enero de 2006 en la vigésima jornada de La Liga 2005-06. Al igual que en esta temporada, el conjunto amarillo era un recién ascendido a la máxima categoría del fútbol español, aunque solo se mantuvo durante una campaña.

El partido terminó con 3-1 a favor de los blancos pese a que el Cádiz fue capaz de ponerse por delante en el marcador mediante un gol de Medina al poco de iniciarse la segunda mitad. Sin embargo, el Real Madrid remontó posteriormente con tantos de Roberto Carlos y Beckham de falta y otro de Robinho desde fuera del área.

Thomas Gravesen en el último duelo liguero entre Real Madrid y Cádiz. (Foto: Denis Doyle / Getty Images).
Thomas Gravesen en el último duelo liguero entre Real Madrid y Cádiz. (Foto: Denis Doyle / Getty Images).

Sin embargo, el gran protagonista de aquel partido fue Thomas Gravesen, uno de los futbolistas más excéntricos que han vestido la camiseta del Real Madrid. El danés, que actualmente vive retirado en Las Vegas tras amasar una fortuna gracias al póquer, dejó durante su temporada y media en el Bernabéu numerosas muestras de su carácter peculiar. De ahí que las cámaras del programa ‘Maracaná’ que emitía en aquella época Cuatro le siguieran en cada partido.

Lo que captaron en el duelo ante el Cádiz no tiene desperdicio. El centrocampista fue titular y entró relajado al campo, pero al poco tiempo soltó una patada en el trasero a Bezares. Más tarde se las tuvo tiesas con Berizzo y Zidane, jugador blanco en aquella época, le intentó tranquilizar, tras lo cual Gravesen dejó una de sus escenas más famosas de su paso por el Bernabéu. “¡Zizou! ¡Zizou! ¡Yo no!”, el soltó al francés.

Luego movió una barrera él solo sin avisar a sus compañeros y por poco no acaba mandando al suelo a Beckham, Zidane y Baptista. Antes de ser sustituido por Cassano (otro jugador que los aficionados blancos recuerdan muy bien y no precisamente por su fútbol), también tuvo tiempo de ponerse a silbar desde el terreno de juego como si fuera un hincha al árbitro, después de que este no pitara un penalti sobre Robinho.

Precisamente Robinho había sido el gran protagonista en el partido de ida entre Cádiz y Real Madrid de aquella Liga, correspondiente a la primera jornada y que supuso además el debut del brasileño, que había llegado en el verano de 2005 procedente del Santos por 24 millones de euros, con la camiseta del Real Madrid.

El extremo salió al césped del Ramón de Carranza en el minuto 65 (sustituyendo precisamente a Gravesen) y se disfrazó de Pelé, Cruyff y Maradona para protagonizar uno de los debuts más increíbles que se recuerdan con el Real Madrid. Cuando entró en el campo el partido marchaba 1-1, pero Robinho fue capaz de desequilibrarlo dando una auténtica exhibición y de regates, velocidad, pases y bicicletas y los blancos acabaron llevándose la victoria con un tanto de Raúl en los últimos minutos.

Lo cierto es que el primer partido de Robinho con el Madrid fue también el mejor que disputó con la camiseta blanca, ya que nunca llegó a demostrar todo lo que se esperaba de él. Tres años después de su llegada al Bernabéu, en verano de 2008, fue vendido al Manchester City por 43 millones de euros.

Más de una década después, Real Madrid y Cádiz vuelven a enfrentarse en un duelo liguero que quizá vuelva a dejarnos imágenes inolvidables como los dos anteriores.

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