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La apertura de la playa fantasma de Varosha, el nuevo desplante de Ankara

Nicosia, 8 oct (EFE).- La autoproclamada República del Norte de Chipre (RTNC) ha cumplido junto a Turquía su amenaza de abrir la playa del de Varosha, en Famagusta, en lo que supone un nuevo obstáculo para el diálogo de paz en la isla y otro golpe a los intentos de apaciguar los ánimos en el Mediterráneo oriental.

Poco después del mediodía se abrió el portón hacia el puesto de control, situado a pocos metros de la playa y, según las imágenes mostradas por los medios turcochipriotas, hombres vestidos de civil dejaban pasar a las personas que se habían congregado en el lugar sin pedirles pasaporte ni tarjetas de identificación.

OLA DE PROTESTAS

Las protestas desde dentro y fuera de Chipre han sido masivas, pues con la apertura Turquía y el norte de Chipre violan el derecho internacional y varias resoluciones de la ONU.

El presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis, describió la apertura de "un acto ilegal" y una "flagrante" violación del derecho internacional y las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU 550 (1984) y 789 (1992)".

Por su parte, la Uncifyp, las fuerzas del la ONU desplegadas en Chipre, anunció que están siguiendo de cerca los acontecimientos y que la postura de Naciones Unidas sobre Varosha queda inalterada.

La resolución 550 de 1984 declara como "inadmisible" todo intento de poblar cualquier parte de Varosha con personas que no sean sus habitantes y pide que esta zona se transfiera a la administración de las Naciones Unidas.

Las autoridades de la RTNC completaron ayer las obras de la apertura, tras colocar un contenedor que funcionará como puesto de control, similar a los que hay en otros nueve puntos que sirven de entrada desde el sur de la isla a RTNC -cuya legitimidad solo reconoce Ankara-.

La decisión sobre la apertura había sido anunciada el martes desde Ankara por el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, junto al primer ministro de la RTNC, el nacionalista Ersin Tatar, candidato en las elecciones presidenciales turcochipriotas del próximo domingo.

NUEVA PROVOCACION TURCA

Según analistas políticos locales, con esta decisión Turquía no solo quiere mostrar su apoyo abierto al candidato nacionalista sino que mira mucho más allá: su propósito es cambiar la base de las negociaciones de paz con los grecochipriotas, es decir, la creación de una federación bizonal, bicomunal, con una única soberanía y una representación internacional.

Turquía y los nacionalistas turcochipriotas defienden una solución confederal o dos Estados.

Esto se produce en un momento en que se esperaba que, tras la retirada de algunos buques exploratorios turcos, la disputa de Grecia y Chipre con Turquía sobre la explotación de hidrocarburos y las jurisdicciones marítimas en el Mediterráneo oriental fuera a apaciguarse.

La reapertura de Varosha ha desencadenado también un reguero de críticas en el norte de Chipre, donde el próximo domingo se celebran elecciones presidenciales.

El actual presidente de la RTNC, Mustafá Akinci, tildó de "vergüenza para la democracia" el apoyo abierto de Ankara a Tatar, que además ha tenido que encajar críticas dentro de su coalición de Gobierno y la retirada de su socio, el viceprimer ministro Kudret Ozersay, quien también se presenta a las presidenciales.

El propio Tatar afirmó en un mensaje en su cuenta Twitter que con la apertura de la zona costera de Famagusta "recuperamos la clausurada Varosha para la humanidad, Chipre y el mundo. Caminamos todos juntos desde la Varosha abierta hacia un nuevo futuro".

VAROSHA, EL BARRIO FANTASMA DE FAMAGUSTA

La ciudad de Famagusta -ubicada en la costa oriental de Chipre- tenía unos 40.000 habitantes antes de ser ocupada por tropas turcas durante la segunda fase de la invasión militar de Chipre por Turquía, el 14 de agosto de 1974.

Toda la población de la ciudad fue expulsada -greco y turcochipriotas-, que tuvieron que rehacer sus vidas en otros lugares de la isla. Hasta hoy este episodio sigue siendo una de las ampollas más dolorosas de la división y es fruto de rencor entre las comunidades.

Un año después de la invasión se produjo el intercambio de población y la segregación definitiva, en cuyo transcurso se permitió el regreso de algunos habitantes turcochipriotas a Famagusta.

Hoy en día, la ciudad en sí funciona con normalidad y ha recuperado el número de habitantes, si bien no los originales.

La parte sur, en cambio, el barrio costero de Varosha, que antes de la ocupación fue el sector más próspero de Famagusta, quedó sellada con una verja y alambres por las fuerzas armadas turcas.

Flora Alexandrou

(c) Agencia EFE