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Raphael Varane incendia la Liga para el Real Madrid

El fútbol tiene estas cosas y en nuevo minutos de juego lo que podría haber sido una distancia de cuatro puntos entre Real Madrid y FC Barcelona, con un partido menos por disputar para los blancos, se convirtió en una diferencia de sólo un punto y el partido de Balaídos por jugarse. Nueve minutos fueron los que van desde que Messi anotó el gol de la victoria ante el Leganés en el último suspiro de su partido del domingo y los ocho primeros en Mestalla en los que el Valencia, con una fiabilidad espeluznante, se puso 2-0 en el marcador en sus dos primeros disparos a puerta.

El protagonista de la masacre tenía nombre y apellido: Raphael Varane. Luego, tanto Marcelo como Zidane dirían que el Real Madrid saltó al encuentro sin ganas ni intensidad, pero lo cierto es que durante los primeros tres minutos de juego los blancos achucharon a su rival tal y como hicieron ante el Nápoles en el Bernabéu; pero como ya ocurriera entonces, una mala decisión le costó carísima. A los cuatro minutos, Munir mandó un balón al área con Zaza de espaldas a la portería blanca y Varane no es capaz de interponer su cuerpo entre el balón y la linea de gol. El remate acrobático del italiano es espectacular, sin duda, pero el defensa francés no hizo más que mirar.

Raphael Varane / EFE
Raphael Varane / EFE

Los blancos quisieron recomponerse, y lo hicieron. Volvieron a tocar, a presionar, a mover el balón con sentido y a buscar a los delanteros con ahínco, pero a los ocho minutos Varane -de nuevo- controló mal un balón en campo valencianista y en tres toques los ché se plantaron frente a Keylor Navas. Orellana, uno de esos jugadores con eternas ganas de fastidiar al Real Madrid, batió al tico por bajo.

A partir de ahí, con el 2-0 en contra, con el público en contra y con un Valencia refugiado bajo el palo de Diego Alves, el partido fue un monólogo blanco. Sólo los errores, una y otra vez, de Varane daban algo de respiro a los Valencianistas en ataque, pero era el Real Madrid el que intentaba arrinconar a su rival y buscar vías que le llevaran al gol y a la esperanza.

Ronaldo marcó uno y estuvo cerca de marcar otros dos (uno con un gran disparo inmediatamente después del primero y otro con el tiempo casi ya extinguido en un enorme cabezazo que se marchó a centímetros del palo), mientras Varane seguía en otro mundo. En la jugada más esperpéntica vista en muchos años en el Real Madrid, el francés intentó rebañar una pelota cerca de su área a un metro setenta del césped… con el pie. Gayá, sin ser muy alto, salto a luchar el balón y se llevó un patada en la cara que por peligrosa y absurda, que no mal intencionada, bien podría haber sido tarjeta roja.

Entre medio el árbitro también se saltó a la torera un penalti clarísimo de Mangala a Ronaldo y una posible roja al ex central del City por una durísima entrada a Benzema, y otro penalti por pisotón de Ramos a Munir en una jugada en el que el de Camas tuvo que llegar al rescate de la enésima pifia de Varane.

Varane se lamenta durante el partido ante el Valencia. (Goal)
Varane se lamenta durante el partido ante el Valencia. (Goal)

Es cierto que en el fútbol ganan todos y pierden todos, pero Varane lleva tiempo fuera de onda y Zidane, por mucho que sea su padrino dentro del club, debe entender que Pepe o Nacho quizás sean mejores opciones ahora mismo. El central, quien sabe si por evitar males peores, fue sustituido mediada la segunda parte y diagnosticado con una rotura fibrilar que le apartará de los terrenos de juego durante tres semanas.

Será bueno que las utilice para pensar profundamente cómo un defensa con sus cualidades no es capaz de hilvanar más de dos partidos decentes de manera consecutiva desde hace dos años. Varane ya no es una promesa y, por la tanto, se le debe exigir como al que más. El destino del Real Madrid en esta campaña depende de ello.

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