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Quién es Francisco Martínez, el hombre que tiene en su mano meter a medio PP en prisión

El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez (i), el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz (c), y el portavoz de Interior del PP en el Congreso, Conrado Escobar, durante una rueda de prensa en Madrid el 26 de junio de 2015
El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez (i), el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz (c), y el portavoz de Interior del PP en el Congreso, Conrado Escobar, durante una rueda de prensa en Madrid el 26 de junio de 2015

"Mi grandísimo error fue ser leal a miserables como Jorge, Rajoy o Cospedal". Con este aperitivo de la conversación incluida por la Fiscalía Anticorrupción, ya eran muchos en el PP los dirigentes a los que últimamente les estaba costando conciliar el sueño. Y con razón. Las declaraciones de Francisco Martínez, que había sido número dos de Interior entre 2013 y 2016, se han incluido en el informe por el que se piden las imputaciones del ex ministro del Interior Jorge Fernández Díaz y de la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal por presuntos delitos de prevaricación, descubrimiento y revelación de secretos y malversación de caudales públicos. Pero ayer esos dirigentes superaron el umbral del nerviosismo para entrar en otra frase cuando leyeron las últimas declaraciones de Martínez: "Voy a contarle al juez todo lo que sé". Las pruebas son tan claras que, para librarse, en el PP de Pablo Casado solo puede argumentar que eran otros tiempos. ¿Pero quién es Francisco Martínez, el hombre que puede meter en prisión a medio PP?

Doble licenciado en Derecho y Empresariales por la Pontificia de Comillas, Fernández se convirtió en 2004 en letrado de las Cortes Generales pasando a dirigir las Relaciones Internacionales de la Secretaria General del Congreso desde 2005. Sus éxitos no acabaron ahí dado que en 2011 fue condecorado por el Ministerio de Asuntos Exteriores por la brillantez de sus funciones. Esa carta de presentación no pasó desapercibida para Jorge Fernández Díaz, quien le fichó como jefe de gabinete a su llegada al Ministerio del Interior. Y poco después, secretario de Estado de Seguridad.

A partir de ahí, su currículum ya empieza a tener más sombras que luces, ya que la gestapillo que el PP creó en el ministerio le obligó a trabajar de incógnito burlando las leyes con el uso de fondos reservados del Gobierno de Mariano Rajoy para espiar y arrebatar documentación al extesorero del PP, Luis Bárcenas, e intentar así minimizar los daños por la corrupción sistemática del Partido Popular.

Todo eso ha quedado al descubierto con el levantamiento del secreto del sumario. Fernández sale muy mal parado en los 52 folios de la instrucción de la 'operación Kitchen'. Pero no piensa comerse él solo todo el marrón. Empezando por la acusación de ser el cerebro de la trama. En una magnífico reportaje publicado por El País, Martínez explica claramente como fue el propio Díaz quien le enroló en la trama corrupta. Y después, tras recibir nuevas instrucciones del director adjunto operativo de la Policía, Eugenio Pino, fue cuando tomó conciencia de la envergadura y los tentáculos de la operación. Como el sonado caso de la grabación de una conversación jefe antifraude catalán para airear una supuesta cuenta suiza del alcalde de Barcelona Xavier Trías, que resultó ser falsa. “Yo me quedé atónito”, confiesa a El País. Fue ahí cuando entró en escena el experto en ciénagas policiales, el comisario Villarejo. Y los atropellos comenzaron a sucederse.

Viendo lo que se cocía, y cómo Fernández Díaz mentía repetidamente sobre su implicación en el caso, empezó a tener conciencia de que tal vez le hicieran cargar a él con todas las culpas. Especialmente porque su firma es la que autorizó los pagos a través de los Fondos Reservados. Y ojo porque son una decena larga las muertes extrañas de personas implicadas en las corruptelas del PP.

Por eso decidió llevar su móvil ante un notario y levantar acta de todas las conversaciones allí guardadas. Incluidos los famosos SMS de Fernández Díaz que implican a Interior y a parte de la cúpula del Partido Popular.

Al salir el PP del Gobierno, entendió que todo el trabajo sucio acabaría aireándose. Y no se equivocaba. Cuando en marzo la Policía entra en su casa por orden de la Fiscalía Anticorrupción, Martínez no solo no pone reparos, sino que les entrega la documentación perfectamente ordenada y clasificada: “Esto es lo que ustedes vienen buscando”, dicen que les espetó a los fiscales.

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