¿Quién es culpable en la crisis de Chivas?

José Carlos Van Rankin, jugador de Chivas. / Foto: Getty Images
José Carlos Van Rankin, jugador de Chivas. / Foto: Getty Images

Las caras en su llegada a la Ciudad de México contrastaban notablemente con la algarabía que su público vivía en el Aeropuerto Internacional de esta ciudad. Nadie del ‘Rebaño’ esperaba este recibimiento, la afición se volcó a alentar a su equipo. Los reporteros buscaban las palabras de los jugadores y de José Saturnino Cardozo, quien días antes se quejó por la “presencia” de muchos medios a su regreso a Guadalajara tras el partido de Copa MX, quiso salir cuanto antes de ahí.

Cardozo pelea más por mantener la ecunanimidad y su equilibrada relación con la prensa, que por lo que pasa por el equipo. Él sabe, al igual que los directivos, que no se le puede culpar por el desempeño de una escuadra que no cuenta con el compromiso y seriedad que significa portar esos colores.

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Tras la derrota de Chivas en Copa MX ante el odiado rival, comenzaron a circular imágenes del delantero Luis Guillermo Madrigal quien disfrutaba la vida nocturna mientras bebía de un zapato de una lujosa marca.


Días antes de este encuentro, José de Jesús Godínez, quien había sufrido un desgarre en la pierna derecha, paseaba por Autlán mientras disfrutaba del carnaval. Y según el diario Récord, Javier López, que no ha visto acción tras sufrir una lesión en un menisco, compró vehículos chocadores estilo Kart, con los que jugaba con sus compañeros de equipo.

La mala calidad de juego de los integrantes del Guadalajara fue tan evidente que no había quién los pudiera defender, José Luis Higuera, CEO del Grupo Omnilife se limitó a decir que tras la derrota ante el América: “El problema fue la ejecución. Se vio un equipo que no somos. No sé si la palabra correcta es espantados, pero lo cierto es que no era lo que estábamos buscando“.

Estas palabras no se quedaron cortas y tendrían sus represalias.

El partido siguiente, el de la fecha 11 de la Liga MX fue una copia al carbón del anterior. América se dio un paseo en cancha ajena, se dio el lujo de marcar al minuto 3 su primer gol presumiendo a su flamante contratación ‘bomba’ de la temporada. Ibargüen sentenció al minuto 50 y bajaron el ritmo. Cuatro goles en dos partidos eran suficiente para salir victoriosos y mostrar compasión ante un rival que bien pudo llevarse una goleada.

La actitud de los jugadores fue la misma. Extremo respeto al oponente, no era miedo, no era espanto, era sólo mediocridad y la cara de Cardozo en los dos encuentros era de impotencia.

El clamor es homogéneo, los fanáticos de Chivas quieren fuera al paraguayo y como nunca, quizá no se den cuenta que la responsabilidad no es sólo de él, pero siempre tiene que haber un culpable. Cardozo sustituyó al último gran motivador del ‘Rebaño’ en la última década, Almeyda hizo milagros con un presupuesto austero y una nómina menguada. Cardozo, quien conoce más del fútbol mexicano, no puede con las limitaciones de los dueños de Chivas, no se puede hacer una estructura fuerte con hilachos.

El ridículo en el Mundial de Clubes fue la primera muestra de lo que vive Chivas ahora.

El técnico paraguayo muestra su calidad y autoridad en el banquillo al autoculparse cada vez que enfrenta a la prensa, pero la posición de mártir no calará en los jugadores, es que como estratega no ha podido encontrar el camino para impulsar a todos estos jóvenes Chivas que no hallan la motivación ni en fiestas o carnavales.

Señalar las carencias de cada jugador podría ser injusto y una pérdida de tiempo, lo que es un hecho es que no sienten el peso de un camiseta de tradición, ni siquiera el peso de un ‘Clásico Nacional’ que los medios mexicanos se esfuerzan en ofrecer como el partido más esperado de cada torneo. Clásicos locales, como Tigres contra Rayados o América contra Pumas, llaman más la atención del televidente e imprimen un compromiso extra a los jugadores. Chivas contra Atlas, ni se diga, ambos pelean por ver quién es peor.

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Alguien tiene que ser llevado al ‘paredón’ y por justicia esperamos que no sea José Saturnino Cardozo. A media temporada, es imposible también una limpia de jugadores, se limitará la directiva a darles un ‘jalón de orejas’. Quizá quien esté en la mira sea el propio José Luis Higuera, quien ya tuvo roces con Jorge Vergara desde que Almeyda dirigía al equipo y se hablaba de ser sustituido por su hijo, Amaury Vergara.

José Saturnino Cardozo, ténico de Chivas. / Foto: Getty Images
José Saturnino Cardozo, ténico de Chivas. / Foto: Getty Images

Almeyda se fue, Alanís se fue, llegaron refuerzos, llegó Cardozo y si Chivas no califica a la Liguilla en este Clausura 2019, se cumplirá un año sin postemporada, un total fracaso por lo que se espera de este equipo.

¿Quién o quiénes estarán más “asustados” ahora? O sólo será cuestión de tiempo para que las aguas se calmen, se pase el trago amargo de las derrotas ante el América, se ganarán uno o dos partidos y se tendrá que asimilar una temporada sin liguilla y que todo quede para el próximo torneo.

Mientras tanto, no culpen a Cardozo, la crisis de Chivas es más profunda.