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Los Pumas 7s, entre la alegría del reencuentro y una "reeducación atlética"

"Fue una gran alegría, después de más de cien días de no vernos. Volver a entrenarme con los chicos estuvo buenísimo. Volver a vernos las caras, pasar un rato juntos, hablar, fueron algo muy lindo. El primer día no hicimos mucho; fue más la alegría que teníamos por estar un rato juntos. Estuvo bueno", narra Santiago Álvarez Fourcade, el capitán de los Pumas 7s.

Tras la autorización por parte de la Jefatura de Gabinete y los ministerios de Salud y de Turismo y Deportes para que los clasificados para los Juegos Olímpicos reanudaran sus entrenamientos, de a poco cada disciplina fue retomando su actividad. Y la semana pasada, el seleccionado al que dirige Santiago Gómez Cora comenzó sus sesiones de entrenamientos en el Cenard.

Aún sin trabajos con pelota, los jugadores volvieron a reunirse para sus entrenamientos físicos bajo un protocolo sanitario. La Unión Argentina de Rugby había pedido permiso para que el retorno fuera en el complejo de Escobar, pero dada la negativa, el equipo se sumó a los que ya asistían al Cenard (Leones y Leonas).

Con un cronograma estricto de horarios, los 17 jugadores que residen en Buenos Aires concurren cuatro veces por semana durante una hora y media para sus entrenamientos, conducidos por Juan Martín Zucchiatti y Fernando León Levy. Cada jugador debe llevar sus bebidas e implementos deportivos y dirigirse a la pista de atletismo del complejo. Allí se encuentra con una serie de sillas dispuestas en filas distanciadas tres metros entre sí, para que los rugbiers dejen sus pertenencias y se preparen para la práctica, a modo de vestuario. Luego, con un andarivel por medio, se entrenan.

"Luego de 120 días sin correr es difícil la vuelta. Estamos un poco preocupados por su condición física, por eso nos propusimos una etapa de reeducación atlética, para a partir de ella ir avanzando. Hay aspectos negativos por todos lados, pero lo más importante es haber vuelto y empezar a entrenarse. Nosotros nos habíamos adelantado y habíamos separado a los jugadores en grupos, entre los que vivían en departamentos y los que lo hacían en casas. Se notó mucho la diferencia de tolerancia y de coordinación entre ambos. Menos mal que hicimos eso, porque, si no, esta vuelta habría traído muchos más dolores en estos jugadores o los habríamos exigido de más, y eso es contraproducente", explica Gómez Cora.

Álvarez Fourcade pertenece al grupo de departamentos y cuenta que aparecieron dolores, en los gemelos y los tobillos, propios del acomodamiento del cuerpo. Distinto es el caso del cordobés Gastón Revol, que dada la temprana habilitación para las salidas a correr en su provincia progresivamente volvió a poner en movimiento el cuerpo. El retorno no le costó. "No tuve ninguna molestia, porque lo manejamos de manera paulatina. El profe fue guiándonos al principio con unas caminatas de 20 minutos, después las combinamos con trotes y después sumamos unas corridas", señala el surgido de La Tablada, que con Fernando Luna, Germán Schulz, Lautaro Bazán Vélez y Luciano González Rizzoni integra el quinteto de jugadores que se preparan en la academia de la UAR en Córdoba. Allí, con el director y el preparador físico del complejo, realizan la parte física en la cancha y se entrenan también en el gimnasio. Tienen delimitados cinco espacios de trabajo, uno por cada uno, con cintas, pesas, bancos, barras y un higienizador.

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El plantel realizará este primer período de reeducación atlética, luego tendrá unas semanas de descanso y el 30 de noviembre comenzará la pretemporada. La temporada comenzaría a fines de ese con las etapas de Dubái y Ciudad del Cabo del Circuito Mundial, que para el ejercicio 2020/2021 por ahora no sufrió alteraciones.

Veinticuatro jugadores empezaron los entrenamientos: los 17 de Buenos Aires, los cinco de Córdoba, Maximiliano Filizzola en Cuyo y Tomás Vanni en Tucumán. Todos fueron guiados durante la etapa de aislamiento por el preparador físico con una rutina de mantenimiento y sesiones en conjunto vía teleconferencia. También tuvieron charlas técnicas grupales e individuales todas las semanas, análisis de video y reuniones que incluyeron desafíos técnicos, competencias, juegos y sorpresas, para motivarlos y mantener activa en lo competitivo la mente.

"Nos equipamos y aprovechamos estos meses para hacer dos veces por semana ejercicios posturales, que son largos y tediosos, y para los cuales durante la temporada a veces no hay tiempo de hacer hincapié. Esto, para bajar la cantidad de lesiones. Aprovechamos, también, para ajustar bastantes cosas en el sistema de juego, y encarar desde cero otros aspectos, trabajando en las falencias y apuntado a lo que hay que mejorar. Lo armó el staff y terminamos de construirlo con los jugadores hace ya un mes y medio. Salieron muy buenas reuniones técnicas", explica Gómez Cora. Y añade: "Son chicos competitivos, por eso buscamos la vuelta para mantenerlos activos. Les armamos competencias entre ellos, con juegos, desafíos. El físico se les perjudicó un poco pero se puede recuperarlo, y mentalmente tienen muchas variables desde la endorfina de la competencia hasta una cabeza siempre muy bien preparada para seguir corriendo, tackleando, reponerse de una derrota. Su vida es eso. Nos preocupaba cómo iban a pasarla encerrados en sus casas, por eso armamos todas estas actividades, y resultaron muy positivas".

-Fue un cierre de temporada abrupto y quedaron cuatro etapas del Circuito Mundial sin desarrollarse. ¿Qué balance hacen del rendimiento del equipo?

Gómez Cora: -Fue una frustración la suspensión de los Juegos Olímpicos, sobre todo para los jugadores, porque nos preparamos cuatro años y estábamos tan cerca... Yo, internamente, lo festejé, porque no estaba muy conforme con la temporada que habíamos tenido. Hubo muchas lesiones, los resultados no eran lineales, teníamos momentos pero no éramos contundentes a lo largo del torneo. Un entrenador siempre quiere más. Además, aparecieron chicos que levantaron la mano aspirando a Tokio, a los que pensábamos más bien para el próximo proceso. Entonces nos viene bien que tengan más rodaje: que en vez de cuatro torneos tengan 14. Era todo favorable para que se suspendiera.

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-¿Cómo tomaron ustedes, Gastón y Santiago, que son jugadores, la suspensión de Tokio 2020? ¿Dónde encontraron la motivación para seguir entrenándose?

Revol: -En un primer momento me shockeó y dije "chau, se acabó el sueño". Desde hace algunos años vengo probando uno más, viendo cómo termina mi físico cada temporada, y éste era un año clave. Pero después de hablar con el entrenador, vi las cosas en perspectiva, tomé un poco de fuerza y asumí el desafío. Con las ganas de siempre. También, este año extra que tenemos va a servirnos para que el equipo siga creciendo y afianzándose, ya que veníamos siendo un poco irregulares.

Álvarez Fourcade: -Fueron muchas las sensaciones que se juntaron. La suspensión de los Juegos fue angustiante. Veníamos esperándolos y trabajando mucho para ellos, y tener que esperar un año más era difícil de asumir. Pero después, pensándolo bien y mirándolo desde el lado positivo, vimos que fue bueno, porque nos daba la posibilidad de tener un año más de preparación, en el que chicos nuevos pueden ganar rodaje y los que estamos desde hace más tiempo podemos mejorar y seguir creciendo. Al principio nos chocó, pero el lado positivo terminó siendo más grande.