Lo que un pulmón de 100 años nos puede contar del sarampión

Lo que un pulmón de 100 años nos puede contar del sarampión

A veces, cuando se lucha para erradicar una enfermedad, se llega a un callejón sin salida. Y cuando esto pasa, lo mejor es investigar de dónde viene y cómo ha llegado a ser tal y como es el patógeno, el organismo que provoca la enfermedad.

Pero claro, con algunos organismos es más fácil que con otros. El caso más complicado es el de los virus, que raramente dejan ningún tipo de resto. ¿Cómo se consigue un “fósil”, una muestra antigua y menos evolucionada de un virus?

Un caso de este tipo se explica en un artículo reciente – bueno, en realidad se trata de un preprint, un trabajo que aún no ha pasado el control de calidad de la revisión por pares. Y lo que han hecho es sacar información de un pulmón de una persona que murió hace más de 100 años.

Entre la colección de muestras del Museo de Medicina de Berlín hay una muestra de pulmón de una niña que murió de neumonía. Pero su neumonía estuvo provocada por el sarampión, que era lo que los investigadores pretendían estudiar.

¿Por qué el sarampión? ¿Qué tiene de interesante? Muchas cosas, pero dos fundamentales. La primera, que es una enfermedad que estaba en vías de erradicación, pero con la llegada de la peligrosa moda de no vacunar, está volviendo a ser relevante, y peligrosa.

El segundo factor tiene que ver con el propio virus. Porque es sorprendente que no haya desaparecido aún. El sarampión tiene una capacidad enorme para infectar a los seres humanos, pero una vez que pasas la enfermedad te vuelves inmune; eso si no te mata. Por lo tanto, llegaría un punto en que se quedaría sin víctimas, ¿no?

Aquí es donde entra la muestra “fósil” que encontraron los investigadores. Porque gracias a ella pudieron entender cómo ha evolucionado el virus para pasar de lo que fue, a lo que es hoy en día.

El sarampión comenzó como un virus que infectaba al ganado. En concreto a ovejas y cabras. Pero de ahí dio el salto a humanos, y en un momento muy concreto se especializó y se dedicó completamente a nosotros.

Este punto tan crítico en la historia natural del sarampión es lo que han podido determinar los investigadores. Porque tuvo lugar hace 2,400 años, poco antes de que surgiesen las primeras ciudades merecedoras de tal nombre.

Y esto fue lo que salvó al sarampión de la extinción, por desgracia. Porque en zonas rurales, el virus se queda rápidamente sin nuevas víctimas: la gente o bien ha pasado la enfermedad y es inmune, y se muere de complicaciones del sarampión.

Pero no en las ciudades. A estos núcleos siempre está llegando gente nueva, nuevas víctimas para el virus. Unos migran hacia ellas, otros nacen directamente en ellas, pero el virus no se queda sin personas a las que infectar.

Y todo esto lo hemos podido saber porque un grupo de investigadores decidió buscar entre las muestras de un Museo de Medicina. No es poca cosa.

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