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Protestas, bronca y un futuro incierto: Gustavo Alfaro se lamentó por el empate con Argentinos y volvió a hablar de su continuidad

Gustavo Alfaro bien pudo haber vivido ayer frente a Argentinos el último partido como entrenador de Boca en la Bombonera. Resta el duelo del domingo que viene en Rosario, ante Central, el mismo día que se celebrarán las elecciones en Brandsen 805, acaso el acontecimiento que puede marcar su futuro en el club. ¿Cómo se fue del estadio? Con bronca. El gran objetivo era quedarse con los tres puntos para ir más relajado a Arroyito, adueñado del liderazgo en soledad. SIn embargo, solo pudo cosechar un empate demasiado amargo.

Por eso, una vez concluido el duelo de punteros, se mostró demasiado enojado con Andrés Merlos, el árbitro que no tuvo una buena labor. Mediante gestos y reproches hasta exagerados, el entrenador rafaelino comenzó reclamando el gol que le anularon de manera errónea a Boca antes del 1-0: una supuesta infracción de Wanchope Ábila a Torrén que no existió y que le privó celebrar al local lo que era tanto en contra de Angeleri. "En el primer tiempo habíamos marcado la superioridad, pero también hay una jugada que no sé por qué se anuló. La veo y no encuentro lo que cobraron", dijo entre las primeras frases de su análisis sobre la paridad.