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Preocupación: esta semana se conocieron cuatro datos que generan alarma en la economía

El ministro indicó que la elevada inflación es un tema que ven con preocupación
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El equipo económico enfrentó una de las semanas más complicadas del año, que deja en evidencia varias de las preocupaciones de los analistas económicos y prende una alerta sobre cuánto tiempo más puede durar la tranquilidad cambiaria. El ministro de Economía, Martín Guzmán, regresará este fin de semana de su gira por Europa con el apuro de desacelerar la inflación, brindar alguna señal de estabilidad y convencer a los inversores locales de seguir financiando el déficit fiscal.

El dato más alarmante de la semana ocurrió el jueves, luego de que se conociera la inflación de 4,8% que publicó el Indec. Se trata de un número mucho más elevado del que proyectaban las consultoras y confirma que la Argentina atraviesa seis meses seguidos con una variación de precios mensual en torno al 4%. De continuarse esta tendencia, la inflación anual podría terminar en 60%.

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Los economistas, sin embargo, no esperan ver un escenario así, ya que el Banco Central intervendrá (ya la está haciendo) en el mercado oficial para “pisar” el tipo de cambio y contener la devaluación. Esto no quita que haya un miedo latente sobre lo que podría ocurrir con los dólares paralelos (el blue y los financieros, el MEP y el CCL).

“La inflación en abril sigue sin aflojar. En nuestro análisis, el rubro de alimentos y bebidas nos da que suben a más del 1% por semana, con el dólar casi sin oscilaciones. Esto se refleja en la desesperación de las medidas: mayores controles. Curiosamente la misma receta que para enfrentar lo sanitario. Sucede que cuando se gestiona sin información, sin datos, uno empieza por lo que observa: si sube la carne, cierro la exportación; si suben los precios en general, salgo a controlar que no suban; si suben los contagios, restrinjo la circulación. Nada de esto tiene sustento en un gobierno de científicos”, dijo Guido Lorenzo, director de la consultora LCG.

Hacia adelante, la elevada inflación del primer trimestre trae aparejada dos problemas futuros no menores: el poder adquisitivo (sobre todo el de los jubilados) está cada vez más deteriorado (los salarios pierden contra la suba de precios) y se hace más complicado mantener una tasa de devaluación menor.

La segunda alarma se prendió el mismo jueves a la tarde. El Tesoro necesitaba renovar vencimientos de deuda por $73.000 millones, pero solo consiguió captar del mercado $37.000 millones, mucho menos de la mitad. La preocupación pasa por dos cuestiones. En primer lugar, porque es la segunda licitación en la que al Gobierno le cuesta renovar los vencimientos. En segundo lugar, porque si el mercado no lo financia, lo tiene que hacer el Banco Central con más emisión.

Mantener estable la brecha cambiaria es el principal objetivo del Gobierno
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Mantener estable la brecha cambiaria es el principal objetivo del Gobierno (Shutterstock/)

Las otras dos alertas ocurridas esta semana eran más esperadas, pero no por ello menos alarmistas. La primera, se trata de la confirmación de que las tarifas de gas subirán entre 6% y 7%, muy por debajo del 30% que quería Guzmán para reducir los subsidios. Esto hace suponer que el gasto en energía subirá más de lo estimado y que habrá mayor necesidad del financiamiento del Central.

Finalmente, el Gobierno anunció esta semana medidas más restrictivas para contener la segunda ola de contagios. Esto implica un golpe en la economía, ya que se ralentizará el rebote de la actividad, pero sobre todo porque impactará de lleno en el nivel de empleo y en la pobreza, nuevamente.

“El Gobierno tiene dos prioridades: llegar unidos como partido a octubre y que la brecha cambiaria no se escape. El objetivo es político. En octubre pasado, cuando la brecha aumentó a 130%, fueron inmediatamente al FMI. Cuando bajó al 60%, la política volvió a meter la cola, con el discurso de Alberto Fernández en el Congreso, el congelamiento de tarifas y las medidas electorales. Esta semana tuvieron todos goles en contra: la inflación dio más alta de lo que proyectábamos y la segunda ola ya es un hecho. Como faltan vacunas, tampoco hay expectativa de que se cierra todo dos semanas y se soluciona el problema”, analiza Marina Dal Poggetto, directora ejecutiva de EcoGo.

Según la economista, la brecha cambiaria ahora está contenida porque hay un excedente de dólares producto de la liquidación de divisas del campo, pero, después de agosto, “si no hay una acuerdo con el Fondo, hay un problema puede resultar como un búmeran”.

“La brecha está tranquila y hay un equilibrio interno, pero es una bomba de tiempo que en algún momento puede explotar. El problema es que nunca se sabe cuándo. Tal vez, a partir de lo que pasó esta semana, empieza a haber un contagio negativo en el mercado. Sin vacunas y sin cerrar un acuerdo con el Fondo, la estrategia política puede chocar”, indicó.

El economista Esteban Domecq, presidente de Invecq Consulting, destaca dos incertidumbres que podrían preocupar al Gobierno de cara a las elecciones: si se podrá evitar la turbulencia en materia cambiaria y si la desaceleración de la inflación se llegará a ver”.

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Los consultores estiman una inflación anual de más de 40%, por arriba del 29% que proyecta Guzmán (archivo/)

“El Gobierno se juega su suerte en función de lo que pase con la brecha y la inflación. Estamos en una recuperación que no genera inversión, ni creación de empresas ni empleo privado. La única expectativa es que haya una recomposición de los ingresos reales o por lo menos que no pierdan más. Si la inflación se mantiene en estos niveles, podrían entrar a las elecciones con una caída de los ingresos reales de 5% o 10%”, estima.

En relación con la situación cambiaria, Domecq coincide en que el precio de la soja ayuda actualmente, pero “no garantiza que no hay turbulencias en el mercado cambiario”.

“Mi balance de la semana fue negativo –dice, por otro lado, Fernando Marull, director de la consultora homónima–. La crisis Covid se profundizó y el dato de inflación fue muy malo, porque superó para arriba todo tipo de expectativa. Encima, la respuesta del Gobierno fue de atacar un grupo alimentos e insumos industriales. El diagnóstico sigue siendo muy errado”.

“Además, el balance del viaje de Guzmán a Europa por ahora viene malo y la licitación de deuda también fue muy mala, lo que podría generar presión sobre el CCL en los próximos días. El único dato positivo es que el Central terminará comprando US$400 millones en la semana”, destacó.

Finalmente, en la consultora Consultatio Plus, indicaron que fue la peor semana del año: “Volvieron las restricciones a la circulación en el AMBA, el dato de inflación sorprendió fuertemente al alza y el Gobierno solo pudo renovar la mitad de los vencimientos. Nuestra convicción de que el Gobierno priorizará el control de la brecha por sobre todas las cosas se mantiene intacta. Los riesgos subieron, pero nuestros números indican que el BCRA podría hacer frente a esta situación más que duplicando el ritmo de intervención durante los próximos 2 o 3 meses sin sobresaltos. Lo que sí hicimos fue revisar al alza nuestra proyección de inflación para este año desde un 46% a 50%”.