¿Por qué los futbolistas recién fichados besan el escudo?

Vinícius Júnior besa el escudo del Real Madrid, el día de su presentación como futbolista merengue. / Foto: Goal.Com
Vinícius Júnior besa el escudo del Real Madrid, el día de su presentación como futbolista merengue. / Foto: Goal.Com

Lo hizo Vinícius Júnior, a su llegada al Real Madrid. Lo repitió Malcom, en su presentación en el FC Barcelona. Álvaro Odriozola lo volvió hacer con la camiseta merengue. Y así, por el mundo. Cada vez que un jugador nuevo aterriza en un equipo, busca sellar con un ósculo, sobre el emblema del club respectivo, su relación con su comprador. ¿Moda? ¿Tendencia? ¿Ritual trillado? ¿Marketing?

Con este acto, las estrellas que desfilan por la alfombra verde quieren prometer (y prometen) amor y fidelidad. Dos palabras en desuso en el fútbol moderno. Donde todo lo mueve el dinero. Hoy puedes estar aquí; pero mañana, allá. Besar es una demostración del “hasta que la muerte los separé”. Y la defunción, entiéndase como cambio de camiseta, es más la norma de hoy. Se besa para olvidar al anterior club, no para querer al nuevo.

Malcom posa sus labios sobre el escudo del FC Barcelona. / Foto: PA Viral Sport
Malcom posa sus labios sobre el escudo del FC Barcelona. / Foto: PA Viral Sport

¿Quién fue ese primer futbolista que posó sus morros en el blasón de su cuadro? Quién tenga la repuesta, que levante la mano. ¿Quien fue ese besador impulsivo que no se detuvo ante nada y puso sus labios en ese escudo que despertó del sueño a la bella durmiente?

Estamos a pocos días de que la inquisidora FIFA de Gianni Infantino vea peligro (léase: perder dinero) en esa promiscuidad de labios sobre escudos y comience a multar los besuqueos. Quizás sigan el ejemplo de Halethorpe, ciudad del estado de Maryland, en EE.UU., donde por norma de convivencia, los besos en público solo pueden durar un segundo. Si se toman más tiempo, los besadores deben pagar una fianza o pasar uno que otro día en prisión.

La temporada alta de futbolistas profesionales es la noticia de todos los días. El mercado está abierto. ¿Quién compra y quién vende? Que fulanito se va con tal, que menganito ficha con el otro. Las cifras de dinero bailan de banco en banco. Y los besos de hoy en los escudos son “trending topic” en las redes sociales. Así lo serán los despidos de mañana. ¡Muac!

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