Polo: el furor por La Natividad se lleva a Las Monjitas y un 10 goles se queda sin equipo

Bartolomé Castagnola (h.) e Hilario Ulloa, a fondo, en una puja que terminará en gol del primero en la cancha 2 de Palermo; en 2020, La Natividad y Las Monjitas correrán a la par, pero unidos.

Lo habitual en el polo, que La Dolfina se corone campeón del Argentino Abierto, terminó desatando lo inusual: pases estridentes de jugadores, una unión de organizaciones e incertidumbre respecto al futuro de varios polistas importantes, incluido un 10 goles.

Luego de la transferencia de Hilario Ulloa a Ellerstina y la de Pablo Pieres a La Natividad, la novedad más reciente es que Las Monjitas se desintegra como equipo, a pesar de ser el único que podía terciar en la lucha de arriba entre el de Adolfo Cambiaso y el de los hermanos Pieres, y pasa a ser una organización de apoyo a La Natividad, el conjunto que revolucionó la temporada de 2019 con un rendimiento asombroso en Palermo. Las subas de Bartolomé (h.) y Camilo Castagnola, de 7 a 9 y de 6 a 8, respectivamente, y la incorporación de Polito Pieres (10) en lugar de Matías Torres Zavaleta (7 a 8 en los cambios de handicaps del último martes) reinstalaron como candidato al club de Cañuelas, que pasó de 28 a 36 tantos de valorización y, con la ayuda de Las Monjitas, se planta definitivamente como el tercero de la Triple Corona.

¿Qué aportará la escudería del colombiano Camilo Bautista a la de los Castagnola? Caballos, básicamente. Muchos y buenos. Lo mismo que había hecho que Ulloa, Guillermo Caset y Facundo Sola dejaran Alegría, el equipo del patrón canadiense Frederick Mannix, a fines de 2017 para, con la camiseta naranja de Las Monjitas, ir a fondo por el título de campeón argentino. Y ahora, ahí está otra consecuencia de la decisión de Bautista: Caset, Sola y Santiago Toccalino se quedan sin estructura colectiva y, por el momento, sin certezas sobre qué harán en 2020. Caset tiene 10 de handicap; Sola, 9, y Toccalino, 8. Veintisiete goles sueltos, disponibles y sumables a la valorización de un cuarto integrante como para armar algo interesante, aunque a priori fuera de la discusión real por la copa ambicionada por todos pero tangible para muy pocos.

¿Cómo surgió todo esto? Aunque las negociaciones no parecen sencillas (la organización de un profesional del polo es compleja), los protagonistas afirman que la cuestión comenzó recién después de la final del Abierto, la que hace dos sábados La Dolfina le ganó a Ellerstina por 16 a 12. Dos días más tarde, se supo que Ulloa dejaba Las Monjitas para integrarse a Ellerstina y que Polito Pieres se movía de La Z a La Natividad. Los compañeros de Ulloa se desayunaron con esto cuando se lo comunicó Hilario ese mismo lunes, y la noticia no les cayó nada bien. Y menos al patrón Bautista, que tomó dos decisiones inmediatas: por un lado, desafectó de Las Monjitas a Ulloa para el circuito de Palm Beach (enero a abril) y lo sustituyó por el uruguayo David Stirling, y por otro, cinco días después del anuncio de Hilario, este sábado, le avisó al grupo que el equipo no continuaría, porque entendía que en esas condiciones él no podía contar con un cuarteto igual a, ni mejor que, el que tenía. En sus dos años de participación como conjunto 100% propio, Las Monjitas llegó a la final de Palermo 2018 y en los otros cinco torneos cayó en las etapas de grupos frente a La Dolfina o Ellerstina.

La organización del colombiano ya había respaldado a un equipo sin aportar jugadores, y durante varios años: entre 2011 y 2017 puso su parte en La Aguada-Las Monjitas, para los hermanos Novillo Astrada y otros, como Caset y Sola. En estas dos temporadas buscó la gloria con un cuarteto totalmente propio. Le fue mejor en 2018 que en 2019, y la salida de Ulloa terminó debilitándolo demasiado; el único polista de 10 goles que habría podido reemplazarlo, Polito Pieres, acababa de acordar con La Natividad. Y entonces Bautista se plegó al furor general por el conjunto verde, volviendo a ser "socio" en un proyecto encabezado por otros.

Poco después de que Ellerstina le ganara a La Natividad en Palermo, Polito Pieres publicó en Instagram esta imagen de ese partido y una de cuando él había jugado por el equipo verde, en 2012; fue como una premonición.

Seguirá siendo verde el cuarteto y teniendo base en Cañuelas, ya que el club de los Castagnola no está dispuesto a ceder en eso (La Aguada-Las Monjitas sí era naranja). Lo que cambiará es el nombre, a "La Natividad-Las Monjitas". El último sábado, una llamada de 40 minutos desde Alemania -donde vacaciona con sus familiares- de Bautista a Bartolomé "Lolo" Castagnola, el fundador de La Natividad y padre de "Barto" y "Jeta", decidió la unión. Debajo de los 40 tantos de La Dolfina y los 39 de Ellerstina, estarán los adolescentes Castagnola (19 y 17 años), Pablo Pieres e Ignatius Du Plessis (9) con 36 y la caballada de Las Monjitas -más lo que ya aportaba el emiratí Ali Albwardy, patrón de los Castagnola-.

¿Qué opciones les quedan a Caset y Sola? Varias, aunque ninguna como para aspirar realmente a consagrarse en Libertador y Dorrego. Por lo pronto, empezaron a moverse. Francisco Elizalde (8), que participará en Palm Beach junto a Pelón Stirling y Camilo Bautista, parece muy encaminado a ser el número 2 de un equipo de la Triple Corona argentina que por ahora no tiene nombre, ni cuarto elemento. Para el puesto de back hay, en principio, tres opciones. Una es Alfredo Cappella Barabucci (8), de La Albertina, al igual que Elizalde; el santafesino de la pegada ultrapotente, que tuvo 9 goles, posee respaldo de Abu Dhabi, que podría ser importante para un conjunto nuevo. Otra alternativa es Ignacio Laprida (8), el sólido número 4 de Cría Yatay, no tan provisto de caballada, en cuyo caso podría ayudar Corinne Ricard, patrona francesa de Facundo Sola. Y la tercera chance es... Frederick Mannix, el canadiense de quien Caset y Sola se distanciaron en diciembre de 2017 por entender que con el colombiano Bautista tendrían más posibilidades de satisfacer el viejo anhelo de ganar el Abierto de Palermo.

Hilario Ulloa se fue de Las Monjitas a Ellerstina, Pablo Pieres dejó este para pasar a La Natividad y eso sacudió el mapa de la Triple Corona 2020.

Ese es también el objetivo del propio Mannix (8, ex-9), que en estas dos temporadas anduvo mucho más lejos de cumplirlo -incluso, en 2019 no disputó la Triple Corona-. Las relaciones del canadiense con los excompañeros no quedaron lo mal que se podía pensar, a tal punto que este año hubo prácticas de los jugadores de Las Monjitas en el propio club Alegría, propiedad de quien fue su patrón. Y a esta altura de sus carreras (35 años de edad Mannix, 34 Caset, 30 Sola), las oportunidades empiezan a no ser tantas, como para no dejar pasar lo que está a mano.

¿Qué será, en tanto de Toccalino? Ni siquiera él lo sabe. "El sábado nos dijeron que Las Monjitas no seguía. No me explicaron nada; no pregunté nada. Un equipo que se terminó y todo bien... No sé bien qué voy a hacer. No quiero hablar porque es un tema delicado", expresó, breve, ante LA NACION el back de 35 años, que la semana pasada vio disminuido de 9 a 8 su handicap.

Mientras los otros poderosos se arman, cambian y recalculan para conquistar por fin Palermo, La Dolfina, que acaba de consagrarse por séptima vez consecutiva, sigue indemne. Ni siquiera lo afectan las ofertas de Las Monjitas a Juan Martín Nero. El hábito del multicampeón es el gran problema de los demás.