Un pibe, Gauto, y dos viejitos, "Chino" y "Maravilla"

Cuando esta noche suba al ring de la Federación Argentina de Box, el invicto porteño Agustín Gauto, poseedor del campeonato sudamericano mosca y otras coronas secundarias en los minimoscas, el boxeo nacional pondrá a consideración de todos sus aficionados al mejor exponente de todo aquello que implica la escuela clásica del pugilismo argentino del momento: técnica, defensa, ataque y pegada.

Gauto, de 21 años y 13 victorias consecutivas, con 8 K.O, es la consecuencia de un trabajo constante entre un gimnasio barrial, Huracán, de Parque Patricios; un mismo entrenador desde el día debut, Hernán Gauto, su padre, y una disciplina estable en pos de un objetivo. Todos estos factores, junto a sus buenos resultados ante una serie de oponentes acordes a su noviciado deportivo, lo eyectaron a los primeros puestos del ranking mundial de los 48,900 kg.

Hoy se medirá con el venezolano Kenny Cano, de un récord ganador de 14 éxitos y un revés, y se perfila como claro favorito. Pero más allá de la necesidad de un crecimiento, deportivo y personal, deberá recuperar todo lo que perdió en su última pelea, que obtuvo por puntos ante el mexicano Jorge Orozco. Entiéndase su línea pulida, su visteo exquisito y su precisión a la hora de pegar. Por impericia de un mercado de consumo pugilístico ordinario y sin tacto de calidad, lo convirtieron en un tirador de golpes vulgar, similar a la mayoría de los atletas que suben al ring animados por un coro inepto que repite al unísono:" ¡Tire!, ¡Primero Ud!, ¡Vamos!. Gauto, tiene en su haber un estilo purista y fino como para diferenciarse del lote de "garroteros" que solo pueden pelear. El puede boxear e ir a la "guerra" cuando quiera y eso lo hace diferente. Y no debe olvidarlo.

Su combate de hoy (con televisación de TyC Sports a partir de las 23) implica un examen muy interesante para un púgil poco popular pero con un potencial de atributos sorprendentes y llenos de arte sobre el cuadrilátero. Aristas difíciles de hallar en éstos días.

"Chino" y "Maravilla".

El santafesino Marcos Maidana, ex bicampeón mundial, tiene 36 años y el quilmeño Sergio "Maravilla" Martínez, también ganador de dos coronas en distintos tiempos, ya cumplió 44 de edad.

Ambos fueron noticia en la semana. Maidana anunciará su "vuelta al cuadrilátero" en una exhibición contra el ícono de las artes marciales argentinas, Jorge "Acero" Cali, en un límite de 85 kg, con casi 20 kilos de excedente sobre su viejo peso pugilístico . "Será para marzo o abril de 2020", declaró Maidana a LA NACION, admitiendo que informará- además- sobre distintos eventos que piensa patrocinar en la próxima temporada. Quizá, "Chino" amerite despedirse del ring con un espectáculo ligado al deporte que lo hizo famoso, más allá de estas novedades que nadie sabe bajo qué nomenclatura se presentarán.

El ingreso de "Maravilla" Martinez al International Boxing Hall of Fame (IBHOF) de Canastota, Nueva York, en junio próximo, se convirtió en un rumor creíble en las últimas horas. El ex púgil lo informó en sus redes sociales. Pese al descrédito protagonizado por el propio "Maravilla" en los últimos meses, con aquellos anuncios ilusos sobre un posible combate revancha con el mexicano Julio Cesar Chávez (h), que tuvo difusión masiva en grupos de ignotos propagandistas, esta noticia cuenta con base y sustento. Y es muy importante.

Tres protagonistas con situaciones totalmente opuestas. Tres nombres que merecen la mayor consideración y, con todo derecho, se apoderaron de esta semana.