¿Existe algún pase que Marcelinho Huertas no haya inventado aún?

Santa Cruz de Tenerife (España), 9 sep (EFE).- Sin mirar, en el aire, a una mano o con las dos, en estático o en contraataque, por detrás de la espalda, por encima de la cabeza e incluso por debajo de las piernas del adversario, todo en un mismo partido, y mientra tanto el público, sus rivales y sus compañeros de equipo se preguntan: ¿Existe algún pase que Marcelinho Huertas no haya inventado aún?

A la espera de lo que suceda en los próximos dos años en los que tiene contrato con el Iberostar Tenerife, la respuesta a esta pregunta quedará en el aire dado que el jugador brasileño ha sorprendido al mostrar en el conjunto aurinegro el nivel más alto de su carrera.

Del mismo modo que ha sorprendido que su pareja de baile sea un jugador tan diferente a él como compatible, Giorgi Shermadini, quien a pesar de sus 2,17 metros de altura parece ser capaz de recibir cualquier pase, en cualquier parte de la zona, siempre que venga de las manos de su fiel compañero Huertas.

Al igual que el brasileño, Shermadini ha ampliado su contrato con el club tinerfeño y se quedará en la isla hasta 2023, lo que supondrá que este dúo tendrá la oportunidad de consolidarse como uno de los mejores de la historia de la Liga Endesa.

En el partido ante el Casademont Zaragoza del pasado 1 de marzo, en el que el base firmó la legendaria cifra de 22 puntos y 17 asistencias, 3 de los pases de canasta fueron para el georgiano y otros cuatro se consiguieron gracias al trabajo de bloqueo directo entre el georgiano y el brasileño.

Un movimiento básico pero que casi siempre se resuelve con canasta y gracias a las múltiples virtudes de ambos jugadores se convierte en indescifrable para los técnicos rivales.

Es por este virtuosismo de ambos por el que Txus Vidorreta, quien ya exprimió a Marcelinho Huertas en el curso 2007-2008 en el Bilbao Basket, ha optado por generar un baloncesto sencillo para que después el brasileño añada la magia y el talento.

Y a partir de esta sencillez, Huertas ha conseguido superar las 2.000 asistencias en la ACB, ha igualado el récord de La Liga de Campeones, que estaba en 17 pases, ante el Gaziantep, fue el mejor jugador de la Copa Intercontinental, y se consagra ahora como mejor jugador latinoamericano de la Liga Endesa, un premio que otorga la ACB en colaboración con la Agencia EFE.

Pero esto ha sido solo a título personal, ya que además el uno aurinegro ha guiado al Iberostar Tenerife a conseguir un título internacional (Copa Intercontinental), el cuarto puesto de la liga regular de la Liga Endesa y la clasificación para la Copa del Rey y los octavos de final de la Liga de Campeones.

Quien fuera una joven promesa más de La Penya en 2004 es, 16 años después, el tercer máximo asistente de la competición nacional con 2.039, por detrás de Nacho Azofra (2224) y Pablo Laso (2896), y cosecha cuatro títulos nacionales (2 ligas, una Copa del Rey y una Supercopa) y dos internacionales (Copa Intercontinental y Eurocup).

Pero reducir a este jugador a una sola faceta sería algo injusto, puesto que también ha anotado un promedio de 13,1 puntos, tiene un porcentaje del 30% de acierto en triples que, si bien no son números de un gran tirador, se compensan con que tan solo ha fallado un tiro libre en toda la temporada (98,4% de acierto).

Entre sus fallos se encuentran los casi cuatro balones perdidos por encuentro frente a uno recuperado que poco mal ejercen en su estadística personal, pues esta se cierra con casi 16 créditos de valoración por choque.

Además de que en la estadística no entran los tiros a una pierna, ni los aros pasados, ni los triples a tabla, ni las rectificaciones en el aire más propias de un extraterrestre que de un base nacido en Sao Paulo.

Ivone Palenzuela

(c) Agencia EFE