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Oscar Ruggeri contó cómo descubrió al Kun Agüero: "Era distinto a todos"

El exentrenador Oscar Ruggeri contó en el programa 90 Minutos de Fútbol, de Fox Sports, cómo descubrió al futbolista de Manchester City, Sergio Kun Agüero, en su época de entrenador del Club Atlético Independiente.

"Yo tenía a un grupo de chicos. Cuatro, cinco pibes, que trabajaban, porque armaba los selectivos apenas llegaba a un club. Los mejores jugadores de todas las categorías, los entrenábamos nosotros en distintos entrenamientos, y los hacía jugar con los de la Primera, para cuando les toque, no sintieran el cambio", recordó Ruggeri, que dirigió al Rojo en el año 2003.

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Sobre Agüero, el Cabezón señaló que su equipo de trabajo lo llevaba al Kun a los entrenamientos, y le advertían: "Mirá que hay un fenómeno en las inferiores, un fuera de serie. Después, lo vas a ver y qué mierda. Era distinto a todos. Así lo trajimos, lo hicimos jugar con los grandes y bueno, el pibe se les paraba y no lo podían tumbar. Por eso lo llevamos al banco y lo hicimos jugar".

Luego, dijo que se tuvo que ir del club porque los hinchas lo "recontra puteaban" desde atrás del banco de suplentes, quienes le decían que era hijo de Bilardo. "Te vamos a putear todos los partidos por más de que ganes. Salís invicto y no vamos a dar la vuelta. Andate".

Al mismo tiempo, reveló que no pudo disfrutar de su estadía en la institución de Avellaneda: "Fui con todas las intenciones de hacer las cosas bien, de laburar mucho, de meterme ahí adentro, porque me gustaba el club: grande, groso. No se puede. Está todo negociado. Todos kioscos (...) ¿Sabes cuantos partidos lo puse al Kun Agüero? Seis o siete. Creo que les hizo ganar 27 millones de dólares", se lamentó.

Su experiencia en San Lorenzo

Por otra parte, el exdefensor de la selección argentina, evocó su relación con los jóvenes futbolistas de inferiores de San Lorenzo en su etapa como entrenador del "Ciclón" (1998-2001 y 2006), y contó que vivía en la pensión para controlar que los jugadores hicieran las cosas bien.

"Del jueves al domingo los tenía a todos los chicos. ¿Sabes cómo los tenía? A comer y a dormir, porque los guachos no dormían y no comían bien. Vivía en la pensión. (...) Un día, caí a las tres de la mañana porque sabía que se me iba uno. Y le caí y me había puesto la almohadilla en la cama como que estaba durmiendo. Y desperté al compañero . No estaba el pibe. Desperté al de seguridad y me habían arreglado al de seguridad, le habían dado guita al de seguridad. Se iban a bailar al Once".

Finalmente, se refirió a su relación con los barras bravas de ambos clubes: "El día que entré a San Lorenzo, me pararon en la entrada y me hicieron así (gesto de vení). En vez de recibirme los dirigentes, me recibió la hinchada. Y me dieron un listado de jugadores: mirá, estos son los jugadores que pueden venir, a este lo representa tal, este tal, este nos da el 20%, este el 30%, el 40%". Sin embargo, según contó, nunca les concedió lo que le pedían.

"Después, en Independiente me recibieron los chicos. Llegué, había una camioneta y el primer día fui a saludar a los jugadores. Viene un dirigente y me dice: te están esperando en la sala de prensa. Yo digo: ¿los periodistas? Si no terminé de entrenar. ¿Qué periodistas? Te están esperando los muchachos. (...) Fui, me senté acá adelante. El jurado era. Parecía que me iban a condenar. Había cinco. Me hablaban y me decían: escuchame Ruggeri. Acá se paga el 10% los entrenadores que vienen de lo que ganan. Yo no te voy a pagar nada. Miren el contrato que arreglé porque yo quería dirigir. No nos estás entendiendo. Del uno al cinco, nosotros venimos a buscar el 10%. Yo no les voy a dar nada. En eso, no me jodieron más", concluyó.