Qué opina una estrella del Barcelona sobre el estilo, la sustancia y otra final de la Liga de Campeones

De muchas maneras, la trayectoria de la carrera de Lieke Martens se ha asemejado al crecimiento del fútbol femenil profesional en Europa.

Tan solo en los últimos cuatro años, anotó cuando los Países Bajos ganaron el título europeo, jugó una final de la Liga de Campeones, fue coronada la mejor futbolista del mundo y le faltó una victoria para obtener el campeonato de la Copa del Mundo.

A lo largo del camino, Martens, la estrella del Barcelona y la selección neerlandesa, se ha subido a la ola de la popularidad en un deporte que hace no mucho luchaba por ganar atención y patrocinadores, llenar estadios o incluso ofrecer una carrera viable para muchas de las futbolistas más talentosas del juego.

El equipo del Barcelona se profesionalizó en 2015 y en seis años ha crecido hasta dominar España. Esta temporada, la escuadra marcó 128 goles y permitió 5 en su galope a medio trote hacia el título de liga, para lo cual ha ganado los 26 partidos que ha jugado hasta el momento. Su dominio —y el de las potencias de toda la vida en el fútbol femenil como el Olympique de Lyon y su oponente del domingo, el Chelsea, por no hablar de las más recientes inversiones de los debutantes acaudalados como el Manchester City y el Real Madrid— le está dando una nueva forma al juego de clubes femeniles en el continente.

En el Barcelona, el fútbol femenil llegó para quedarse. Aunque el presupuesto del programa de 4 millones de euros (casi 5 millones de dólares) se reduce a nada en comparación con la inversión del club en la escuadra varonil, los entrenadores del equipo están decididos a inculcar a las jugadoras la misma filosofía de excelencia técnica y el sistema basado en la posesión del balón que distingue el fútbol del Barcelona, desde la filas juveniles hasta las ligas profesionales.

“Para jugar y competir de la manera que queremos, en el estándar que queremos competir… para eso, las mejores jugadoras son las que crecen con nosotros y están adaptadas a la perfección a ese estilo”, comentó Markel Zubizarreta, el responsable ejecutivo del fútbol femenil en el Barcelona.

En la actualidad, en la plantilla del Barcelona hay trece futbolistas que han llegado desde su academia, pero —de una manera que evoca a un grande de los Países Bajos, Johan Cruyff, que llevó al equipo a la gloria hace cinco décadas— Martens es quien tiene el poder estelar. Unos días antes de que Martens, de 28 años, lidere al Barcelona en contra del Chelsea en la final de la Liga de Campeones a celebrarse el domingo, habló sobre el crecimiento del fútbol femenil, los cambios que ha visto durante la década que lleva en el deporte y el poder de las inversiones tardías (pero significativas) en el juego femenil.

Esta entrevista fue condensada y editada para una mayor claridad.

P: ¿Cuáles son las emociones tres días antes del partido más importante en el fútbol femenil de clubes?

R: Es un poco distinto. Toda la atención se centra en este único gran momento para el club. A final de cuentas, no deberíamos cambiar nada porque lo hemos hecho muy bien esta temporada. Debemos seguir con lo que hemos estado haciendo.

P: Hace no mucho tiempo, en Europa, había muy pocos clubes completamente profesionales, muy pocas oportunidades de forjar una exitosa carrera y ahora estamos viendo una inversión y un interés sin precedentes ¿Puedes describir este periodo?

R: Creo que ahora la gente está interesada de verdad en ver el fútbol femenil, mientras que, hace cinco años, a la gente realmente no le interesaba tanto. Ahora, la gente está muy emocionada de ver esos grandes partidos, como la final.

P: ¿Dónde has notado este mayor interés?

R: Por ejemplo, en la atención de los medios. Esta semana, ha sido asombrosa la cantidad de solicitudes que recibimos. Ayer, estuve ocupada. Hoy, estoy ocupada. La atención nunca había sido así de grande. Por ejemplo, si ves a la selección nacional, cuánta gente iba a al estadio antes de la pandemia: siempre se agotaban las entradas. Esas cosas son impresionantes. Cuando juego aquí en el estadio Johan Cruyff, siempre está lleno. La gente quiere venir y vernos para apoyarnos. Es muy distinto a como era hace unos años.

P: Suecia alguna vez estuvo a la vanguardia del crecimiento del juego profesional femenil y jugaste ahí antes de unirte al Barcelona. Sin embargo, los equipos como el Rosengard y el Kopparbergs, los cuales cerraron en diciembre, ya no pueden competir con los clubes más ricos del mundo. ¿La dinámica cambiante es agridulce?

R: El Kopparbergs y Rosengard fueron clubes necesarios. En verdad se esforzaron, realmente apoyaron el juego femenil. Pero claro que al final realmente estábamos esperando a que los grandes clubes creyeran en el fútbol femenil. Y eso es un avance. Tuvimos que esperarlo, pero también nos ayuda a alcanzar un mejor nivel, para que el fútbol femenil sea más interesante.

P: ¿Cuál es la diferencia con el entorno que encontraste en el Barcelona?

R: El Rosengard tenía un personal muy bueno y todo a nuestro alrededor era muy bueno, pero tan solo era un club femenil. Creo que es imposible compararlo con los grandes clubes. Es muy bueno que por fin participen todos esos grandes clubes. Me da mucho gusto que el Real Madrid también se haya unido ahora. Eso necesitamos en el juego femenil.

P: ¿Notas un impacto cualitativo en el desempeño a partir de toda esta inversión?

R: Me alegra mucho jugar contra muy buenas futbolistas. Eso necesitamos. Antes, esas jugadoras eran increíbles, pero ahora tenemos muchas que son muy buenas y eso es genial. Creo que en el futuro será todavía mejor porque todas esas chicas que están en el más alto nivel ahora no tenían los mejores entrenamientos cuando eran pequeñas. Las niñas pequeñas ahora están teniendo los mismos entrenamientos que los niños de la misma edad.

P: En lo personal, ¿cómo te las has arreglado con la fama repentina que ha llegado a ti gracias a tu éxito con los Países Bajos y el Barcelona?

R: Después de ganar la Euro en 2017, me reconocían en todas partes en los Países Bajos e incluso en el extranjero. Fuera del campo, mi vida ha cambiado, pero debo enfrentarlo. Es parte de esto y eso tiene el fútbol varonil, y eso queríamos. Siempre dije que sería genial obtener el reconocimiento. Y ahora lo tengo.

P: La final de esta temporada —Chelsea vs. Barcelona— es un cambio marcado desde que el Lyon era la única opción (el Lyon había ganado la Liga de Campeones cinco años consecutivos antes de perder en los cuartos de final de este año).

R: El Lyon tiene un muy buen equipo, pero es muy bueno que otros equipos estén en la final. Es muy emocionante ver que otros equipos también han mejorado mucho. Han invertido en el fútbol femenil y la inversión está rindiendo frutos.

This article originally appeared in The New York Times.

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