El nuevo arma contra el cáncer puede estar en el cobre

El nuevo arma contra el cáncer puede estar en el cobre

Luchar contra el cáncer no es tarea fácil. No se trata únicamente de reducir los tumores, también hay que conseguir no afectar a las células sanas al mismo tiempo que evitamos que el cáncer vuelva. Por eso cualquier nueva terapia – que cumpla con criterios médicos, siempre – nos llama la atención.

Y la que se explica en un artículo reciente es realmente creativa. La idea es utilizar un compuesto tóxico, pero llevarlo únicamente a las células tumorales. Y al mismo tiempo proporcionarle al cuerpo un mecanismo para evitar que el cáncer retorne.

Dicho así, suena muy bien. Pero vamos a explicarlo con cierto detalle, para poder ver si realmente es tan bueno como lo pintan.

Porque lo primero que nos puede llamar la atención es que eso de usar una sustancia tóxica, un veneno celular, no es algo nuevo. La quimioterapia se basa precisamente en esto. El problema es que la quimioterapia no diferencia entre células sanas y tumorales.

¿Y las que proponen los autores del artículo sí lo hacen? No la propia toxina – óxido de cobre, un veneno conocido desde hace mucho tiempo – si no la manera de usarlo. Se emplean nanopartículas de óxido de cobre, que se diseñan de tal manera que únicamente ataquen a las células tumorales.

Ya únicamente conseguir esto es un logro. Porque, como demuestra el estudio del que hablamos, estas nanopartículas consiguen acabar con los tumores sin dañar las partes sanas de organismo. Una buena noticia.

Pero no perfecta, ya que al cabo del tiempo el cáncer puede volver. Pero para eso los investigadores han desarrollado la segunda parte del tratamiento: una inmunoterapia que enseña a las defensas a reconocer el cáncer, y acabar con él antes de que se desarrolle.

Usando ambas aproximaciones o terapias al mismo tiempo ha demostrado una eficacia muy interesante. Después de emplear la técnica, los sujetos de estudio no volvían a desarrollar los cánceres tratados. Ni siquiera si se les inyectaban células tumorales para promover la enfermedad.

Y aquí, justo en el párrafo anterior, tenemos el detalle importante sobre la terapia. Cuando decíamos “sujetos de estudio” nos referíamos a ratones de laboratorio. Porque la parte menos positiva – que no negativa – del estudio es que, de momento, no se ha probado en humanos.

La intención del equipo de investigación es realizar más estudios preclínicos, y si siguen siendo así de exitosos, dar el salto a ensayos clínicos con humanos. Esperemos que lo puedan hacer pronto y mantener los buenos resultados.

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