Así identificaron los científicos militares germanos el veneno usado con Navalny

Imagen del opositor ruso Alexey Navalny. (Imagen creative commons vista en Wikimedia).
Imagen del opositor ruso Alexey Navalny. (Imagen creative commons vista en Wikimedia).

Cuando el conocido opositor ruso Alexey Navalny abandonó en coma el hospital de Omsk camino a Berlín, prácticamente todo el mundo daba por hecho que el régimen de Putin estaba detrás del intento de asesinato por envenenamiento, pero aún faltaba por encontrar la sustancia tóxica empleada.

Las sospechas se dirigieron inmediatamente a un agente nervioso de cuarta generación llamado Novichok, que ya había sido empleado en 2018 por agentes rusos en Reino Unido, cuando intentaron acabar con la vida del disidente Sergei Skripal. En aquella ocasión, tanto Skripal como su hija Yulia pudieron salvar la vida, pero una tercera persona que tuvo acceso al frasco de perfume manipulado perdió la vida.

Aquella botellita, hoy en manos del servicio de inteligencia británico (el afamado MI6) ha debido de jugar un papel crucial en la identificación por parte de los expertos alemanes que tratan a Navalny, pero no nos adelantemos.

El pasado 2 de septiembre, la canciller germana Angela Merkel (quien por cierto es química) anunció oficialmente que las pruebas efectuadas a Navalny indicaban que había sido envenenado con un agente nervioso “identificado de forma inequívoca” como Novichok A234. Todo el mundo quedó asombrado, no tanto por la noticia (ya a nadie sorprende la falta de escrúpulos de Putin a la hora de librarse de sus opositores) sino por la rapidez con la que el tóxico culpable había sido identificado.

Desde que un científico ruso divulgara algunos detalles sobre una familia completa de agentes nerviosos tóxicos en 1992 (hay al menos 7, entre los que se incluye el temible Novichok) y más aún desde su detección en el atentado en Reino Unido contra Skripal, el conocimiento en occidente sobre este agente tóxico ha ido en aumento. A ello ha contribuido que el gobierno de los Estados Unidos y sus aliados hayan logrado que la Convención de Armas Químicas recoja al Novichok a sus listas. Este tratado, firmado y ratificado por Rusia, prohíbe la producción y almacenamiento de armas químicas “oficialmente”. Otra cosa es lo que luego hagan los esbirros de Putin, claro.

¿Pero cómo funciona? En Science, varios expertos acaban de explicar alguno de los detalles del modo en que el agente nervioso Novichoks actúa, así como los posibles rastros que delatan su empleo.

Antes de pasar con ellos, decir que el Novichok es sumamente difícil de detectar, especialmente si eres un médico en un hospital que no sabe qué debe buscar, pero detectable si eres un químico entrenado en detección de agentes nerviosos ultra secretos. Los alemanes no son precisamente ineptos, y como comenté anteriormente seguramente contaban con acceso a todo el conocimiento adquirido por los británicos a raíz del atentado de 2018 contra Skripal.

Por ello, los investigadores del Instituto de Farmacología y Toxicología Bunerswehr de Berlín tenían claro qué clase de pistas buscar. Como otros agentes nerviosos, el Novichok se une a la acetilcolinesterasa (abreviado AChE), una enzima que descompone a un neurotransmisor que se genera durante las sinapsis, llamado acetilcolina.

Los glóbulos rojos tienen AChE anclada en sus membranas. Las muestras de sangre de una persona que fuera envenenada con Novichok, deberían mostrar un conjugado con el AChE que los científicos podrían detectar mediante espectrometría de masas. Este es uno de los métodos que los investigadores alemanes pudieron seguir, pero hay más posibilidades.

Navalny fue presumiblemente envenenado con unas gotas de agente nervioso en su té. (Crédito imagen Pixabay).
Navalny fue presumiblemente envenenado con unas gotas de agente nervioso en su té. (Crédito imagen Pixabay).

Otra de ellas tiene que ver con un conjugado entre el Novichok y la albúmina sérica, que es la proteína más abundante en la sangre. Los conjugados de agentes nerviosos con esta proteína son marcadores muy útiles que pueden detectarse durante al menos un par de semanas después de la intoxicación. Pero aún hay un tercer método que permitiría a los químicos inferir la presencia de este agente nervioso.

El tercer candidato podría ser la búsqueda de un conjugado con la butrilcolinesterasa (BChE), una enzima que elimina las moléculas de los agentes nerviosos en el torrente sanguíneo. Teóricamente, los investigadores alemanes no tendría dificultad en usar un anticuerpo contra el BChE que se uniese al conjugado para digerir la proteína. De ese modo, la mayor parte de la molécula de Novichok quedaría unida a uno de los fragmentos, haciéndolo detectable mediante espectrometría de masas.

Dado que la canciller Merkel dijo que el veneno encontrado en Navalny era “100% Novichok”, lo normal es pensar que el método de detección empleado fue este último, ya que la parte de la molécula de Novichok que queda unida a la BChE es mucho mayor que la de cualquier otro agente nervioso, lo que la delata sin género alguno de duda.

Por cierto, otra de las cosas que hace tan peligroso al Novichok es que sus moléculas son mucho más duraderas que las de cualquier otro agente nervioso (baste decir que es 1000 veces más estable que la del gas sarín). Este aspecto es precisamente el qué hace tan difícil el tratamiento a los intoxicados.

Por si fuera poco, este agente de cuarta generación se une “demasiado” firmemente al AChE. Al contrario que otros tóxicos que se unen por un solo punto a esta enzima, el Novichok lo hace por dos, por lo que los antídotos con los que contamos en occidente contra otros agentes nerviosos menos elaborados, no sirven de nada contra él.

En fin, si eres un ciudadano ruso y tienes pensado plantarle cara a Putin en las urnas desde las filas de la oposición, seguramente te resultará reconfortante saber que si sus servicios secretos atentan contra tu vida con Novichok, en occidente seguramente nos enteraremos. Poco consuelo me parece a mí, pero algo es algo. Confiemos en que pronto se pueda desarrollar un antídoto.

Me enteré leyendo Science.

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