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La noche de Copa Libertadores en que River y Argentinos Juniors empataron en un alargue y... no hubo penales

Argentinos, que era el campeón defensor, puso en apuros al River de Veira en 1986
@AAAJHistoria

Si el fútbol fue definido por Dante Panzeri como dinámica de lo impensado, la Copa Libertadores sería algo así como ese torneo en que todo, y absolutamente todo, puede pasar: desde la más grande de las hazañas deportivas hasta la más bochornosa de las decisiones dirigenciales, pasando, claro, por múltiples curiosidades reglamentarias que se pusieron en práctica.

Una de ellas ocurrió el 3 de octubre de 1986 en el José Amalfitani, terminando una serie entre River y Argentinos Juniors como la que se reeditará en los octavos de la Libertadores 2021. El futbolero tiene bastante claro que la ida se jugará en el Monumental, que la revancha será en La Paternal y que avanzará a cuartos de final quien supere a su rival en el balance global de ambos juegos, teniéndose en cuenta victorias, empates, derrotas, diferencia de gol y, de ser necesario, contabilizar quien marcó más goles en condición de visitante. Hace 35 años, cuando estos dos mismos rivales tuvieron que enfrentarse para decidir al representante argentino en la final ante América de Cali, no parecía tan claro el modo de desempate.

Compacto encuentro con alargue y sin penales

El contexto era glorioso para el fútbol argentino. La Albiceleste venía de ganar su segundo Mundial en México y los equipos del país se turnaban para ganar la Libertadores: Independiente ganó la aún insuperable séptima en 1984, luego Argentinos Juniors eliminó a los Rojos en las semifinales de 1985 y la ganó por primera vez al vencer al América de Cali en Asunción del Paraguay. Además, disputó la que muchos consideran como la mejor final Intercontinental de la historia, ante la Juventus de Michel Platini.

River era junto a San Lorenzo uno de los dos grandes de la Argentina que aun no había podido ganar su primera Libertadores y arrastraba una mochila ya bastante pesada: había perdido la final con Peñarol en 1966 y con Cruzeiro en 1976. Pero los Millonarios, dirigidos por Héctor Veira y con jugadores campeones del mundo como Nery Pumpido, Oscar Ruggeri y Héctor Enrique, más el ídolo Beto Alonso, empezaban a ver un bello horizonte que podía acabar con muchos años sin ganar el máximo trofeo continental.

“Fue un partidazo, corrí como nunca antes. Siempre digo que si alguien quiere ver un gran 0-0 tiene que volver a ver ese partido. El estadio estaba a punto de explotar. River se jugaba toda su historia, Argentinos era el último campeón. Había mucha tensión en el terreno de juego”, relata a LA NACION Antonio Alzamendi, delantero de River y héroe en la final intercontinental de Tokio ante el campeón de Europa y verdugo del FC Barcelona, Steaua Bucarest de Rumania.

Muchos como Alzamendi recuerdan que ese partido fue uno de los mejores 0 a 0 de la historia, pero pocos se preguntan por qué River, con el mismo resultado desde el inicio del partido, avanzó luego de 120 minutos sin goles a la final que finalmente ganaría, y por qué Argentinos. Juniors, uno de los mejores equipos de la época, se quedó afuera por un reglamento que por estos días suena absurdo, pero que era normal en esos años. Por dicha razón, para los hinchas de Argentinos Juniors sigue habiendo una sensación de vacío. “Una gran injusticia, Argentinos Jr. fue eliminado por River de la final de la Libertadores 1986, habiendo sido claramente el Bicho muy superior a River. El resumen del video es claro”, es el mensaje de presentación del compacto del partido en la cuenta de Youtube Argentinos Juniors Archivo Histórico.

¿Cómo se disputaba la Libertadores por esos años? En aquella época, la fase de grupos solo había 20 equipos: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Venezuela, Perú y Uruguay tenían dos equipos cada uno en la competencia. River avanzó en el primer lugar del grupo 1 que compartía con Boca, Peñarol y Wanderers. Argentinos Juniors, como campeón, tenía derecho a empezar a jugar en la segunda fase -las semifinales de esa temporada- con los cinco equipos clasificados de cada grupo. River y Argentinos formaron parte de las semifinales zona A con Barcelona de Guayaquil y finalmente ambos equipos argentinos empataron en 5 puntos, pero los de La Paternal tuvieron mejor saldo en los choques con River, empate 0-0 y victoria 2-0. Esto obligó a un tercer duelo entre ellos para conocer al finalista que enfrentaría al América de Cali, clasificado en el grupo B que compartía con Olimpia de Paraguay y Bolívar de Bolivia.

¿Por qué un desempate cuando Argentinos estuvo mejor en el mano a mano con River? Aunque una leyenda urbana decía que Argentinos Juniors había sido perjudicado con una decisión de última hora sobre cómo decidir la semifinal ante el club de Núñez, el reglamento de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) decía que si empataban se clasificaba quien tuviese la mejor diferencia de goles, pero no de forma directa, solo después de haber jugado un desempate. Y dicho desempate finalmente terminó con… otro empate y quedó en evidencia lo insólito, ya que el reglamento establecía otros 30 minutos de prórroga y luego tomar en cuenta la diferencia de gol de los dos equipos. Sorprendentemente, no cabía la posibilidad de definir por tiros del punto del penal.

Tras el pitazo final, Héctor Veira entró eufórico al campo de juego celebrando un empate que valía por un pasaje a la final de la Libertadores. Sí, sin ganar en tres partidos al último campeón, River avanzó por mejor diferencia de goles que Argentinos Juniors, pero curiosamente conseguida ante un tercero… Barcelona de Guayaquil.

“Ya era un reglamento establecido en esos años porque en ese momento la Conmebol hacía todo lo posible para evitar los penales, pero una definición como esa aún no había sucedido. Pudo pasar un año antes en la semifinal entre Argentinos e Independiente, pero Claudio Marangoni falló un penal al final del partido”, recuerda Javier Roimiser, Jefe del Departamento de Historia de Argentinos Juniors.

“No recuerdo por qué tomaron esa decisión, habíamos perdido un partido en Ecuador que deberíamos haber ganado fácilmente y River ganó allí, entonces ellos tomaron eso para decidir, pero le ganamos a River y empatamos el otro partido…”, explica Jorge Olguín, defensa de Argentinos Juniors y campeón mundial en Argentina 78, quien agrega: “Los directivos acordaron eso, pero no entendíamos por qué, por eso todos lamentamos no haberle ganado a River. Fuimos mejores que ellos en tres partidos”.

Olguín hasta hoy se pregunta por qué se jugaron los 30 minutos de prórroga cuando ya se había decidido que pasara River por diferencia de goles en caso de empate: “Sí (risas) fue un poco raro… en cualquier caso, hubiésemos pateado penales ¿no? A veces los directivos toman decisiones que llevan a pensar en cosas raras… y en la historia de la Libertadores han pasado muchas cosas raras”.

Una de las imágenes del partido en el Monumental
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Una de las imágenes del partido en el Monumental (@AAAJHistoria/)

Alzamendi aportó otra teoría para entender ese alargue que parece haber estado de más. “Se decidió así, jugar 30 minutos si terminábamos empatados. Creo que la condición era que jugáramos la prórroga porque estábamos igualados en puntos pero nos habían ganado un partido”, intentó explicar el ex delantero uruguayo que también vistió la camiseta de Independiente.

A pesar de que cuesta entender hasta hoy por qué se decidió desempatar así esa serie, Carlos Ereros, delantero del Bicho de esa época, es quien menos dudas tiene sobre aquel reglamento establecido. De hecho, lo comprende desde la forma en que lo encaró River: “Tenían mejor diferencia de goles y lo normal era que hubiese un tercer partido de desempate. Y por eso ellos jugaron de contragolpe, porque el empate los favorecía”.

El tercer partido de la serie, completo

Un tercer partido en el que uno debía salir a ganar y el otro podía optar por empatar. Raro por donde se lo quiera entender, pero pasó. “No recuerdo ningún tipo de escándalo o disputa por la definición, pero estamos acostumbrados a que una prórroga sea para definir un partido. No tiene sentido si termina 0-0 y no hay penales”, opinó Miguel Ángel Vicente, periodista de Clarín y un conocedor de la vida de Argentinos Juniors.

La Libertadores siempre fue el contexto ideal para convertir en habitual a lo curioso, lo impensado, lo inimaginable y lo insólito. Es por ello que en aquel recordado River-Argentinos Juniors de 1986 no hubo penales, Argentinos aceptó su eliminación y no hubo ningún escándalo ni revuelo en los días posteriores. Es que era así el reglamento de la Conmebol por esos años. Y, como otras rarezas que siguen sucediendo en la actualidad, todo pasó como si hubiese sido normal.