A los de la mani de Colón sin mascarillas: lo habéis hecho genial.

Dicen que erais unos dos mil.

Pocos me parecéis para el nivel de imbecilidad que circula por las redes sociales y por diversos estamentos políticos.

Muchos me parecéis para hundir a un país.

Hay maneras más fáciles y más seguras de poner en riesgo vuestras propias vidas. No os voy a dar ideas, Google está lleno de fórmulas.

Pero resulta que no os estáis matando solo vosotros.

Estadísticamente, es fácil que tuviera la Covid alguno de los que asististeis a la protesta contra las mascarillas en la Plaza de Colón de Madrid. Sin protección, tan cerca los unos de los otros, y gritando tanto -cada grito expulsa 6.000 gotículas de todos los tamaños hasta los 8 metros de distancia-, unos cuantos os habréis contagiado. Si tenéis más de cincuenta años la probabilidad de morir aumenta incluso hasta un 15 por ciento.

Y si esto se quedara en Colón, pues bueno. Pero en el momento en el que pusisteis un pie fuera de esa plaza empezasteis a diseminar el virus por ahí.

Y podéis contagiar a la persona que se sienta en el metro a vuestro lado, o al que está detrás vuestro en la cola del súper, o a vuestro compañero de trabajo. Pero también podéis contagiar a vuestra abuela, a vuestros padres o a vuestros vecinos. Cada persona contagiada es una cadena de enfermos

Os iba a recordar que todo empezó con un sólo contagio, con una sola persona a la que infectó el virus desde un animal. Pero claro, vosotros creéis que esto es cosa de Soros, Gates y el G5. Así que mejor os curáis con homeopatía y no saturáis los hospitales, que el resto sí que necesitamos camas, respiradores y UCIS, porque creemos en ellos.

Y ya podéis seguir cantando bien alto “Queremos ver el virus". “Bote, bote, aquí no hay rebrote”. “Lo que mata es el 5G”. “La vacuna de Bill Gates, por el culo os la metéis”. Que todo eso os inmuniza contra el virus, como bien sabéis.